lunes, 26 de mayo de 2008
Quisicosas
Me gusta esa palabra y como no sabía que poner como título de entrada, la he utilizado. Para mí son "cosillas diversas". Pensamientos rápidos, fugaces, que te vienen a la mente de pronto y se van igual de deprisa. A veces, necesito plasmarlos, para que no se pierdan.
Hoy he vuelto del cole. He ido a comprar algunas cosas y he vuelto feliz a casa. Me he parado antes en la Pelu a saludar a mis amigas, Feli y Elvira, y he estado un momento con ellas. Son estupendas. Al llegar a casa he dado de comer a mi gato, Chuky. El pobre está solo todo el día y me hace muchas fiestas cuando llego. Luego, como cada día, me he sentado al ordenador a ver mis mails. He hablado con Pilar Camacho para felicitarla por su cumple. Es un cielo. Tenía unos cuantos mails y he estado viendo los pps que acompañaban algunos mensajes. Me encanta recibir mails. Todos los días recibo varios y doy gracias porque siempre hay alguien que se acuerda de mí. Entre los que he recibido ha habido dos que me han encantado. Uno ya lo he reenviado, el otro ya lo reenviaré. Es éste último el que me ha hecho pensar y pararme a dar muchas gracias a Dios. Trata del agradecimiento. ¡Cuánto nos quejamos a veces y cuánto deberíamos agradecer! Gracias por vivir, para empezar. Gracias por estar cansada de todo el día en el cole, porque eso significa que tengo trabajo. Gracias por quejarme de lo caro que está el gasoleo, porque eso significa que tengo coche y me desplazo en él. Gracias por toda la plancha que tengo que hacer porque eso significa que tengo ropa que ponerme. Gracias por todo lo que tengo que hacer en casa, porque significa que tengo casa donde hacer cosas. Gracias por cada pequeña cosa que me hace darme cuenta de todo lo que tengo. En fin, puede parecer una tontería pero con todo lo que nos quejamos, a veces, es bueno pararse y darle la vuelta a la tortilla. Donde hay queja, poner agradecimiento por todas las cosas que hacen posible la queja. Tenemos tanto que agradecer.
Una cosita, me gustaría que si podéis, si os parece bien, si entráis y veis todo esto que escribo, me hagáis alguna señal, dejéis algún comentario, por pequeño que fuera.
Hoy he vuelto del cole. He ido a comprar algunas cosas y he vuelto feliz a casa. Me he parado antes en la Pelu a saludar a mis amigas, Feli y Elvira, y he estado un momento con ellas. Son estupendas. Al llegar a casa he dado de comer a mi gato, Chuky. El pobre está solo todo el día y me hace muchas fiestas cuando llego. Luego, como cada día, me he sentado al ordenador a ver mis mails. He hablado con Pilar Camacho para felicitarla por su cumple. Es un cielo. Tenía unos cuantos mails y he estado viendo los pps que acompañaban algunos mensajes. Me encanta recibir mails. Todos los días recibo varios y doy gracias porque siempre hay alguien que se acuerda de mí. Entre los que he recibido ha habido dos que me han encantado. Uno ya lo he reenviado, el otro ya lo reenviaré. Es éste último el que me ha hecho pensar y pararme a dar muchas gracias a Dios. Trata del agradecimiento. ¡Cuánto nos quejamos a veces y cuánto deberíamos agradecer! Gracias por vivir, para empezar. Gracias por estar cansada de todo el día en el cole, porque eso significa que tengo trabajo. Gracias por quejarme de lo caro que está el gasoleo, porque eso significa que tengo coche y me desplazo en él. Gracias por toda la plancha que tengo que hacer porque eso significa que tengo ropa que ponerme. Gracias por todo lo que tengo que hacer en casa, porque significa que tengo casa donde hacer cosas. Gracias por cada pequeña cosa que me hace darme cuenta de todo lo que tengo. En fin, puede parecer una tontería pero con todo lo que nos quejamos, a veces, es bueno pararse y darle la vuelta a la tortilla. Donde hay queja, poner agradecimiento por todas las cosas que hacen posible la queja. Tenemos tanto que agradecer.
Una cosita, me gustaría que si podéis, si os parece bien, si entráis y veis todo esto que escribo, me hagáis alguna señal, dejéis algún comentario, por pequeño que fuera.
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3 comentarios:
Hola Lulu, te prometo que yo leo todo pero no me deja publicar nada
Ah, bueno, hoy sí puedo!
Es verdad lo que dices, sólo hace falta pararse en mitad del ruido y escuchar todo lo que nos pasa. Esta tarde te veo en Maranatha,ese precioso regalo que da un valor añadido a todo.
¡Qué alegría! ¡Un comentario! Tendré que averiguar porqué a veces no se puede entrar. No voy a Maranatha porque estoy algo pocha. Ya hablaré contigo.
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