martes, 29 de junio de 2010

Gracias

El domingo por la tarde fui a ver por fin la película "La última cima". Me ha encantado. Me parece muy valiente atreverse a hablar bien de los sacerdotes con la que está cayendo en estos días. Recomiendo a todos los que tengáis la oportunidad de hacerlo que la vayáis a ver.
Me ha hecho pensar en todos los sacerdotes, los curas, que de un modo u otro han tocado mi vida. Sobre todo en estos últimos 16 años desde que volví a la casa del Padre. Le doy muchas gracias a Dios por todos ellos. Algunos han dejado, y dejan, más huella que otros, pero ninguno ha pasado sin dejar su impronta en mi vida. Por esas cosas de Dios he tenido la suerte de viajar mucho con la Renovación, y de conocer a curas de todo el mundo. He participado en Eucaristías africanas, asiáticas, europeas, americanas, australianas, y he disfrutado muchísimo en todas ellas. Tengo un recuerdo imborrable y precioso del Retiro Internacional de Sacerdotes en Ars. ¡Allí sí que había curas! Fue una gozada compartir esos días con ellos.
Ahora que estáis en boca de todos, calumniados, difamados y desde luego mal queridos, ahora es cuando necesito daros las gracias. Gracias por vuestra generosidad, por vuestra predicación, por vuestro cariño, por vuestro saber estar en los momentos buenos y malos, por vuestra entrega, por vuestra sabiduría, por vuestra humanidad, en definitiva por haber dicho sí al Señor un día. Gracias, mil gracias. ¿Alguien más se apunta a dar gracias? Ánimo, espero un aluvión de comentarios.

lunes, 21 de junio de 2010

Hoy


Hoy empieza el verano (YUUUPIIII). Hoy es el Día Internacional de la Música (lalalitolalalito). Hoy estamos más cerca de irnos de vacaciones. ¡Qué maravilla! Hay tantos motivos para celebrar el día de hoy, y mañana volverá a ser hoy y volverá a haber motivos para celebrar. El verano me encanta y la música me apasiona. Me encanta cantar y, no digamos, bailar. Cuando era pequeña, como dice mi padre, bailaba hasta la música del Telediario. En fin, que hoy tengo mucho por lo que estar más que contenta (y cantar y bailar como si nadie me oyera o viera).

En el cole estamos de últimos días y no hacemos más que recoger trabajitos, ordenar clases y cargar carteras de libros y cuadernos. Ambiente realmente de fin de curso. Estamos todos algo agotados y necesitamos descansar los unos de los otros (alumnos y profesores). Ha sido un curso lleno de altibajos, supongo que siempre es así, pero gracias a Dios nuestra memoria es corta. Si no sería insoportable. Ahora a disfrutar de los días largos, de buenos libros y de todo lo que nos quiera brindar esta cálida estación. Feliz verano a todos.

sábado, 5 de junio de 2010

Tanto por decir

Y tan poco tiempo para hacerlo. Me gustaría escribir cada día. Me gustaría dejar reflejada cada vivencia, cada sentimiento, cada paso que voy dando. Pero es imposible. Aquí apenas consigo dejar reflejados algunos retazos de mi vida y eso sólo de vez en cuando.
Después de la increíble Vigilia de Pentecostés, aterricé en el tiempo real y volví a mis actividades diarias. En el cole es un momento de mucho trabajo. Hace tanto calor que nadie se puede concentrar y estamos todos deseando que se acabe el curso de una vez. Ya queda menos para que se cumplan nuestros deseos.
Siempre que llega esta época empiezo a tener mono de mar, de playa, en definitiva de Guéthary. No lo puedo remediar. Han sido demasiados años y es difícil romper con los hábitos. Durante tantos años fue mi refugio, mi paraíso estival, que a veces me cuesta pensar que nunca más volveré a Cantachoenea. Pero no me recreo demasiado en esos pensamientos porque no conducen a nada y además me quitan tiempo para disfrutar de todo lo que tengo ahora. Tantas cosas que disfrutar, tantos amigos, tanto por vivir. Me niego a caer en la facilidad del recuerdo romanticoide y ñoño que no conduce más que al amuermamiento. ¡Qué horror! ¡Me lo prohíbe mi religión! Gracias a Dios, y no es una frase hecha, no caigo en ello.
A veces, el Señor permite que aterricemos bruscamente. Que nuestros pies se posen en el suelo con un gran "CRASH" (onomatopeya inglesa que me encanta porque es muy descriptiva). Quizá porque cuando fantaseamos con lo que pudo ser y no ha sido, cuando nos envuelve la nostalgia de lo que fue y nunca más será, perdemos el norte, perdemos el sentido de vivir el momento y disfrutar el momento, en definitiva, alejamos nuestros ojos de Él, fijándonos en nuestros rollos. Por eso es bueno ese aterrizaje, aunque nos duela un poquito, aunque nos sintamos algo magullados. No importa, nos levantamos y continuamos con más ganas, dándonos cuenta de lo agradecidos que tenemos que estar por cualquier cosa grande o pequeña, buena o mala, que nos pase. Hay tanto por vivir, tanto por disfrutar que es un pecado perder el tiempo con otras cosas que ya no son y que además no conducían absolutamente a nada. Yo acabo de aterrizar y os aseguro que es como soltar lastre. Ahora me siento capaz de volar todavía más alto, con más fuerza. Gracias a todos los que contribuís a todo esto y sobre todo al Señor, que me permite "despistarme" y me ayuda a volver a encontrar mi camino.