domingo, 6 de septiembre de 2015

Epílogo

Con esta vida "loca" que llevo tengo este blog más que abandonado. Por eso me vais a perdonar pero hoy me quiero explayar. Estamos en el epílogo de este verano del 2015 y me doy cuenta de que no he escrito ni una línea durante todo este período estival. Y no porque no tenga cosas que contar, sino porque día a día voy volcando mis energías en otras redes. A veces me he sentado, he abierto para hacer una nueva entrada aquí, y me he ido sin dejar rastro de mi presencia. No es fácil escribir cuando la cabeza te va a mil por hora y no sabes como concretar tanta actividad, tanto pensamiento desbocado que no eres capaz de plasmar como quieres. También, he de reconocer, he caído en la tentación de pensar que a quién le importa lo que yo haga, lo que yo piense, por donde me muevo y todo eso. Creo que hay un exceso de información en estos tiempos, y es fácil caer en la banalidad de informar en demasía de cada pasito que das. Yo, tengo que decirlo, estoy un poco harta de tanta egolatría reinante. Entre selfies y demás gaitas, la gente está perdiendo el Norte. Pero, también es verdad que uno no puede simplemente no volver a poner nada y quedarse tranquilo. Yo al menos no puedo ni quiero hacerlo.
"Tirarpalante" empezó como una terapia en un momento de mi vida que era difícil. Poco a poco fue tomando forma y convirtiéndose en una bitácora, un diario de navegante, donde plasmar momentos especiales de mi vida y otras cosas que me gustaban. Y así debe ser. Es algo personal. No espero comentarios, al menos ahora ya no. Si alguien lo lee, bienvenido sea, si no, pues allí queda plasmado para mi recuerdo personal e intransferible.
Este verano ha sido bueno en general. Sobre todo porque lo he vivido muy con el Señor y con una paz muy especial. También es verdad que he podido salir de Madrid, y encontrar mi pedacito de cielo en la tierra donde menos lo podía esperar. Han sido dos momentos puntuales, uno en julio y otro a finales de agosto principios de septiembre,  pero vividos con mucha intensidad. Una de las cosas más bonitas han sido los amaneceres que he podido ver y disfrutar y la gente nueva que he incorporado a mi vida. La verdad que sin haberlo buscado he recibido un regalo precioso. Además de nuevas oportunidades para seguir adelante con todos mis proyectos. ¿Qué más puedo pedir?
Septiembre siempre ha sido para mí el inicio de un nuevo año. También es verdad que al haber nacido en este mes es más fácil verlo así. Pero es que yo sigo teniendo mentalidad de "curso escolar". El verano marca como el final del año y septiembre llega cargadito de nuevas cosas. Y este año realmente es el comienzo de algo nuevo. Una nueva etapa. Puertas que se abren. Todo igual, pero todo distinto.
Lo peor de este verano ha sido las noticias de tanto horror, tanta muerte y desolación, de tanto egoísmo, de tanta pasividad por parte de quienes gobiernan el mundo. El remate ha sido este niñito frágil. como dormido boca abajo en una playa. No hay palabras para describir el horror, la impotencia, el tremendo vacío que se te abre en el corazón ante algo así. Me vienen a la mente, cada vez que veo la foto del niño, las palabras de la canción de Alfonsina y el mar. Y me da mucha rabia ver cómo de algún modo esa foto, esa tragedia, se convierte en algo manido, en arma arrojadiza para sacar lo peor y lo mejor de cada uno de nosotros. Demagogia barata en muchos casos. Pero, no podemos seguir así. Algo habrá que hacer. Aunque sea una gotita en este inmenso océano, algo tendremos que aportar para acabar con tanta desolación. Me da miedo pensar que dentro de poco dejará de ser noticia y, embrutecidos como estamos, seguiremos adelante sin haber hecho nada para paliar un mínimo el dolor de tanta gente. Rezar por supuesto, pero actuar también. ¿De qué sirve que se nos llene la boca de palabras preciosas (que se lleva el viento) sino hay alguna acción concreta? Desde la fe, las obras.
Gracias a Dios, hay gente maravillosa, unos más desconocidos que otros, que están ayudando sin colgarse medallas. Ojalá, nos uniéramos todos en una gran marea de misericordia y solidaridad, y consiguiéramos que el mundo fuera un sitio más habitable para todos aquellos que no tienen nada más que la esperanza de mejorar, aunque sólo sea un poquito, sus vidas.