martes, 29 de junio de 2010

Gracias

El domingo por la tarde fui a ver por fin la película "La última cima". Me ha encantado. Me parece muy valiente atreverse a hablar bien de los sacerdotes con la que está cayendo en estos días. Recomiendo a todos los que tengáis la oportunidad de hacerlo que la vayáis a ver.
Me ha hecho pensar en todos los sacerdotes, los curas, que de un modo u otro han tocado mi vida. Sobre todo en estos últimos 16 años desde que volví a la casa del Padre. Le doy muchas gracias a Dios por todos ellos. Algunos han dejado, y dejan, más huella que otros, pero ninguno ha pasado sin dejar su impronta en mi vida. Por esas cosas de Dios he tenido la suerte de viajar mucho con la Renovación, y de conocer a curas de todo el mundo. He participado en Eucaristías africanas, asiáticas, europeas, americanas, australianas, y he disfrutado muchísimo en todas ellas. Tengo un recuerdo imborrable y precioso del Retiro Internacional de Sacerdotes en Ars. ¡Allí sí que había curas! Fue una gozada compartir esos días con ellos.
Ahora que estáis en boca de todos, calumniados, difamados y desde luego mal queridos, ahora es cuando necesito daros las gracias. Gracias por vuestra generosidad, por vuestra predicación, por vuestro cariño, por vuestro saber estar en los momentos buenos y malos, por vuestra entrega, por vuestra sabiduría, por vuestra humanidad, en definitiva por haber dicho sí al Señor un día. Gracias, mil gracias. ¿Alguien más se apunta a dar gracias? Ánimo, espero un aluvión de comentarios.

3 comentarios:

Francisco José Campos Devesa dijo...

Me ha gustado mucho tu post. Yo hará tres años en octubre, SDQ, que he vuelto a la casa del Padre y el Señor me ha recompensado con la amistad de algunos servidores de Dios, los sacerdotes. Ellos son la columna vertebral de la Iglesia, la argamasa que nos une a las piedras vivas, son el depósito del saber de la Santa Madre Iglesia, son Cristo mismo en la Eucaristía, son los que están en contacto permanente con el Padre y con Jesús y con el Espíritu Santo. Son nuestros amigos, nuestros compañeros (porque son los que más trabajan por el Reino), nuestros confesores, nos animan, nos aconsejan, nos visitan cuando estamos enfermos, nos casan, bautizan a nuestros niños, dan testimonio de fe en toda hora, trabajan hasta que no se pueden tener de viejitos. Ellos son los que siempre dan sin pedir nada a cambio. Están más pendientes de amar que de ser amados, de consolar que de ser consolados. Que Dios ilumine a los sacerdotes para que haya muchos buenos que puedan seguir sosteniendo a la Iglesia. Que el Señor los bendiga y los ilumine y los aparte del error. Un saludo en Cristo.

Lou dijo...

¡Qué maravilla! Me encanta cómo actúa el Señor, y los "agentes" que se busca. Gracias, Paco, por tu precioso comentario. Besitos.

Encarna dijo...

Yo también me uno para dar gracias a Dios POR NUESTROS HERMANOS SACERDOTES.
El Señor me ha regalado conocer a varios sacerdotes a lo largo de mi vida y me han ayudado mucho.Están siempre ahí
Gracias por consagrar el pan y el vino en el cuerpo y la sangre del Señor, gracias por el sacramento de la reconciliación,gracias por tan sabios consejos
GRACIAS, GRACIAS GRACIAS