jueves, 5 de abril de 2012

Jueves Santo


Hoy no se ha cumplido el refrán de los tres jueves del año que relucen más que el sol, porque llueve a cántaros (al menos por aquí). Hoy damos el pistoletazo de salida del momento cumbre de nuestra fe y acompañamos a Jesús en su Pasión, Muerte y ¡Resurrección! Hoy también celebramos la institución de la Eucaristía y del sacerdocio. Y supongo que todo esto lo sabéis y que no os hace falta que yo os lo repita. Pero, andaba yo pensando que cuantas veces a pesar de saber cosas, y quizás porque me las sé, ya no pongo mi atención en ellas. Como cuando nos leen determinados pasajes de los Evangelios (como el del Hijo Pródigo) y dejamos de prestar atención porque ya nos lo sabemos. ¿No os ha pasado? Pues lo mismo con estas celebraciones cuando las vivimos como simple memoria de hechos pasados. Y andaba yo pensando, ¿cómo las puedo encarnar en mi vida? Y la verdad es que no sé muy bien cómo. Por lo pronto no negándole a Jesús su Cruz. Es decir, no obviando el hecho terrible de cómo murió, de cómo sufrió. En definitiva, abrazando su Cruz y la mía. Escuchaba al típico "listo" en la radio que, desde su increencia total, decía que a él no le gustaba el Cristo sufriente sino el que anduvo en la mar (como dice la saeta de Serrat). La verdad es que me he enfadado y he apagado la radio. Estoy un poco harta de tanto "listo". A mí no me gusta el Cristo sufriente, porque no me gusta ver sufrir a Cristo, pero sólo pensar que todo eso lo pasó por mí, me hace temblar y ponerme de rodillas y sentir tanto amor y agradecimiento. A mí me gusta Jesús en todas sus dimensiones, estoy enamorada de Él, y me siento totalmente correspondida.
En fin, que espero que todos viváis con intensidad estos días tan especiales. Bendita Semana y Feliz Pascua de Resurrección a todos.

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