lunes, 30 de enero de 2012

Paz

Hoy en todo el mundo se celebra el día de la Paz. Hermosa palabra que, por desgracia, brilla por su ausencia. Y se ha escogido este día porque un 30 de enero del año 1948 moría Mahatma Gandhi, que dedicó su vida a implantar la paz en este mundo tan poco pacífico. Una de sus frases más famosas fue: "No hay camino para la paz, la paz es el camino". Por supuesto, como tantos otros hombres buenos, murió violentamente en un atentado. La verdad es que nunca he estado de acuerdo con esas fechas especiales para recordarnos algo que debería "homenajearse" todos los días de nuestra vida. Por ejemplo, día del Niño, día de la Mujer, día de.... lo que sea. Me parece que normalmente esos días pasan sin pena ni gloria y no dejan más que algunas huellas "tópicas" en nuestro existir. En el caso que hoy nos ocupa, la paz, recuerdo que cuando mi hija era pequeña en su cole organizaban actos para conmemorar tan elevado anhelo y los niños paseaban con las pancartas que habían pintado en clase. Mi hija hizo una, preciosísima, que tengo colgada en casa con grandes letras de color que rezan: PAZ Y AMOR EN EL MUNDO ENTERO, y con una paloma de la paz y un globo terráqueo completando el conjunto. Y como tantos otros recuerdos allí se ha quedado colgada, pero que realmente no se queda más que en eso un recuerdo más de una vida. Si detrás de ese mensaje no existe un verdadero deseo de ser constructor de paz, no sirve para nada, y eso no se aprende en un día por hacer un cartelito. Aunque también reconozco que al menos se intenta por un día inculcar paz en las cabecitas de tantos niños. La pena es que al día siguiente nos hemos olvidado, los mayores y los pequeños.
La Iglesia celebra la Jornada de la Paz el día 1 de enero. De modo simbólico, me imagino, se ha escogido esa fecha como pórtico del deseo de llenar de paz el año que comienza. De una Paz con mayúscula, que es la que Jesús mismo nos da en cada Misa: "La paz os dejo, mi paz os doy". En 1963 el Papa Juan XXIII escribió una Encíclica, "Pacem in Terris", en la que nos instaba a todos a ser verdaderos constructores de paz siguiendo el modelo de Jesús. Es una preciosidad y deberíamos desempolvarla y ponerla en activo para que el mundo pueda vivir en esa paz que el Señor propone. No sólo Juan XXIII, ha habido muchos en la Historia de nuestra Iglesia que han dedicado su vida a ser hombres y mujeres de paz. Espero que aprendamos verdaderamente de ellos y que todos estos deseos no se queden en un solo día entre otros. Que el Señor nos conceda a todos Su Paz.

Por favor escojan el camino de la paz. En un corto tiempo puede haber vencedores y perdedores en esta guerra que todos tememos. Pero eso nunca puede, ni nunca justificará el sufrimiento, el dolor y la pérdida de vidas que vuestras armas causarán". Madre Teresa de Calcuta a Bush y Sadam Hussein en 1991, antes de la 1ª Guerra del Golfo.

"Pidamos, pues, con instantes súplicas al divino Redentor esta paz que El mismo nos trajo. Que El borre de los hombres cuanto pueda poner en peligro esta paz y convierta a todos en testigos de la verdad, de la justicia y del amor fraterno. Que El ilumine también con su luz la mente de los que gobiernan las naciones, para que, al mismo tiempo que les procuran una digna prosperidad, aseguren a sus compatriotas el don hermosísimo de la paz. Que, finalmente, Cristo encienda las voluntades de todos los hombres para echar por tierra las barreras que dividen a los unos de los otros, para estrechar los vínculos de la mutua caridad, para fomentar la recíproca comprensión, para perdonar, en fin, a cuantos nos hayan injuriado. De esta manera, bajo su auspicio y amparo, todos los pueblos se abracen como hermanos y florezca y reine siempre entre ellos la tan anhelada paz". Encíclica "Pacem in Terris" del Papa Juan XXIII (11 de abril de 1963, día de Jueves Santo, día del amor fraterno).

miércoles, 25 de enero de 2012

Un poco de Historia

Hace 53 años, el Papa Juan XXIII, finalizando el Octavario por la unidad de los cristianos, sorprendía a todos los presentes con el anuncio de la convocatoria de un concilio ecuménico para toda la Iglesia Católica. Era el día 25 de enero de 1959. El 25 de enero es el día en que la Iglesia celebra la conversión de San Pablo, el apóstol de los gentiles. La convocatoria del Concilio se hizo efectiva más de dos años después, el día de Navidad de 1961, mediante la Bula Papal "Humanae salutis". El pasado día de Navidad de 2011 se cumplían los 50 años de esa "santa locura" de un Papa que para muchos "estaba de paso". ¡Bendita transición la de Juan XXIII! En octubre de 1962, exactamente el día 11, comenzaba el Concilio. Este año, en octubre, se cumplirán 50 años de ese momento trascendental de la Historia de nuestra Iglesia. Y en ese día, 11 de octubre de 2012, comenzará el Año de la Fe, promovido por el Papa Benedicto XVI.
La Renovación Carismática en la Iglesia Católica, nació como uno de esos frutos del Concilio Vaticano II. El Concilio cerraba sus puertas en el año 65, el día 8 de diciembre. En febrero de 1967, el día 18, en un retiro de unos estudiantes de la Universidad de Duquesne en Pittsburgh (EEUU), daba comienzo esta corriente de gracia que llamamos Renovación Carismática Católica. De eso va a hacer ya 45 años. Como veis no habían pasado muchos años desde que se clausuró el Concilio. Y probablemente en el surgimiento de todos esos movimientos, nuevas comunidades, etc... nacidos a la luz del Concilio Vaticano II tenga mucho que ver la oración del Papa Juan XXIII: "Espíritu Divino, renueva tus maravillas en esta nuestra era como si fuera un nuevo Pentecostés, y concede que tu Iglesia, orando perseverantemente e insistentemente con un solo corazón y mente junto con María, la Madre de Jesús, y guiados por Pedro, promueva el reinado del Divino Salvador, el reino de justicia, de amor y de paz".
Y en esas estamos celebrando y recordando parte de la Historia de la humanidad, no sólo de la Iglesia. Porque, al fin y al cabo, son episodios que nos afectan a todos. Espero que sepamos aprovechar estos momentos "históricos", para hacer repaso de nuestra propia historia y mirar con renovada esperanza al futuro. Queda todavía mucho por hacer, pero para Dios no hay nada imposible.

miércoles, 18 de enero de 2012

Semana de oración por la unidad de los cristianos 2012


Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo (Cf. 1 Co 15, 51-58)

Hasta el día 25 de enero se celebra la semana de oración por la unidad de los cristianos y yo creo que es un momento muy especial. Creo firmemente en la unidad entre los que creemos en Jesús, y espero ver el día en que todos juntos podamos celebrar la victoria de nuestro Señor.
Esta semana está impulsada conjuntamente por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos
y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias, que han preparado los materiales a utilizar en este año 2012. No sólo debe ser una semana, sino que deberíamos dedicar todo el año, o mejor, toda nuestra vida, a cumplir la palabra en Jn 17, 21: "Que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado".
Tengo la suerte de haber compartido con cristianos de otras denominaciones. En Jacksonville, donde he estado dos veces en la Escuela de oración de sanación de los McNutt, en distintos encuentros internacionales de la Renovación y , sobre todo, en la Comunidad de Jesús en Bari. Y le doy muchas gracias al Señor por haberme dado la posibilidad de compartir con otros hermanos que me han aportado, y me siguen aportando, tantísimas cosas.

sábado, 14 de enero de 2012

¿Cuesta de enero?

Aquí estoy algo pocha desde hace 3 días. Se suele decir que "ya vendrá el tío Paco con las rebajas", en mi caso ha llegado con la gripe. Gracias a Dios, entre mis padres y mi hermana estoy de lo mejor cuidada. Según decían en la radio, esta semana que viene será donde el pico de la gripe estará más alto. En fin, ¡qué se le va a hacer!
El mes de enero suele considerarse de los más duros del año. Después de la "juerga" decembrina, enero se presenta largo y frío, muy frío. Pero eso es lo que nos quieren vender; eso es lo que machaconamente nos meten por todos los sentidos y, claro, todo el mundo vive con angustia el terrible mes primero del año. Desde el punto de vista geográfico los dos hemisferios, Norte y Sur, lo viven de manera radicalmente distinta. Mientras unos estamos soportando los fríos y los hielos, otros se solazan en las playas disfrutando de ¡las vacaciones de verano! Desde luego, todo es muy distinto con el calorcito veraniego, los días largos, etc. Recuerdo que conocí a un chico argentino que penaba por Madrid buscándose la vida, se llamaba Rubén. Un día cuando la primavera comenzaba a volverse verano, dijo: "¡Qué bien que llegue el verano para sólo pasar hambre!" Me llegó al alma. La perspectiva de las cosas cambia mucho cuando nos calienta el sol. Del mismo modo nosotros, apoyados en nuestra fe, deberíamos vivir con otra perspectiva. La verdad es que es difícil sustraerse del entorno y no caer en la desesperanza, pero eso es lo que quiere el enemigo, y no deberíamos caer en la trampa. A pesar de todo lo que se nos cuenta en las noticias, de lo negro que parece todo, de esa red increíble de pesimismo en la que nos quieren atrapar, yo creo firmemente que se puede vivir de otra manera y me empeño con todas mis fuerzas en hacerlo. No se trata de adoptar la postura del avestruz, escondiendo la cabeza, tapándonos ojos y oídos a lo que sucede a nuestro alrededor, sino de encarar las cosas aferrados al único sol que puede darnos vida y vida en abundancia. Vivir con los pies en la tierra y los ojos en el cielo. Las crisis son un buen momento para ejercer la fe, la esperanza y la caridad con intensidad. Los malos tiempos deben ser tiempos de buenas acciones, de salir de nosotros mismos y de buscar, por activa y por pasiva, el bien común.
Enero no es un mes más bonito o más feo. No es mejor ni peor que otros meses. Es un pedacito de nuestra vida, y deberíamos vivirlo a tope, como cada tramo de nuestra vida. Si no existieran los calendarios, si los meses no tuvieran nombre y apellido, a lo mejor lo veríamos de manera diferente.
Desde un punto de vista litúrgico, enero es un mes precioso. Sólo en la primera semana tenemos tres razones para celebrar. Lo empezamos ya el día 1, homenajeando a Mamá María. El día 3 celebramos el Santísimo nombre de Jesús. El día 6 la Epifanía del Señor, la fiesta de los Reyes Magos. El domingo siguiente a la Epifanía, el Bautismo del Señor. Y así podríamos seguir recorriendo cada día de este mes, celebrando paso a paso la presencia del Señor en nuestras vidas, y recordando a tantos que nos precedieron y que entregaron su vida a Él: San Sebastián y su martirio (día 20), San Francisco de Sales (día 24), San Pablo con su conversión (día 25), Santo Tomás de Aquino (día 28), San Juan Bosco (día 31).
Por eso, a pesar de la gripe, a pesar de la crisis, a pesar de los negros augurios, tenemos muchos motivos para celebrar éste y todos los demás meses del año. No debemos caer en la trampa y siempre encontrar el modo de disfrutar plenamente de todo lo que la Vida nos pone por delante. "He venido para que viváis y viváis en abundancia". Que no se nos olvide.

jueves, 5 de enero de 2012

Noche de Reyes

Aquí ando ejerciendo de Reina Maga y no podía dejar pasar sin escribir algo sobre esta noche especial. Estoy en casa de mis padres porque me daba algo de pena despertarme mañana en mi casa vacía. En esta noche de ilusión y "magia", prefería no estar sola. Siempre me ha encantado el día de Reyes, aunque debo reconocer que a veces no he recibido el regalo soñado, pero por lo general siempre ha sido un día especial. Supongo que todos nos volvemos un poco niños esta noche y nos dormimos con la ilusión de la sorpresa matutina. Mi hermana anda atareadísima envolviendo paquetes y yo ya he hecho los míos. He traído un roscón y mañana lo desayunaremos. Echo de menos cuando Cecilia era pequeña y Fer y yo preparábamos los Reyes. Cecilia ponía agua para los camellos, copitas para los Reyes, y turrón y polvorones. No podían faltar los zapatos bien limpitos para que los Reyes nos pusieran los regalos. Cuando éramos pequeños mis hermanos y yo hacíamos incursiones nocturnas al salón para ver qué regalos había. Me acuerdo un año que nos trajeron trajes de flamenca a todas y mi hermano Carlos le dijo a Ana que le habían traído una manta de lunares. Cada uno teníamos nuestro sillón para los regalos y él estaba convencido de que lo que había visto era una manta. Era divertido esperar hasta que mis padres se habían acostado, ¡pobrecillos! y salir con linternas, de puntillas, a ver qué había. Por supuesto teníamos que tener cuidado para que los Reyes no nos sorprendieran. Supongo que hoy habrá niños haciendo lo mismo.
Esta mañana he estado con mi Coro cantando en la Misa de ancianos que se celebra todos los 5 de enero en mi parroquia. Es una tradición muy bonita. Luego el Ayuntamiento les invita a comer y les dan regalos. Me ha impresionado la homilía de Nacho, mi párroco. Me encanta como habla porque va directo al grano y siempre te deja pensando. Hoy nos ha hecho ver cómo el mejor regalo que podemos desear y que podemos hacer es amar y ser amados por los demás. Que todos necesitamos sentir ese amor y darlo. Que no todo se soluciona con dinero o cosas materiales, que son buenas y de agradecer, pero que lo más importante es no pasar de largo de las necesidades de los demás. Todos de un modo un otro necesitamos atención, y todos deberíamos estar atentos a las necesidades de los demás. Por eso le pido a los Reyes que me abran el corazón, los ojos, los oídos, para no pasar de largo ante ninguna persona que me pueda necesitar. Nacho ha dicho que aunque todos hablan de un "terrible" y "temible" año 2012, él está convencido de que va a ser buenísimo, porque nos va a dar la oportunidad a todos de poder ejercer, en la medida que sea, toda la generosidad que podamos para ayudar a tanta necesidad.
El mejor regalo que os deseo a todos es que el Señor se manifieste con todo su poder en vuestras vidas. Él lo puede todo. ¡Felices Reyes Magos!