jueves, 26 de noviembre de 2009
Carta a "ma belle mere"
Querida Miquette,
Hoy hace 14 años, y a veces me parece que fue ayer. Ese día era domingo, día de Cristo Rey, y el tiempo era frío y gris. Hoy también ha hecho un día gris, pero ni mucho menos tan frío. Esa mañana tú te fuiste alrededor de las 11, con una sonrisa preciosa como si hubieras visto cara a cara a tu amado. Creo que fue uno de los momentos más intensos de mi vida, mezcla de dolor y paz, y una felicidad inexplicable. Desde entonces he sentido muchas veces tu intercesión en mi vida, en nuestras vidas, porque aquí incluyo a Fer y a Cecilia. Gracias a ti y a tu fiel oración volví a la casa del Padre, conocí la Reno, y recibí bendición tras bendición. Me dejaste la mejor de las herencias, la fe. Nada puede igualarse a ella. Hoy quiero escribirte para darte las gracias por las cosas grandes y pequeñas que vivimos juntas y por todo lo que hemos vivido desde ese 26 de noviembre de 1995. Desde donde estás sé que velas permanentemente por nosotros y que así será hasta que un día nos volvamos a ver. En estos últimos años, por muchos motivos, te he echado mucho de menos en momentos muy intensos, y me hubiera gustado tenerte a mi lado, oír tu voz, tu risa, tu consejo oportuno. En mi corazón he sentido tu compañía, pero me hubiera gustado tenerte a mi lado. Dale recuerdos al jefe de mi parte.
Hoy hace 14 años, y a veces me parece que fue ayer. Ese día era domingo, día de Cristo Rey, y el tiempo era frío y gris. Hoy también ha hecho un día gris, pero ni mucho menos tan frío. Esa mañana tú te fuiste alrededor de las 11, con una sonrisa preciosa como si hubieras visto cara a cara a tu amado. Creo que fue uno de los momentos más intensos de mi vida, mezcla de dolor y paz, y una felicidad inexplicable. Desde entonces he sentido muchas veces tu intercesión en mi vida, en nuestras vidas, porque aquí incluyo a Fer y a Cecilia. Gracias a ti y a tu fiel oración volví a la casa del Padre, conocí la Reno, y recibí bendición tras bendición. Me dejaste la mejor de las herencias, la fe. Nada puede igualarse a ella. Hoy quiero escribirte para darte las gracias por las cosas grandes y pequeñas que vivimos juntas y por todo lo que hemos vivido desde ese 26 de noviembre de 1995. Desde donde estás sé que velas permanentemente por nosotros y que así será hasta que un día nos volvamos a ver. En estos últimos años, por muchos motivos, te he echado mucho de menos en momentos muy intensos, y me hubiera gustado tenerte a mi lado, oír tu voz, tu risa, tu consejo oportuno. En mi corazón he sentido tu compañía, pero me hubiera gustado tenerte a mi lado. Dale recuerdos al jefe de mi parte.
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2 comentarios:
Preciosa carta a ta "belle mere".
Un abrazo,
Tu manager
Un abrazo.
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