viernes, 26 de febrero de 2010

Febrerillo loco

Antes de que termine me gustaría escribir algo de todo lo sucedido en este mes de febrero. Ha habido un poco de todo, pero sobre todo cosas buenas. Después de mi tiempo de silencio, ahora estoy en tiempo de alegría y paz. Una alegría interior y profunda que me viene del propio y simple hecho de vivir. El otro día me daba cuenta de que estoy enamorada de vivir. ¿Cómo explicarlo? Es como si todos tus sentidos te hicieran consciente de cada soplo de aire que respiras, de cada color que puedes ver, de cada mínimo sonido, y todo ello te produce temblor y reverencia al darte cuenta, de que estás vivo. Es una maravilla.
En febrero mi madre ha cumplido 82 años y está estupenda. Hace 2 años yo hice una entrada en este blog, "Mamá cumple 80 años" (si os pica la curiosidad podéis leerla). Bueno, pues yo no me acordaba de ella hasta que, estando en Barcelona a finales de enero, una mujer del grupo de Hospitalet, Fermina, empezó a hablarme de cuánto les había impresionado a ella y a su marido, Francisco (que en paz descanse). Yo nunca le había enseñado a mi madre lo que había escrito, pero el otro día fue uno de los regalos de cumpleaños que le hice. Al final, acabamos llorando las dos y toda mona me dice mi madre que no sabe si se lo merece o no. Leedlo y veréis de qué hablo. Esa ha sido una de las alegrías. Gracias Dios mío por mis padres y por lo estupendos qué están.
Otra alegría es que Cecilia, mi hija, ha presentado un corto a un concurso de cine y está entre los finalistas. Desde que era pequeña Cecilia está entusiasmada con la idea de hacer cine. Ahora se están cumpliendo muchos de sus sueños, y poder ser testigo de ello es una maravilla. Además, yo creo que todo lo que atañe a nuestros hijos nos afecta de una manera especial, para bien o para mal. Algunos ya habéis votado por ella y habéis visto el corto, pero he pensado que todo el que quiera puede verlo y si lo consideráis sólo tenéis que votarlo. Ella lo ha escrito, interpretado y dirigido. Se llama "You said you'd call me". Para los no angloparlantes "Dijiste que me llamarías". ¿Qué puedo decir como madre? Pues que es una pasada, que estoy más que orgullosa, que........ Pero, de verdad, es muy bueno. Os animo a verlo y a votar y os doy las gracias a los que ya lo habéis hecho. Gracias Dios mío, por mi hija.
Entre otras cosas que han pasado es que ido a la revisión de lo de mi bulto, y todo está bien. He ido a predicar sobre las Bienaventuranzas a un grupo y he podido ver a hermanos y hermanas que no veía hace tiempo. Cuánta bendición y cuánto me has enseñado, Señor, preparando esta charla. Yo creo que allí ha empezado mi tiempo de paz y alegría. En este tiempo se han ido colocando y equilibrando distintas cosas, y aunque hay situaciones externas que persisten, mi interior lo vive con paz, con mucha paz.
Mi trabajo en el cole sigue a toda marcha. Cada día más desbordada, pero muy contenta y dando gracias cada mañana por el milagro de este trabajo que nunca sospeché que pudiera realizar.
Por eso y por muchas cosas más quiero elevar mis brazos, mi voz y todo mi ser para alabar, bendecir y dar gracias a Aquel que todo lo puede y que me sostiene y ampara en todo momento, que me conoce mejor que nadie y que no pasa un segundo sin que me demuestre todo lo que me quiere. ¡Qué más se puede pedir!

Para ver el corto de Cecilia entrad en
www.notodofilmfest.com/ediciones/09/?lg=es&corto=21622
Allí en la pestaña concurso y votaciones seguid las instrucciones y podréis votar si queréis.

sábado, 6 de febrero de 2010

Tiempo de silencio

Llevo tanto tiempo sin escribir que casi no me acuerdo ni de hacerlo. Cada día se me ocurría un tema nuevo, pensaba en plasmar pensamientos, cosas que oía, etc.. y cada día lo dejaba para el siguiente. De todos modos, después de tantas cosas que han sucedido a mi alrededor, se me ha producido un tiempo de silencio interior y exterior. No es malo guardar silencio, sobre todo cuando no tienes mucho que decir o aportar. Es en el silencio donde podemos escuchar mejor otras voces y, sobre todo, la voz del Señor. Aunque a veces también el silencio se vuelve en contra de uno, y con nuestro silencio nos podemos volver cómplices de situaciones y dar lugar a malentendidos. Mi silencio ha sido en parte vaguería pura y dura, y en parte efecto de una situación muy desagradable que estoy viviendo a nivel espiritual. No tengo paz ahora mismo, no me siento a gusto, mi humanidad se rebela y me cuesta ver a personas a las que antes trataba como hermanos. Yo sé perfectamente que esto no debe de ser así y que no me debo dejar llevar por estos sentimientos, pero se me hace bastante cuesta arriba y le pido, le grito, al Señor que me saque de este cenagal en el que me veo metida. También me doy cuenta de que no debemos hacer un ídolo de nadie ni de nada, y que a veces nos hemos sentido tan a gusto con personas o con cosas que las hemos puesto como ideal de nuestras vidas. El único que se merece toda nuestra adoración es el Señor y fuera de Él, no hay nada que no vaya a fallar y decepcionarnos de algún modo u otro. Lo más duro es cuando se trata de algo que habías vivido, compartido y amado y que ahora se te vuelve arena en la boca. Que todo pasa, eso seguro, pero ¿en cuánto tiempo? Como Tú mismo dijiste, Señor: "Aparta de mí este cáliz...pero que se cumpla Tu voluntad".