sábado, 28 de marzo de 2015

Simplemente "milagro"

Hace exactamente un mes que no escribo en este cuaderno de bitácora, y la verdad es que no es por falta de noticias. Más bien se trata de falta de tiempo, de otras prioridades, en fin, que tengo a "Tirarpalante" muy abandonado. Aunque yo sigo, "tirando p'alante".
Hoy hace 500 años que nacía una niña que pasaría a la historia con el nombre de Teresa de Jesús. Estamos de fiesta por lo tanto, conmemorando a esta gran mujer que está en los altares. Hoy me imagino que en Ávila estarán tirando la casa por la ventana, para conmemorar a su Santa por excelencia. Tengo buenos amigos carmelitas descalzos y me uno a su acción de gracias y les felicito de todo corazón. Los de Misión MAS estaremos en Ávila en abril, celebrando un Retiro Carismático Contemplativo con el Padre Adrián Santarelli de Argentina. El Padre Adrián es un admirador de la Santa y quería hacer algo por este V Centenario. La verdad es que ha sido un milagro encontrar casa y en Ávila, pero estaba de Dios que así fuera. Mamá María tiene bastante que ver también en todo esto, por eso la casa en la que vamos a estar se llama La Milagrosa.
Empecemos por el principio. Yo nací en la Clínica de La Milagrosa de Madrid. Me confirmé a los 12 años en la Basílica de La Milagrosa, también en Madrid. Como fui al Británico, que está al lado, casi todos los actos religiosos del Colegio los hacíamos en la Basílica. En fin, que a lo largo de mi vida distintas personas me han regalado medallitas de la Milagrosa, como a casi todos. Pero no he sido nunca consciente de la Milagrosa ni de nada relacionado con ello. Simplemente estaba allí. No sé porqué este año decidí ir a Misa a la Basílica el día de la Milagrosa, el 27 de noviembre. Estaba hasta la bandera pero a pesar de ello me encontré con una amiga, Paloma. Estuvimos en la tienda de La Milagrosa, comprando medallitas para que las bendijeran. Al terminar la celebracíón Paloma me presentó al Párroco. Yo pensé que sería muy bonito poder hacer el cénaculo de Adoración del Fuego de Ars allí y le dije al párroco que volvería. Pocos días después fallecía una Hija de la Caridad muy querida, Sor Mari Luz. Fui al funeral y volví a ver a Paloma y, por supuesto, al párroco de la Milagrosa. Yo seguía con mi idea de presentarle el Fuego de Ars y quedé con él para hacerlo.
Todavía no sé porqué cogí los libros que he publicado, pero el caso es que se me ocurrió hacerlo. Pensé que después de ver al párroco, podía pasarme por la tienda de La Milagrosa y ver si los podían vender allí. El párroco fue amable, pero me hizo ver que no era posible que hiciéramos allí el cenáculo del Fuego de Ars. Me sentí algo decepcionada. Entonces le pregunté que con quién podía hablar para presentar los libros en la tienda. Me dio el nombre de un sacerdote, el P. Teodoro Barquín, director de la editorial. Con mis libros bajo el brazo entré en la tienda y pregunté por el P. Teodoro. En un arranque de "profesionalidad" le di mi tarjeta. Hacía poco que me había hecho unas tarjetas muy cucas de Misión MAS. Con ella en la mano entró en un despacho y yo me quedé esperando fuera. De pronto salió este sacerdote, de unos 70 años, elegante y atractivo, hablándome en un inglés perfecto. Yo asombrada le respondí también en inglés. Y él encantado me hizo pasar y me preguntó que si yo traducía. En fin, que el P. Teodoro necesitaba encontrar a alguien que le ayudara con traducciones y allí estaba yo como caída del Cielo. De hecho me dijo que a mí realmente me había llevado hasta él el Espíritu Santo. Yo casi todavía no me lo creo. Yo había ido a hablar con un párroco para ver si le "vendía" el Fuego de Ars, y me encontraba con la oportunidad de traducir libros para una editorial como La Milagrosa. El resultado final son 7 libros y cuatro volúmenes de una enciclopedia donde se cuenta la historia de la Congregación de la Misión. Ya he terminado el primer libro, el cual por cierto me ha encantado. Y además he ganado un amigo sacerdote más, el querido Padre Teodoro. Ha sido a través de él que hemos conseguido la casa en Ávila para celebrar el Retiro con el Padre Adrián. Cuando entré en Internet y vi que había una casa que se llamaba La Milagrosa, algo saltó en mi interior. Este año Ávila es un destino buscado e imposible, y ni en mis mejores sueños pensé que pudiéramos lograrlo, pero claro a veces me olvido de que para Dios no hay nada imposible.
La verdad es que se van sucediendo los milagros en mi vida, y no puedo casi ni parar para dar gracias. Supongo que se trata a veces de dejarse, de no buscar y de esperar siempre lo inesperado. De ese modo Dios puede actuar con mucha más fuerza, simplemente porque nos dejamos, porque no ponemos voluntad ni nada. ¡Gracias, Señor, por todo!