jueves, 25 de octubre de 2012

La gloria de Dios

Jim Murphy
Vicente Borragán en la Eucaristía de clausura del Encuentro Nacional, lo decía muy bien. "Parece que nos acabamos de decir hola, y ya nos estamos diciendo adiós". Y es que realmente se ha pasado en un soplo. Como tantas veces sucede, sobre todo con las cosas buenas, estamos deseando que lleguen y luego se van en un instante. Desde que nos reunimos en Pozuelo para decidir quién predicaría este año, (en febrero del 2011), pasando por el lema qué tendríamos,(febrero del 2012), hasta que se ha hecho realidad, daba la sensación de que nunca llegaría el momento. Pero Jim Murphy llegó, y habló, y proclamó, y maravilló. Se ciñó completamente al lema: "Si crees, verás la gloria de Dios" (Jn 11, 40), y podemos decir que hemos visto la gloria de Dios en este Encuentro. 
Desde que llegó a Madrid el viernes por la mañana, Jim Murphy ha sido para mí un ejemplo de hombre de fe recia, sólida. Fe bien fundamentada en Cristo, en palabra y obra.  Yo conozco a Jim desde hace años, 1998, y he compartido muchos encuentros internacionales con él. Desde hace tiempo él estaba deseando venir a España. Su amor por nuestro país se remonta a su infancia cuando miraba mapas de tesoros submarinos de los galeones españoles hundidos en las costas americanas. Por entonces ese era su sueño, encontrar y rescatar esos tesoros. Luego el Señor le mostraría otros tesoros y otros rescates. Su amor por esta tierra también procede de la evangelización de América por parte de los españoles. Yo le decía un día que ahora tenían que venir ellos a evangelizarnos a nosotros. Que esa fe transmitida y llevada por los españoles a tierras americanas, estaba ahora necesitada del empuje de esos americanos. Que la Vieja Europa necesita de la sangre de esos continentes nuevos. En fin, que por muchos motivos Jim tiene un cariño especial hacia España y estaba entusiasmado con venir a compartir con nosotros.
Fui a buscarle el viernes por la mañana al aeropuerto y yendo de camino al taxi, después de los saludos efusivos, me dice que tiene un problemilla. "A little problem". Yo, pensando que era algo nimio, me ofrecí a ayudarle en lo que pudiera, y entonces me dice que es que le han tenido que operar, porque le han descubierto un cáncer, un melanoma. Evidentemente me quedé trastornada por la noticia. Él con toda serenidad, me dice que además todavía tiene los puntos y que le molestan bastante. Yo como pude, con un nudo en la garganta, le dije que por la tarde podríamos ir al Botiquín del Encuentro y que le miraran el brazo. Entonces le dije que me podía haber dicho algo por mail, que hubiéramos entendido que no viniera estando en esa situación, etc.. Y mirándome a los ojos me suelta: "Vengo a Madrid a ver la gloria de Dios este fin de semana, porque aquí va a brillar para mí". ¡Casi me desmayo! Inmediatamente me vinieron a la mente esas excusas tontas que ponemos todos para no ir a un retiro, o no hacer algo por el Señor, y aquí estaba este hombre con su brazo cosido, con un melanoma, diciéndome que todo estaba bien y que él no podía dejar de estar donde el Señor le pedía que estuviera, no se podía perder su gloria. En fin, que a partir de ese momento tuve la certeza, como así ha sido, de que iba a ser un Encuentro especial. 
Traducir a Jim Murphy ha sido una pasada. Transmite una paz y a la vez una fuerza especiales. Reconozco que he acabado agotada, pero muy contenta por haber podido "trabajar" con alguien tan especial. Se ha marchado dejando un buen sabor de boca, creo que a todos. Hasta el último momento ha estado atento, cariñoso, solícito con todo el mundo. Me da pena que haya estado tan poco tiempo y espero que pueda volver algún día con Sue, su mujer.
El Señor ha estado grande durante este fin de semana con nosotros. Su pueblo desbordaba de alegría en Él, y Él le ha bendecido con creces. Como ese duelo que tan bien relata Vicente Borragán, cuanto más le bendecimos más nos bendice, y así en un pulso eterno a ver quién se cansa antes de bendecir. Y le doy muchas gracias a Dios por todos los que han contribuido a que este Encuentro haya salido tan bien. Desde el más grande hasta el más pequeño de los servicios, todos han contribuido a hacer de éste un Encuentro muy especial. Creo que podemos decir todos, "Señor, misión cumplida". 

Si alguien quiere saber más sobre Jim Murphy no tiene más que entrar en su página web http://www.veracruzcm.com/  Está sólo en inglés, pero así practicáis la lengua de Shakespeare. 

lunes, 15 de octubre de 2012

La gran Teresa

Empezábamos el mes con la pequeña Teresa de Lisieux, la del Niño Jesús, y a mediados nos encontramos con la gran Teresa de Jesús, la monja más andariega que haya existido. Las dos son doctoras de la Iglesia, lo más grande que un santo puede llegar a ser, y las dos son ejemplo vivo de fe y de entrega al Señor.

Autor: P. Angel Amo | Fuente: Catholic.net
Teresa de Jesús (de Ávila), Santa
Doctora de la Iglesia, 15 de octubre
 
Teresa de Jesús (de Ávila), Santa

Virgen Carmelita
Doctora de la Iglesia

Martirologio Romano: Memoria de santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, que nacida en Ávila, ciudad de España, y agregada a la Orden de los Carmelitas, llegó a ser madre y maestra de una observancia más estrecha, y en su corazón concibió un plan de crecimiento espiritual bajo la forma de una ascensión por grados del alma hacia Dios, pero a causa de la reforma de su Orden hubo de sufrir dificultades, que superó con ánimo esforzado, y compuso libros en los que muestra una sólida doctrina y el fruto de su experiencia (1582).

Etimología: Teresa = Aquella que es experta en la caza, viene del griego


Nacida en Ávila el año 1515, Teresa de Cepeda y Ahumada emprendió a los cuarenta años la tarea de reformar la orden carmelitana según su regla primitiva, guiada por Dios por medio de coloquios místicos, y con la ayuda de San Juan de la Cruz (quien a su vez reformó la rama masculina de su Orden, separando a los Carmelitas descalzos de los calzados). Se trató de una misión casi inverosímil para una mujer de salud delicada como la suya: desde el monasterio de San José, fuera de las murallas de Avila, primer convento del Carmelo reformado por ella, partió, con la carga de los tesoros de su Castillo interior, en todas las direcciones de España y llevó a cabo numerosas fundaciones, suscitando también muchos resentimientos, hasta el punto que temporáneamente se le quitó el permiso de trazar otras reformas y de fundar nuevas cases.

Maestra de místicos y directora de conciencias, tuvo contactos epistolares hasta con el rey Felipe II de España y con los personajes más ilustres de su tiempo; pero como mujer práctica se ocupaba de las cosas mínimas del monasterio y nunca descuidaba la parte económica, porque, como ella misma decía: “Teresa, sin la gracia de Dios, es una pobre mujer; con la gracia de Dios, una fuerza; con la gracia de Dios y mucho dinero, una potencia”. Por petición del confesor, Teresa escribió la historia de su vida, un libro de confesiones entre los más sinceros e impresionantes. En la introducción hace esta observación: “Yo hubiera querido que, así como me han ordenado escribir mi modo de oración y las gracias que me ha concedido el Señor, me hubieran permitido también narrar detalladamente y con claridad mis grandes pecados. Es la historia de un alma que lucha apasionadamente por subir, sin lograrlo, al principio”. Por esto, desde el punto de vista humano, Teresa es una figura cercana, que se presenta como criatura de carne y hueso, todo lo contrario de la representación idealista y angélica de Bernini.

Desde la niñez había manifestado un temperamento exuberante (a los siete años se escapó de casa para buscar el martirio en Africa), y una contrastante tendencia a la vida mística y a la actividad práctica, organizativa. Dos veces se enfermó gravemente. Durante la enfermedad comenzó a vivir algunas experiencias místicas que transformaron profundamente su vida interior, dándole la percepción de la presencia de Dios y la experiencia de fenómenos místicos que ella describió más tarde en sus libros: “El camino de la perfección”, “Pensamientos sobre el amor de Dios” y “El castillo interior”.

Murió en Alba de Tormes en la noche del 14 de octubre de 1582, y en 1622 fue proclamada santa. El 27 de septiembre de 1970 Pablo VI la proclamó doctora de la Iglesia.
Si quieres ahondar más en la vida de Santa Teresa de Ávila consulta:
  • Teresa de Jesus, Fundadora y Orante 
  • Una Santa muy Española 
  • EWTN 
  • Corazones.org 
  • Editorial Monte Carmelo 
  • Fiesta de santa Teresa de Ávila

  • La Voz de Dios en Santa Teresa de Jesús
  • viernes, 12 de octubre de 2012

    CREO


    LA PROFESIÓN DE LA FE COMO UNA ORACIÓN DIARIA PARA EL AÑO DE LA FE


    PrayerCards
    "Con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con los labios se profesa para alcanzar la salvación" (Rm 10,10).
    Para que el año de la fe pueda llevar a todos los creyentes a aprender de memoria el Credo, a recitarlo todos los días como oración, de manera que la respiración se acompase con la fe”.
    AYUDA PARA EL AÑO DE LA FE

    Credo Niceno-constantinopolitano
    Creo en un solo Dios; Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,engendrado, no creado,de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras,y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria parajuzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

    jueves, 11 de octubre de 2012

    Año de la fe

    Hoy empieza el Año de la Fe. Hoy en el Vaticano habrá gran fiesta de inicio de un año, que espero que de muchos frutos. Hace 50 años también el Vaticano se vestía de fiesta para dar comienzo al Concilio Vaticano II, sin lugar a dudas uno de los acontecimientos más importantes de la Iglesia en el siglo pasado. De modo que hoy, 11 de octubre, es un día muy importante para nuestra Iglesia.
    Y ¿para nosotros? ¿Qué significa? ¿Lo vemos importante? ¿Es necesario un año de la fe? ¿Fue necesario el Concilio? A veces pienso que se nos queda todo como un poco lejos. Entre tanta "pompa y circunstancia" es difícil llegar a entender en nuestras vidas cotidianas todos estos acontecimientos. Pero yo creo que sí tienen trascendencia. Son parte de nuestra historia y del paisaje de nuestras vidas. Por eso espero poder vivir este año con fe expectante, con fe renovada, con fe aumentada. Y espero poder compartir esa fe con todos los que el Señor ponga en mi camino.
    Para empezar la semana que viene tendremos nuestro Encuentro Nacional con el lema: "Si crees verás la gloria de Dios", y me parece una manera estupenda de comenzar este camino de fe. Y paso a paso ver toda la gloria que el Señor nos tiene reservada.
    Podéis encontrar toda la información sobre el año de la fe en este enlace http://www.annusfidei.va/content/novaevangelizatio/es.html

    Y esta es la explicación del logo del año de la fe:



    jueves, 4 de octubre de 2012

    Mayor de edad

    Hoy cumplo ¡18 años! ¡Ya soy mayor de edad! No os sorprendáis, no me he vuelto loca. Hoy, hace 18 años, el Señor tuvo a bien venir en mi rescate, y aquí estoy celebrándolo. He contado tantas veces mi testimonio que a veces pienso que lo he "rutinizado" (¡toma palabro!), pero nada más lejos de la realidad. Creo que ese momento de encuentro personal, ese día, esa hora, son algo que nunca podrá ser algo rutinario; siempre conservará ese halo de momento extraordinario, especial. Encontrarse con Dios, os aseguro que es algo que desborda todo pensamiento, toda palabra, todo acontecimiento. No se puede resumir, ni definir. No se puede reducir a una vivencia más, es el momento cumbre, de verdad al desnudo, de una vida. Lo mío fue entre lágrimas, angustia, negrura, en resumen, puro infierno. Yo me encontré con el Padre, con su abrazo inmenso, con su amor sin medida. Como el hijo pródigo, regresé a casa, e hicieron fiesta por mí. Anduve embelesada con el Padre y empecé a ir al grupo de Renovación con mi suegra, a Maranatha. Allí hice el Seminario y recibí al Espíritu. Y meses después, en la siguiente Semana Santa, caí rendida ante el Hijo, Jesús. Ese fue mi proceso. Los 3 presentes desde el principio, pero yo abriéndome a cada uno poco a poco. Y, por supuesto, Mamá María. A ella me ha costado más descubrirla, amarla, pero me ha ganado completamente. 
    Sólo sé que desde entonces no he dejado de alabar, de bendecir, de dar gracias por cada instante de mi vida. He llorado, he reído, he gozado, he amado, he sufrido, he peleado, he atravesado el desierto, he sentido la arena en mi boca, en mi corazón, he bebido en fuentes que nunca soñé, he bajado a mis infiernos, he subido montes y atravesado valles, y en todo momento no he dejado de sentir Su compañía. Además, por pura gracia, me ha regalado a tanta gente con la que comparto mi fe. Gente, que ni podía soñar conocer. De todos los rincones del mundo. ¿Qué más se puede pedir?
    Por eso hoy quiero daros las gracias a todos los que, de un modo u otro, me habéis acompañado en este trayecto. A algunos os veo con frecuencia y os puedo abrazar, en vivo y en directo. A otros os mando un abrazo virtual y mi inmenso agradecimiento por estar allí. 
    Y hoy me quiero despedir con la bendición de mi santo favorito, cuyo día celebramos hoy, Francisco de Asís:
    El Señor te bendiga y te guarde;
    te muestre su faz y tenga misericordia de ti.
    Vuelva a ti su rostro y te conceda la paz.
    El Señor te bendiga.

    lunes, 1 de octubre de 2012

    La sencillez hecha alma

    Autor: Ángel Amo | Fuente: Catholic.net
    Teresa del Niño Jesús, Santa
    Sencillez y perfección en las cosas pequeñas, Octubre 1
     
    Teresa del Niño Jesús, Santa

    Virgen y Doctora de la Iglesia

    Martirologio Romano: Memoria de santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, que entró aún muy joven en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Lisieux, llegando a ser maestra de santidad en Cristo por su inocencia y simplicidad. Enseñó el camino de la perfección cristiana por medio de la infancia espiritual, demostrando una mística solicitud en bien de las almas y del incremento de la Iglesia, y terminó su vida a los veinticinco años de edad, el día treinta de septiembre (1897)

    La Iglesia le dedica este día para que la conozcamos y tratemos de imitar sus virtudes de delicadeza y perfección en las cosas pequeñas.

    Hay dos santas con el mismo nombre: Santa Teresita del Niño Jesús o de Lisieux Santa Teresa de Ávila (15 de Octubre). Ambas fueron monjas carmelitas, nos dejaron una autobiografía y son santas doctoras de la Iglesia.

    María Francisca Teresa (Santa Teresita del Niño Jesús o de Lisieux) nació el 2 de Enero de 1873 en Francia. Hija de un relojero y una costurera de Alençon. Tuvo una infancia feliz y ordinaria, llena de buenos ejemplos. Teresita era viva e impresionable, pero no particularmente devota.

    En 1877, cuando Teresita tenía cuatro años, murió su madre. Su padre vendió su relojería y se fue a vivir a Lisieux donde sus hijas estarían bajo el cuidado de su tía, la Sra. Guerin, que era una mujer excelente. Santa Teresita era la preferida de su padre. Sus hermanas eran María, Paulina y Celina. La que dirigía la casa era María y Paulina que era la mayor se encargaba de la educación religiosa de sus hermanas. Les leía mucho en el invierno.

    Cuando Teresita tenía 9 años, Paulina ingresó al convento de las carmelitas. Desde entonces, Teresita se sintió inclinada a seguirla por ese camino. Era una niña afable y sensible y la religión ocupaba una parte muy importante de su vida.

    Cuando Teresita tenía catorce años, su hermana María se fue al convento de las carmelitas igual que Paulina. La Navidad de ese año, tuvo la expeirencia que ella llamó su “conversión”. Dice ella que apenas a una hora de nacido el Niño Jesús, inundó la oscuridad de su alma con ríos de luz. Decía que Dios se había hecho débil y pequeño por amor a ella para hacerla fuerte y valiente.
    Al año siguiente, Teresita le pidió permiso a su padre para entrar al convento de las carmelitas y él dijo que sí. Las monjas del convento y el obispo de Bayeux opinaron que era muy joven y que debía esperar.

    Algunos meses más tarde fueron a Roma en una peregrinación por el jubileo sacerdotal del Papa León XIII. Al arrodillarse frenta al Papa para recibir su bendición, rompió el silencio y le pidió si podía entrar en el convento a los quince años. El Papa quedó impresionado por su aspecto y modales y le dijo que si era la voluntad de Dios así sería

    Teresita rezó mucho en todos los santuarios de la peregrinación y con el apoyo del Papa, logró entrar en el Carmelo en Abril de 1888. Al entrar al convento, la maestra de novicias dijo; “ Desde su entrada en la orden, su porte tenía una dignidad poco común de su edad, que sorprendió a todas las religiosas.” Profesó como religiosa el 8 de Septiembre de 1890. Su deseo era llegar a la cumbre del monte del amor.

    Teresita cumplió con las reglas y deberes de los carmelitas. Oraba con un inmenso fervor por los sacerdotes y los misioneros. Debido a esto, fue nombrada después de su muerte, con el título de patrona de las misiones, aunque nunca habia salido de su convento.

    Se sometió a todas las austeridades de la orden, menos al ayuno, ya que era delicada de salud y sus superiores se lo impidieron. Entre las penitencias corporales, la más dura para ella era el frío del invierno en el convento. Pero ella decía “Quería Jesús concederme el martirio del corazón o el martirio de la carne; preferiría que me concediera ambos.” Y un día pudo exclamar “He llegado a un punto en el que me es imposible sufrir, porque todo sufrimiento es dulce.”

    En 1893, a los veinte años, la hermana Teresa fue nombrada asistente de la maestra de novicias. Prácticamente ella era la maestra de novicias, aunque no tuviera el título. Con respecto a esta labor, decía ella que hacer el bien sin la ayuda de Dios era tan imposible como hacer que el sol brille a media noche.

    Su padre enfermó perdiendo el uso de la razón a causa de dos ataques de parálisis. Celina, su hermana, se encargó de cuidarlo. Fueron unos año difíciles para las hijas. Al morir el padre, Celina ingresó al convento con sus hermanas.

    En este mismo año, Teresita se enfermó de tuberculosis. Quería ir a una misión en Indochina pero su salud no se lo permitió. Sufrió mucho los últimos 18 meses de su vida. Fue un período de sufrimiento corporal y de pruebas espirituales. En junio de 1897 fue trasladada a la enfermería del convento de la que no volvió a salir. A partir de agosto ya no podía recibir la Comunión debido a su enfermedad y murió el 30 de Septiembre de ese año. Fue beatificada en 1923 y canonizada en 1925. Se le presenta como una monja carmelita con un crucifijo y rosas en los brazos. Ella decía que después de su muerte derramaría una lluvia de rosas.
    El culto a esta santa comenzó a crecer con rapidez. Los milagros hechos gracias a su intercesión atrajeron a atención de los cristianos del mundo entero.

    Escribió el libro “Historia de un alma” que es una autobiografía. Escribe frases preciosas como éstas en ese libro: “Para mí, orar consiste en elevar el corazón, en levantar los ojos al cielo, en manifestar mi graitud y mi amor lo mismo en el gozo que en la prueba.”; “Te ruego que poses tus divinos ojos sobre un gran número de almas pequeñas.” Teresita se contaba a sí misma entre las almas pequeñas, decía “Yo soy un alma minúscula, que sólo puede ofrecer pequeñeces a nuestro Señor.”

    ¿Qué nos enseña Santa Teresita?

    Nos enseña un camino para llegar a Dios: la sencillez de alma. Hacer por amor a Dios nuestras labores de todos los días. Tener detalles de amor con los que nos rodean. Esta es la “grandeza” de Santa Teresita. Decía: “Quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra.”El secreto es reconocer nuestra pequeñez ante Dios, nuestro Padre. Tener una actitud de niño al amar a Dios, es decir, amarlo con simplicidad, con confianza absoluta, con humildad sirviendo a los demás. Esto es a lo que ella llama su “caminito”. Es el camino de la infancia espiritual, un camino de confianza y entrega absoluta a Dios.

    Nos enseña a servir a los demás con amor y perfección viendo en ellos a Jesús. Toda su vida fue de servicio a los demás. Ser mejores cada día con los demás en los detalles de todos los días.

    Nos enseña a tener paciencia ante las dificultades de la vida. Su enfermedad requirió de mucha paciencia y aceptación. Sólo estando cerca de Dios el sufrimiento se hace dulce.

    Nos enseña a tener sentido del humor ante lo inevitable. Dicen que durante la meditación en el convento, una de las hermanas agitaba su rosario y esto irritaba a Santa Teresita. Decidió entonces en lugar de tratar de no oír nada, escuchar este ruido como si fuera una música preciosa. En nuestras vidas hay situaciones o acciones de los demás que nos molestan y que no podemos evitar. Debemos aprender a reírnos de éstas, a disfrutarlas por que nos dan la oportunidad de ofrecer algo a Dios.

    Nos enseña que podemos vivir nuestro cielo en la tierra haciendo el bien a los que nos rodean. Actuar con bondad siempre, buscando lo mejor para los demás. Esta es una manera de alcanzar el cielo.

    Nos enseña a ser sencillos como niños para llegar a Dios. Orar con confianza, con simplicidad. Sentirnos pequeños ante Dios nuestro Padre.

    Oración
    Virgen María y Santa Teresita, ayúdenme a tener más amor a Dios para servir mejor a los que me rodean.

    Si quieres saber más de la vida de Santa Teresa del Niño Jesús en corazones.org encontrarás un sitio hermoso para seguir consultando

    Consulta también Una mujer ¿Puede ser el corazón de la Iglesia?

    Teresa del Niño Jesús, Santa

    Luis y Celia, padres de Santa Teresita