domingo, 30 de noviembre de 2008

Aviso a navegantes

¡Feliz Año Nuevo! Sí, no me he vuelto loca. Hoy empieza un nuevo año litúrgico y por eso os deseo feliz año nuevo. Es un momento precioso, el del Adviento. Es un tiempo de espera, de expectación. Con él comenzamos una nueva andadura en nuestro camino espiritual. En fin, que sea un tiempo lleno de paz y alegría, en el que sigamos profundizando cada vez más en nuestra fe.
El aviso a navegantes es porque he incluido cositas en el blog. Entre ellas lo de amigos de Tirarpalante. Os invito a apuntaros para así poder saber quien lee todo esto. Además ahora os será más fácil dejar comentarios porque he cambiado la configuración. En fin, que poco a poco voy mejorando todo esto. Ahora os toca a vosotros dar señales de vida. Encarna, ya lo ha hecho, cosa que le agradezco un montón. Venga, no seáis vagos y dejad algún comentario.

martes, 25 de noviembre de 2008

La Cruz


Estos días se habla mucho de la Cruz. A raíz de la decisión de quitarla de las paredes de un colegio en Valladolid, se ha desatado la polémica. En estos días que nos ha tocado vivir todo lo que "huela" un poquito a Dios es rechazado de plano. No es que se niegue su existencia, es que directamente se odia a Dios. Sí, se odia a Dios. Quizá pueda sonar un poco fuerte pero es que esa es la sensación que tengo. ¿Por qué? Tanto cuesta admitir que amándonos hasta el extremo, Jesús se entregó por todos nosotros (¡por todos!) a la muerte, y esa muerte, le guste o no a la gente, fue en una cruz. Desde entonces la Cruz es un recuerdo de ello. No es algo del pasado, es algo que está presente y lo estará hasta el final de los tiempos. La Cruz es un símbolo del amor de Dios, de la entrega, de la donación, del sacrificio. De todas esas cosas que en este mundo relativista y absurdo no se quiere saber nada. No es un símbolo político. No es un arma arrojadiza. No es nada eso. Sobre ella han escrito gentes mucho más sabias que yo, y para quien esté interesado no tiene más que buscar y encontrará miles de poemas, artículos, glosas, etc.. sobre ella. Pero nadie como San Pablo para explicarlo mejor que nadie. En su 1ª Carta a los Corintios 1, 18-25 dice:

Pues la predicación de la cruz es una necedad para los que se pierden; mas para los que se salvan -para nosotros- es fuerza de Dios. Porque dice la Escritura: "Destruiré la sabiduría de los sabios, e inutilizaré la inteligencia de los inteligentes". ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el docto? ¿Dónde el sofista de este mundo? ¿Acaso no entontenció Dios la sabiduría de este mundo? De hecho, como el mundo mediante su propia sabiduría no conoció a Dios en su divina sabiduría, quiso Dios salvar a los creyentes mediante la necedad de la predicación. Así, mientras los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría, nosotros predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; mas para los llamados, lo mismo judíos que griegos, un Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Porque la necedad divina es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad divina, más fuerte que la fuerza de los hombres.

El que tenga oídos que oiga, como dice el Señor. Creo que deberíamos más que nunca celebrar todos los días el 14 de septiembre, día de la Exaltación de la Santa Cruz.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Día de la música

Hoy es Santa Cecilia, patrona de la música. Es el santo de mi hija. Ha sido siempre mi nombre favorito. De pequeña solía hacer listas de mis nombres favoritos, tanto de niños como de niñas. Si hubiera tenido un niño le habría llamado Ignacio, pero resultó ser una niña, y Cecilia ganó la partida. Estaba embarazada de Cecilia cuando un día como éste me enteré de que Santa Cecilia era la patrona de la música. Eso ya me hizo decidirme del todo por este nombre. La música ha sido siempre una de las cosas que más me han gustado. Creo que a todo el mundo le gusta, o al menos no conozco a nadie que no le guste. Supongo que como en todo siempre habrá alguien que disienta. Para mí la música es algo que me acompaña siempre. Incluso cuando estoy en silencio siento la música dentro de mí. Hay pocas cosas que para mí tengan tanto poder evocador como la música. A veces me ha pasado poder revivir momentos ya vividos sólo escuchando las primeras notas de una canción. ¿No os pasa? Cuando llegué a la Renovación Carismática fue una de las cosas que más me cautivaron, las canciones. La alabanza se ve reforzada cuando cantamos con alegría y fuerza una canción. Desde el momento que conocí esta corriente de gracia que es la Renovación, la música se ha hecho todavía más importante. Cantando, bailando para el Señor es como si la oración se intensificara. Por eso en este blog esta la barra de vídeos con música cristiana. Os animo a pinchar en cualquiera de ellos y que os recreéis en las imágenes y sobre todo en la música. ¡Pura maravilla!

sábado, 1 de noviembre de 2008

Jacksonville


Al norte del Estado de Florida (EEUU), a orillas del río St. John, está la ciudad de Jacksonville, casi ya en el estado de Georgia. Allí viven Francis y Judith MacNutt, matrimonio dedicado desde hace años a ayudar a otras personas con su oración. Los MacNutt fundaron hace años los Christian Healing Ministries (Ministerios Cristianos de Sanación) y a través de ellos han formado y ayudado a muchas personas. Los CHM y el ICCRS (Servicios Internacionales de la Renovación Carismática Católica) han celebrado por segundo año un encuentro de Oración de Sanación allí en Jacksonville. El año pasado se celebró en mayo, y este año ha sido del 20 al 25 de octubre. Como algunos ya sabéis, llevo ya 10 años traduciendo en distintos encuentros de ICCRS, y tuve la suerte de estar en Jacksonville el año pasado y ahora este año. El año pasado fui sola y allí conocí a gente maravillosa y entregada. Volví cargada de grabaciones y de vivencias extraordinarias. Compartí parte de lo vivido en Pozuelo y eso parece que animó a otros a venir este año a Jacksonville. La verdad es que ha sido estupendo viajar con otros para allá. El año pasado fui sola, y el viaje tanto de ida como de vuelta se me hizo eterno. Este año ha sido mucho más agradable. En total viajamos diez juntos: Lázaro, Josune, Belén, Luci, Mariaje, Jose Carlos, Xabi, María, Mamen y yo. Ha sido una gozada de compartir, fraternidad, buenas risas, algún llanto, etc... Y sobre todo mucho AMOR. Allí, en Jacksonville, he vuelto a encontrarme con hermanos y hermanas de América que conocí el año pasado. Me ha encantado volver a encontrarme con todos ellos. He vuelto a compartir cabina de traducción con mi querida Marta (Vargas-McGlade); aunque más que cabina parecía la tele de los Picapiedra. He disfrutado un montón "trabajando" con ella. Es una delicia de persona llena de alegría y cariño. Han sido días muy intensos, de mucha presencia de Dios.
Empezábamos a las 9 de la mañana todos los días con una hora de alabanza animada por el ministerio de música de la comunidad Aleluya. A mí me encanta como cantan y como animan la alabanza. Son un grupo de matrimonios, ya talluditos, pero con muchísima unción. Con toda sencillez, sin grandes medios, nos llevaban a un momento de fiesta y pura alegría. ¡Una gozada! Después había enseñanza-descanso-enseñanza y llegaba la hora de comer. Comíamos pronto (12:30) y a las 2:30 volvíamos a tener enseñanza-descanso-Misa y a cenar. Cenábamos a las ¡5:30 de la tarde! A las 7:30 volvíamos para un rato de alabanza y había otra enseñanza. Solíamos terminar sobre las 9:30 o 10, aunque ha habido días que terminábamos más tarde. ¡Agotador! Por la noche nos reuníamos los 10 para un momento "Heineken", como diría Encarna.
Nos han hablado de muchas cosas. En total 20 enseñanzas y 6 homilías. Hemos visto muchas cosas. Hemos sido testigos de la acción de Dios en vivo y en directo. Hemos alabado, cantado y bailado. Hemos recibido una nueva efusión del Espíritu Santo. Han orado por todos y algunos nos hemos sanado interiormente. Algunos hemos descansado en el Espíritu. En 6 días hemos recibido bendición tras bendición. La verdad es que es difícil poner palabras a tanta maravilla. Supongo que cada uno de los que hemos asistido iremos poco a poco contando todo lo vivido. Yo sólo puedo decir que este ministerio de la Sanación no se trata de otra cosa que de amar al otro como Dios nos ama. Es entrar en la dimensión de las entrañas misericordiosas de nuestro Señor y desde ahí escuchar, amar y orar por tanto dolor, tanta enfermedad, tanta herida, tantas cosas que nos duelen. Ahora nos toca ponernos manos a la obra. No nos podemos quedar quietos, no podemos callar las maravillas que el Señor puede y quiere hacer en este mundo roto y doliente. En el nombre de Jesús todo es posible. Ya lo dijo el Señor: "En mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas...; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien." (Marcos 16, 17-18)
No puedo más que dar gracias a Dios por permitirme ser testigo y partícipe de este maravilloso encuentro en Jacksonville y por cada uno de los hermanos que me han acompañado durante estos días.