jueves, 31 de diciembre de 2015

As time goes by...


Inolvidable canción que aparece en la película "Casablanca". Se podría traducir como: con el paso del tiempo o mientras el tiempo pasa. En fin que cada vez que se acaba un año nos viene a la mente ese transcurrir del tiempo. Esos 365 días que dejamos atrás y que con sus altos y bajos conforman ya el paisaje de nuestra vida. Nada se puede hacer para cambiar lo realizado, para recuperar el tiempo perdido y eso a veces nos mata. ¿Quién no desearía poder desandar lo andado, rectificar el error, borrar las palabras hirientes, etc? Pero no se puede. Simple y llanamente no se puede. Por eso, me gustaría pedir perdón a los que hice daño, dar las gracias a los que me acompañaron, apoyaron, quisieron y desearos a todos un feliz y bendito año nuevo. Espero poder seguir compartiendo con todos este nuevo año que nos va a nacer. ¡Y éste tiene 366 días!
El 2015 no ha sido un mal año. Si tengo que destacar algún momento me quedo con el día 12 de junio. Ese fue el día que saludé al Papa Francisco en el Retiro Mundial de Sacerdotes. Fue un momento inolvidable que compartí con mis queridos hermanos intérpretes. Para todos nosotros fue un regalo y un reconocimiento a nuestra labor tan escondida y a veces tan poco considerada.
Hasta aquí lo que escribí ayer 30 de diciembre por la mañana. Hoy mi realidad es muy distinta. A mi madre la han tenido que ingresar por una infección respiratoria y todo se ve de otra manera. Os pido oración para que todo pase lo antes posible y sólo se quede en un susto. Besitos y bendición para todos.

jueves, 24 de diciembre de 2015

Esta noche es Nochebuena y...



La verdad es que el tiempo vuela. Y yo no alcanzo a correr con él. La última entrada tiene más de 2 meses y me da la sensación de que fue ayer cuando la escribí. Pero no, el tiempo ha corrido y yo no he sabido atraparlo. No importa. La realidad, lo actual, lo de hoy es que estamos en Nochebuena y manaña será Navidad. Y eso no podemos obviarlo ni olvidarlo. Aunque en estos tiempos haya tantos que quieran negar el hecho del nacimiento de Jesús y que se trata precisamente de celebrar eso. Punto final. No hay otro motivo. Ni fiestas de invierno, ni solsticios de invierno, ni "reinas magas" de la Navidad. Dios, en su entrañable misericordia quiso abajarse, hacerse como nosotros y se encarnó en un Niño, pobre, débil y necesitado. Y lo hizo por amor a cada uno de nosotros. Para salvarnos. Por eso no podemos dejar de dar gracias, de celebrar. Y para ello no hacen falta ni grandes comidas, ni grandes gastos, ni luces, ni adornos, ni nada externo. Es en nuestro corazón, pobre, débil y pequeño donde celebramos. Y allí en el silencio nace el Niño Dios. Que podamos celebrarlo, solos o acompañados, como Dios se merece. Que entonemos cantos de júbilo, aunque sea en silencio. Que nadie ni nada nos robe la alegría. Os deseo a todos una Feliz y bendita Navidad.