viernes, 27 de febrero de 2009

En lo bueno y en lo malo

Hace unos años me tocó llevar la oración en mi grupo de ídem. Como álgunos ya sabéis no es que haya que hacer mucho cuando llevas la oración, pero al principio siempre hay que decir algunas palabras de motivación a la alabanza. El Señor ese día puso en mi corazón lo siguiente: "La alabanza tiene que ser como la promesa que se hacen los cónyuges en su boda, en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, en la alegría y en la tristeza, etc... todos los días de mi vida hasta que la muerte.....nos una para siempre en una alabanza perpetua". Y es que creo que nuestra alianza con el Señor, nuestra "boda" con Él es así y que nuestra alabanza y acción de gracias no pueden detenerse por un momento de nubarrón.
Bueno, pues ahora yo estoy en un pequeño momento de nubarrón. Me duele el cuerpo y me duele también un poco el alma, pero el espíritu está en plena sintonía con el Señor. Y sé que todo esto va a pasar y que me esperan cosas muchos mejores de las que jamás soñé e imaginé. De lo bueno que va a pasarme es que como me he visto obligada definitivamente a abandonar el tabaco por una bronquitis crónica y otras dolencias pulmonares, mi vida social mejorará un mogollón. Oleré mejor, saborearé las comidas, no tendré que salir bajo la lluvia o cualquier otra inclemencia a fumar, en fin que podré estar tranquilamente con mis amigos sin necesidad de abandonar la reunión para echar un piti. De momento lo llevo bien, pero os pido oración para los momentos de bajón. Gracias Encarna por tus ánimos. Nada mejor que haberlo sufrido para solidarizarte. Del alma me duele que hoy se vende Cantachoenea, la casa que teníamos en Guéthary. Lugar de muchas vacaciones, de muchas emociones y de muchos recuerdos. Al final Fernando ha decidido venderla, con gran dolor de corazón, y reconozco que me cuesta pensar en ello. Pero, le doy muchas gracias al Señor por todo ello. Por haberme dado tantas cosas de las que disfrutar, por estar conmigo constantemente y porque sé que no hay nada ni nadie que pueda separarme del inmenso amor que me tiene.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Tiempo de bendición

Por fin ha salido el sol. Hace un día precioso. Después de tanta nieve, lluvia, niebla, viento y demás fenómenos meteorológicos invernales es de mucho agradecer este día radiante. Me siento como los animalillos despertando después del crudo invierno. Hoy además es mi santo y eso lo hace todavía más especial. Ya estoy recibiendo mensajitos de felicitación que me hacen darme cuenta de la gente que me quiere, o por lo menos me aprecia lo suficiente para acordarse de mí. Y es que a veces se me olvida, despistada que anda una. Por eso creo que es un buen momento para acordarse de las muchas bendiciones y dejarse de negruras y tristezas. La vida tiene momentos agrios y momentos dulces; si nos quedáramos sólo con los agrios andaríamos siempre con muy mal sabor de boca y estaríamos permanentemente asqueados. Además seríamos muy desagradecidos con Aquel que sólo quiere nuestro bien y nos quiere felices SIEMPRE. Una de las bendiciones más grandes que estoy viviendo es el Seminario de Vida en el Espíritu que estamos teniendo en mi grupo, Maranatha. No os podéis hacer idea de las maravillas que está haciendo el Señor. Yo he estado sirviendo en diferentes Seminarios y he visto al Señor actuar de manera extraordinaria, pero como en éste nunca. Desde el primer día se ha manifestado con una fuerza y con un poderío espectaculares. Lo mejor de todo es que todo se está produciendo desde la pobreza más absoluta. Por eso creo que el Señor se está prodigando con tanta riqueza. Somos pocos, nunca sabemos quien va a venir, y el Señor no deja de sorprendernos. Los "nuevos" nos están catequizando a los "viejos". Su frescura, sus ganas de encontrarse con Jesús, su docilidad, su sed de Dios, tantas cosas. El fin de semana pasado tuvimos el Retiro de Efusión, y ha sido algo extraordinario. Y eso que desde el punto de vista humano todo estaba en contra: gripes, accidentes, nieve, ausencias, etc.. Parecía imposible que pudiéramos sacarlo adelante. Pero, como siempre, el Señor nos ha demostrado que la obra y la gloria son suyas, y que nosotros lo único que tenemos que hacer es dejarnos en sus manos. ¡Qué gran lección nos ha dado el Señor! En el momento de la Efusión su presencia era tan grande, con tanta fuerza, que una hermana de las nuevas cayó en descanso en el Espíritu y luego nos contaba su experiencia. Ella estaba al fondo, sola, mientras orábamos unos por otros. Se había situado allí porque se sentía indigna de estar cerca de nosotros. Y el Señor la cogió en brazos, la hizo descansar y, como contaba ella, se sintió sanada de esas dudas y se sintió hija querida llena de la dignidad que sólo Dios sabe darnos. Ni ella misma podría creerse lo que allí había sucedido. ¡Pura maravilla! No podemos dejar de dar gracias a Dios por todo lo que hace por nosotros. Después de un fin de semana así, sientes como si te hubieran recargado las pilas, la batería, y que el motor de tu vida se lanza hacia delante con una energía nueva, con una fuerza sin límites. Estoy segura de que los frutos de este Seminario serán de una bendición muy especial para Maranatha, porque el Señor ha comenzado una obra nueva y veremos su gloria entre nosotros como nunca pudimos pensar o esperar. ¡Gloria a Dios!

martes, 3 de febrero de 2009

Volan

Hace años que funciona esta asociación, impulsada por Rosa Puerta. Son Voluntarios Animadores y "trabajan" fundamentalmente en residencias, asilos, etc.. Rosa me invitó hace tiempo a unirme a ellos, y ayer fui por primera vez. La verdad es que no sabía muy bien en qué consistía lo que hacían pero como me encantan las sorpresas me dejé sorprender. Y, valga la redundancia, me sorprendí verdaderamente. Ver a Rosa con una falda de faralaes, bailando y cantando, es algo que no me esperaba en absoluto. Los que me conocéis sabéis que si de algo carezco, creo que totalmente, es de sentido del ridículo, y que allí donde haya bulla me apunto la primera. Pero, Rosa no es así, o al menos eso creía yo. Con todo mimo prepara las canciones, nos da faldas para todas las "Volan" y cintas de colores a los ancianos, que entusiasmados las mueven al son de la música. Todo comienza con un rato de oración, comentario del Evangelio y luego fiestuqui. Me lo pasé como los indios. Me emocionaba ver a las señoras cantando copla y canciones de esas del año de Maricastaña, completamente entusiasmadas. Parece algo tonto, contado así, pero si viérais la vida que se les da durante esa hora. Están muy solitos en esas residencias, y algunos apenas se pueden mover. Yo veía cómo disfrutaban, cómo se emocionaban, se reían. A lo mejor no lo hacen en toda la semana. Llegué a casa pensando que qué poco cuesta hacer feliz a alguien. A mí sólo me costó una hora de vida. Y os aseguro que en esa hora también recibí un montón. Rosa, me has atrapado. Gracias por hacerlo. Si alguien está interesado que se anime, no saldrá defraudado y ayudará mucho haciendo muy poco.