viernes, 6 de junio de 2008

Cambios

Empieza la recta final de mi sustitución en el cole. El día 13, dentro de una semana, será mi último día. La verdad es que tengo una sensación agridulce. Por una parte estoy cansada y necesito tener tiempo para mí, por otra me da mucha pena que se acabe. La verdad es que se me ha pasado volando y parece que fue ayer cuando me dijeron que iba a trabajar de profe. La experiencia ha sido muy positiva. ¡Me ha encantado! Los niños están todos pidiéndome que me quede y que no me vaya. Me hacen dibujitos preciosos con cartelitos, algunos con faltas de ortografía pero llenos de cariño. Todavía no tengo sensación de final porque el día 23 vuelvo para empezar el curso de verano. Serán 4 semanas más, pero mucho más relajadas.
En un año he tenido un montón de cambios en mi vida. En junio del año pasado me mudaba de casa. El cambio fue terrible. Me dio una crisis de ansiedad y recuerdo con horror los primeros días en mi nuevo piso. Me parecía imposible poder colocar todo. El futuro se me presentaba como una gran interrogación. En este año he aprendido a vivir el día a dia con intensidad. Disfrutando de lo que tengo y en pura confianza de lo que vendrá. Si he llegado hasta aquí, sé y creo firmemente que el Señor no me va a abandonar ahora. Lo que pase de aquí en adelante está sólo en Sus manos.
Ahora me enfrento a otra cosa. Cecilia, mi hija, se va de casa. Ha encontrado un piso para compartir en Madrid (capital) y se muda este fin de semana. Antes o después iba a llegar este momento. Ahora que está trabajando, tiene ganas de volar sola. Estoy muy orgullosa de ella porque sabe bandearse muy bien en esta vida. Sé que esto va a ser muy bueno, pero no puedo dejar de sentir un nudo en mi interior cuando pienso que no va a estar aquí para contarme sus "cositas". Menos mal que empieza el verano y el tiempo ayuda a sentirse bien. Así para cuando llegue el otoño y el invierno me habré acostumbrado a vivir sola.
Como véis, vuelvo a enfrentarme a cambios. Mi trabajo que se acaba, mi hija que se va. La verdad, es que eso es la vida, un cambio constante. ¡Qué aburrido sería si no!

2 comentarios:

Mª Angeles de Frutos dijo...

Querida Lulu: espero que tanto Jesús como tus amigos "comunitarios" podamos acompañar un poquito tu soledad. Hay un gran aliado que es el tiempo y, como tu dices, a la vuelta del verano seguro que te has acostumbrado a tu nueva situación. Un besazo y mi oración por vosotras.

Mª Angeles de Frutos dijo...

Hola Lurdimbres:

Ayer no te ví en maranatha, espero q no sigas con esos virus colegiales q te han cogido tanto cariño. Un besazo.