lunes, 31 de diciembre de 2012

Principio y fin


Hay un tiempo para cada cosa. Así lo dice el Libro del Eclesiastés, un tiempo para sembrar, un tiempo para cosechar, un tiempo para reír, un tiempo para llorar, etc... Y ahora es el tiempo de terminar para volver a empezar. Así cada año, por estas fechas, echamos la vista atrás recordando lo vivido y miramos hacia adelante esperando aprovechar las 365 oportunidades que nos brinda el año nuevo. Y yo no podía ser menos. Pero no quiero explayarme relatando todo lo acontecido durante este año, no tengo tiempo ni ganas de hacerlo, prefiero compartir mi presente para encarar con ganas el futuro. Y es que voy a necesitar muchas ganas, mucha oración, mucha ayuda, para entrar con buen pie en el año. Ahora más que nunca debo aferrarme al Señor y esperar en Él. Debo poner en práctica tantas cosas escuchadas y dichas, ahora es el tiempo de hacerlas carne y de vivirlas. Ahora es el tiempo de creerme las promesas que Él me ha hecho, de creerme cada palabra que me ha regalado. Si no lo hiciera, si tirara la toalla, si me dejara caer en la desesperación, todo sería vacío y mentira, y le daría cancha al otro, al enemigo que no quiere verme feliz. Me siento como Job, y os aseguro que no son palabras dichas al viento, exactamente como Job. Estoy llegando al límite de todo, y lo único que me queda es gritarle al Señor y esperar en Él. Y toda mi carne se rebela, y me duele, y tengo que pararme para poder coger aire y respirar en el Señor. En fin, que ese es mi presente y que no puedo negar lo que vivo y siento. De todos modos sigo pensando que hay mucho por delante, que a pesar de los nubarrones el sol está allí, que los túneles se acaban, que lo que hoy nos parece imposible, mañana se vuelve posible, que merece la pena vivir y que hay que hacerlo a tope.
Gracias por haberme acompañado hasta aquí, gracias de antemano porque sé que lo vais a hacer en este año que empieza. Parémonos un momento y demos gracias al Señor por lo que se acaba y por lo que empieza, recordando que Él hace nuevas todas las cosas y sabiendo que cuida de nosotros sin descanso. Os deseo a todos un bendito y feliz año nuevo.

domingo, 23 de diciembre de 2012

FELIZ NAVIDAD




Que vuestro hogar se vea calentado
por el amor del Salvador,
vuestros corazones cubiertos por Su paz,
y vuestro nuevo año lleno
de Su alegría desbordante.

“El Dios de la esperanza os colme de todo gozo y paz en vuestra fe, hasta rebosar de esperanza por la fuerza del Espíritu Santo”. (Rm 15, 13)

FELIZ NAVIDAD
Besitos,
Lou



viernes, 14 de diciembre de 2012

Un poco de poesía


Coplas del alma que pena por ver a Dios

Vivo sin vivir en mí
y de tal manera espero,
que muero porque no muero.

1. En mí yo no vivo ya,
y sin Dios vivir no puedo;
pues sin él y sin mí quedo,
este vivir ¿qué será?
Mil muertes se me hará,
pues mi misma vida espero,
muriendo porque no muero.

2. Esta vida que yo vivo
es privación de vivir;
y así, es continuo morir
hasta que viva contigo.
Oye, mi Dios, lo que digo:
que esta vida no la quiero,
que muero porque no muero.

3. Estando ausente de ti
¿qué vida puedo tener,
sino muerte padecer
la mayor que nunca vi?
Lástima tengo de mí,
pues de suerte persevero,
que muero, porque no muero.

4. El pez que del agua sale
aun de alivio no carece,
que en la muerte que padece
al fin la muerte le vale.
¿Qué muerte habrá que se iguale
a mi vivir lastimero,
pues si más vivo más muero?

5. Cuando me pienso aliviar
de verte en el Sacramento,
háceme más sentimiento
el no te poder gozar;
todo es para más penar
por no verte como quiero,
y muero porque no muero.

6. Y si me gozo, Señor,
con esperanza de verte,
en ver que puedo perderte
se me dobla mi dolor;
viviendo en tanto pavor
y esperando como espero,
muérome porque no muero.

7. ¡Sácame de aquesta muerte
mi Dios, y dame la vida;
no me tengas impedida
en este lazo tan fuerte;
mira que peno por verte,
y mi mal es tan entero,
que muero porque no muero.

8. Lloraré mi muerte ya
y lamentaré mi vida,
en tanto que detenida
por mis pecados está.
¡Oh mi Dios!, ¿cuándo será
cuando yo diga de vero:
vivo ya porque no muero? 


Santo de Hoy

Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
Juan de la Cruz, Santo
Doctor de la Iglesia, 14 de diciembre
 
Juan de la Cruz, Santo

Doctor de la Iglesia

Martirologio Romano: Memoria de san Juan de la Cruz, presbítero de la Orden de los Carmelitas y doctor de la Iglesia, el cual, por consejo de santa Teresa, fue el primero de los hermanos que emprendió la reforma de la Orden, empeño que sostuvo con muchos trabajos, obras y ásperas tribulaciones, y, como demuestran sus escritos, buscando una vida escondida en Cristo y quemado por la llama de su amor, subió al monte de Dios por la noche oscura, descansando finalmente en el Señor, en Úbeda, de la provincia de Jaén (1591).

Etimológicamente: Juan = Dios es misericordioso, es de origen hebreo.


Ávila y concretamente Fontiveros fue su patria chica. Luego lo será Castilla y de modo principal Andalucía la tierra de sus amores.

Se llamó Juan Yepes. Nació en 1542 del matrimonio que formaban Gonzalo y Catalina; eran pañeros y vivían pobres. Su padre muere pronto y la viuda se ve obligada a grandes esfuerzos para sacar adelante a sus tres hijos: Francisco, Luis y Juan. Fue inevitable el éxodo cuando se vio que no llegaba la esperada ayuda de los parientes toledanos; Catalina y sus tres hijos marcharon primero a Arévalo y luego a Medina del Campo que es el centro comercial de Castilla. Allí malviven con muchos problemas económicos, arrimando todos el hombro; pero a Juan no le van las manualidades y muestra afición al estudio.

Entra en el Colegio de la Doctrina, siendo acólito de las Agustinas de la Magdalena, donde le conoció don Alonso Álvarez de Toledo quien lo colocó en el hospital de la Concepción y le costea los estudios para sacerdote. Los jesuitas fundan en 1551 su colegio y allí estudió Humanidades. Se distinguió como un discípulo agudo.

Juan eligió la Orden del Carmen; tomó su hábito en 1563 y desde entonces se llamó Juan de Santo Matía; estudia Artes y Teología en la universidad de Salamanca como alumno del colegio que su Orden tiene en la ciudad. El esplendor del claustro es notorio: Mancio, Guevara, Gallo, Luis de León enseñan en ese momento.

En 1567 lo ordenaron sacerdote. Entonces tiene lugar el encuentro fortuito con la madre Teresa en las casas de Blas Medina. Ella ha venido a fundar su segundo "palomarcico", como le gustaba de llamar a sus conventos carmelitas reformados; trae también con ella facultades del General para fundar dos monasterios de frailes reformados y llegó a convencer a Juan para unirlo a la reforma que intentaba salvar el espíritu del Carmelo amenazado por los hombres y por los tiempos. Llegó a exclamar con gozo Teresa ante sus monjas que para empezar la reforma de los frailes ya contaba con "fraile y medio" haciendo con gracia referencia a la corta estatura de Juan; el otro fraile, o fraile entero, era el prior de los carmelitas de Medina, fray Antonio de Heredia.

Inicia su vida de carmelita descalzo en Duruelo y ahora cambia de nombre, adoptando el de Juan de la Cruz. Pasa año y medio de austeridad, alegría, oración y silencio en casa pobre entre las encinas. Luego, la expansión es inevitable; reclaman su presencia en Mancera, Pastrana y el colegio de estudios de Alcalá; ha comenzado la siembra del espíritu carmelitano.

La monja Teresa quiere y busca confesores doctos para sus monjas; ahora dispone de confesores descalzos que entienden -porque lo viven- el mismo espíritu. Por cinco años es Juan el confesor del convento de la Encarnación de Ávila. La confianza que la reformadora tiene en el reformador -aunque posiblemente no llegó a conocer toda la hondura de su alma- se verá de manifiesto en las expresiones que emplea para referirse a él; le llamará "senequita" para referirse a su ciencia, "santico de fray Juan" al hablar de su santidad, previendo que "sus huesecicos harán milagros".

No podía faltar la cruz; llegó del costado que menos cabía esperarla. Fueron los hermanos calzados los que lo tomaron preso, lo llevan preso a Toledo donde vivió nueve meses de durísima prisión. Es la hora de Getsemaní, la noche del alma, un periodo de madurez espiritual del hombre de Dios expresado en sus poemas. Logra escapar en 1578 del encierro de forma dramática, poniendo audacia y ganando confianza en Dios, con una cuerdecilla hecha con pedazos de su hábito y saliendo por el tragaluz.

En los oficios de dirección siempre aparece Juan de la Cruz como un segundón; serán los padres Gracián y Doria quienes se encarguen de la organización, Juan llevará la doctrina y cuidará del espíritu.

Se le ve presente en la serranía de Jaén, confesor de las monjas en Beas de Segura, donde se encuentra la religiosa Ana de Jesús. Después en Baeza; funda el colegio para la formación intelectual de sus frailes junto a la principal universidad andaluza. Y en Granada, en el convento de los Mártires, continuará su trabajo de escritor. En 1586 funda los descalzos de Córdoba, como los de Mancha Real.

Consiliario del padre Doria, en Segovia, por tres años. ¡Cómo no recordar su deseo-exponente de amor rendido- ante la contemplación de un Cristo doliente! "Padecer, Señor, y ser menospreciado por Vos".

En 1591 la presencia de fray Juan de la Cruz empieza a ser non grata ante el padre Doria. La realidad es que está quedando arrinconado y hasta llega a tramarse su expulsión del Carmelo.

Marcha a la serranía de Jaén, en la Peñuela, para no estorbar y se plantea la posibilidad de marchar a las Indias; allí estará más lejos. Es otro tiempo de oración solitaria y sabrosa. La reforma carmelitana vive agitada por el modo de proceder de Doria; a Juan le toca orar, sufrir y callar. Quizá tenga Dios otros planes sobre él y está preparándolo para una etapa mejor.

Aquella inapetencia tan grande provocada por las calenturas persistentes provocó un mimo de Dios haciendo que aparecieran espárragos cuando no era su tiempo para calmar el antojadizo deseo de aquel fraile que iba de camino, sin fuerzas y medio muerto de cansancio, buscando un médico.

Pasó dos meses en Úbeda. No acertó el galeno. Se presentó la erisipela en una pierna; luego vino la septicemia. Y en medio andaban los frailes con frialdad y era notoria la falta de consideración por parte del superior de la casa. Hasta que llegó el 13 de diciembre, cuando era de noche, que marchó al cielo desde el "estercolero del desprecio". Llovía.

Al final de este resumen-recuerdo de un fraile místico que supo y quiso aprovechar el mal para sacar bien, el desprecio de los hombres para hacerse más apreciado de Dios, y el mismo lenguaje para expresar lo inefable de la misteriosa intimidad con Dios con lírica palabra estremecida, pienso que será buen momento para hacer mención de algunas de las obras que le han hecho figura de la cultura hispana del siglo XVI. Subida al Monte Carmelo y Noche oscura del alma que bien pueden considerarse tanto una obra como dos; el Cántico espiritual, Llama de amor viva y algunos poemas y avisos.

Lo canonizaron en 1726. Pío XI lo hizo doctor de la Iglesia en 1926. Su gran conocedor y admirador Juan Pablo II, lo nombró patrono de los poetas

Un fraile de cuerpo entero.

Consulta también San Juan de la Cruz de Jesús Martí Ballester

Busca sus obras completas en:Aquí

¿Quieres saber más? Consulta corazones.org
 

jueves, 13 de diciembre de 2012

Santa Lucía

Autor: P. Ángel Amo. | Fuente: Catholic.net
Lucía, Santa
Mártir, 13 de diciembre
 
Lucía, Santa

Mártir
Diciembre 13



Con el descubrimiento, hecho en 1894, de la inscripción sepulcral sobre el “loculus” o sepulcro de la santa en las catacumbas de Siracusa, desaparecieron todas las dudas sobre la historicidad de la joven mártir Lucía, cuya fama y devoción se deben en gran parte a su legendaria pasión, posterior al siglo V. La inscripción se remonta a comienzos del siglo V, cien años después del glorioso testimonio que dio de Cristo la mártir de Siracusa.

Epígrafes, inscripciones y el mismo antiguo recuerdo litúrgico (se debe probablemente al Papa Gregorio Magno la introducción del nombre de Santa Lucía en el Canon de la Misa) demuestran la devoción desde antiguo, que se difundió muy pronto no sólo en Occidente, sino también en Oriente.

Lucía pertenecía a una rica familia de Siracusa. La madre, Eutiquia, cuando quedó viuda, quería hacer casar a la hija con un joven paisano. Lucía, que había hecho voto de virginidad por amor a Cristo, obtuvo que se aplazara la boda, entre otras cosas porque la madre se enfermó gravemente. Devota de Santa Águeda, la mártir de Catania, que había vivido medio siglo antes, quiso llevar a la madre enferma a la tumba de la santa. De esta peregrinación la madre regresó completamente curada y por eso le permitió a la hija que siguiera el camino que deseaba, permitiéndole dar a los pobres de la ciudad su rica dote.

El novio rechazado se vengó acusando a Lucía ante el procónsul Pascasio por ser ella cristiana. Amenazada de ser llevada a un prostíbulo para que saliera contaminada, Lucía le dio una sabia respuesta al procónsul: “El cuerpo queda contaminado solamente si el alma es consciente”.

El procónsul quiso pasar de las amenazas a los hechos, pero el cuerpo de Lucía se puso tan pesado que más de diez hombres no lograron moverla ni un palmo. Un golpe de espada hirió a Lucía, pero aun con la garganta cortada la joven siguió exhortando a los fieles para que antepusieran los deberes para con Dios a los de las criaturas, hasta cuando los compañeros de fe, que estaban a su alrededor, sellaron su conmovedor testimonio con la palabra Amén.

¿Quieres saber más? Consulta ewtn

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Ayer como hoy

A pesar del tiempo transcurrido, ayer como hoy este mensaje no pasa ni caduca. Hoy en el día de la Virgen de Guadalupe, meditemos estas palabras de Pablo VI. Le doy las gracias al P. Carlos Alonso por haberlas compartido conmigo y, de paso, con todos vosotros. 

Del Mensaje del Papa Pablo VI al pueblo mexicano
(L 'Osservatore Romano, 18 de octubre de 1970)

EL MEJOR HOMENAJE A MARÍA: AMAR A DIOS Y AL PRÓJIMO

Amadísimos hijos, deseamos unir nuestra voz a ese himno filial que el pueblo mexicano eleva hoy a la Madre de Dios. La devoción a la Virgen Santísima de Guadalupe debe ser para todos vosotros una constante y particular exigencia de auténtica renovación cristiana. La corona que ella espera de todos vosotros no es tanto una corona material, sino una preciosa corona espiritual, formada por un profundo amor a Cristo y por un sincero amor a todos los hombres: los dos mandamientos que resumen el mensaje evangélico. La misma Virgen Santísima, con su ejemplo, nos guía en estos dos caminos.

En primer lugar, nos pide que hagamos de Cristo el centro y la cumbre de toda nuestra vida cristiana. Ella misma se oculta, con suprema humildad, para que la figura de su Hijo aparezca a los hombres con todo su incomparable fulgor. Por eso, la misma devoción mariana alcanza su plenitud y su expresión más exacta cuando es un camino hacia el Señor y dirige todo el amor hacia él, como ella supo hacerlo, al entrelazar en un mismo impulso la ternura de madre y la piedad de creatura.

Pero además. y precisamente porque amaba tan entrañablemente a Cristo, nuestra Madre cumplió cabalmente ese segundo mandamiento que debe ser la norma de todas las relaciones humanas: el amor al prójimo. ¡Qué bella y delicada intervención de Maria en las bodas de Caná, cuando mueve a su Hijo a realizar el primer milagro de convertir el agua en vino, sólo para ayudar a aquellos jóvenes esposos! Es todo un signo del constante amor de la Virgen Santísima por la humanidad necesitada y debe ser un ejemplo para todos los que quieren considerarse verdaderamente hijos suyos.

Un cristiano no puede menos que demostrar su solidaridad para solucionar la situación de aquellos a quienes aún no ha llegado el pan de la cultura o la oportunidad de un trabajo honorable y justamente remunerado; no puede quedar insensible mientras las nuevas generaciones no encuentren el cauce para hacer realidad sus legítimas aspiraciones, y mientras una parte de la humanidad siga estando marginada a las ventajas de la civilización y del progreso. Por ese motivo, en esta fiesta tan señalada os exhortamos de corazón a dar a vuestra vida cristiana un marcado sentido social -como pide el Concilio-, que os haga estar siempre en primera línea en todos los esfuerzos para el progreso y en todas las iniciativas para mejorar la situación de los que sufren necesidad. Ved en cada hombre un hermano, y en cada hermano, a Cristo, de manera que el amor a Dios y el amor al prójimo se unan en un mismo amor, vivo y operante, que es lo único que puede redimir las miserias del mundo, renovándolo en su raíz más honda: el corazón del hombre.

El que tiene mucho que sea consciente de su obligación de servir y de contribuir con generosidad para el bien de todos. El que tiene poco o no tiene nada que, mediante la ayuda de una sociedad justa, se esfuerce en superarse y en elevarse a sí mismo y aun en cooperar al progreso de los que sufren su misma situación. Y, todos, sentid el deber de uniros fraternalmente para ayudar a forjar ese mundo nuevo que anhela la humanidad.

Esto es lo que hoy os pide la Virgen de Guadalupe, ésta la fidelidad al Evangelio, de la que ella supo ser el ejemplo eminente.

Sobre vosotros, muy queridos hijos, imploramos confiado la maternal benevolencia de la Madre de Dios y Madre de la Iglesia, para que siga protegiendo a vuestra nación y la dirija e impulse cada vez más por los caminos del progreso, del amor fraterno y de la pacífica convivencia.

martes, 11 de diciembre de 2012

A tiempo y, sobre todo, a destiempo

Tengo seis borradores que empecé y nunca llegaron a convertirse en entrada. Desde junio, hasta aquí, 6 veces intenté publicar cosas que nunca han salido a la luz. Los títulos son de lo más variado: "Pespuntes", "De albóndigas saltarinas y otras alegrías", "La casa por el tejado", "5 años 'tirandopalante'", "Siempre adelante", "Lo justo y necesario". Cada uno de ellos refleja de algún modo lo vivido, pensado, escuchado, en el transcurso de estos meses. La mayoría de estos borradores están vacíos. Sólo en dos de ellos escribí algo. Y es que me sucede con frecuencia que pienso y repienso el titulo, y luego no se me ocurre el contenido. Es decir, son tantas las ideas que me bullen que si no las plasmo en el momento, se pierden. La verdad es que parece una norma en mi vida, tanto por hacer, por abarcar, tantas ideas, proyectos, truncados, fallidos. He de reconocer que últimamente estoy vaga, muy vaga, en esto de escribir. No puedo alegar que no tengo tiempo, o que apenas utilice el ordenador, porque sería mentira. El tiempo, aunque nunca alcanzo a aprovecharlo, lo tengo, y gran parte de ese tiempo lo paso frente al ordenador. Lo que es verdad es que no siempre encuentro inspiración, no siempre me vienen las palabras. Suelo ir con un cuaderno a todas partes para poder plasmar lo que me viene a la mente en momentos determinados. Y cuando no tengo un cuaderno utilizo el móvil, cosa que es mucho más incómoda pero muy práctica.
Aquí estamos, a dos semanas de la Navidad y con el año a punto de caducar. Sé que es un tópico pero es que verdaderamente el tiempo pasa muy deprisa. No sé donde escuché a alguien decir algo como "la vida es corta, pero los días son muy largos". Y, a veces, es verdad que los días se vuelven largos, sobre todo cuando esperamos algo con ganas. Este final de año se me está haciendo muy largo, y a la vez me siento incapaz de alcanzar al tiempo que corre desbocado en algunos momentos.
 Y ¿qué ha sido de mi tiempo en todo este tiempo? Han sucedido muchas cosas. Finalmente me decidí, puse mi piso a la venta y me trasladé a casa de mis padres. Sensaciones agridulces. Estoy dando alguna clase particular, estoy traduciendo un libro y estoy muy ilusionada con el proyecto de MAS Evangelización. MAS es una asociación que hemos creado 4 hermanos (Fredy, Andrea, Jose y yo) para evangelizar a través del arte y todos los medios a nuestro alcance. Es un proyecto enorme, muy ambicioso, pero como nada es imposible para Dios, pues estamos seguros de que si está en sus planes, saldrá adelante. De momento estamos empezando, con mucha ilusión y con muchas ganas. Tenemos página en Facebook (Medios y Arte al Servicio de la Evangelización), un blog en Wordpress (Asociación MAS), y pronto esperamos tener página Web y muchas más cosas. Os animo a todos a rezar por este proyecto, y a colaborar en lo que podáis.
Echo de menos, mucho, a mi Parroquia y a mi coro de Alpedrete. Espero poder cantar con ellos esta Navidad en el concierto de villancicos. Chicos y chicas del coro, cuidadme bien la pandereta en mi ausencia.
El Señor me ha cuidado y me cuida en todo. No puedo decir lo contrario. Están siendo tiempos duros, difíciles, pero llenos de sorpresas y regalos. A veces no los veo y me desespero, y lloro. Otras veces, siento su acción con tanta fuerza, que me tengo que parar, tomar aliento y seguir, y también lloro (pero de alegría). En este tiempo he tenido el ídem, para meditar sobre mi fe. Para recorrer el camino hacia atrás, desandar lo andado y desgranar cuándo, cómo y por qué creo. El día 1 de diciembre tuvimos un Retiro precioso de Adviento en el Pardo y nos invitaban a hacer eso, a desandar el camino recorrido, deteniéndonos en puntos de ese camino. La verdad es que me encantó y es algo que sigo meditando.
Ayer, día 10, volví de Tomelloso, de pasar unos días con María y Mariano. Fuimos Pilar (Bermúdez) y yo, y como siempre ha sido una pasada. Sé que a ellos no les gusta que les "saquen los colores", pero es que son estupendos. Su generosidad, su entrega, su compromiso y sobre todo su amistad, son algo impagable. Mientras unos nos pensamos las cosas, otros pasamos de ellas mirando para otro lado, y otros vivimos totalmente ajenos, ellos se meten de cabeza, y conscientemente, en todo tipo de aventuras. Palabra y acción van siempre unidas en su vida. Le doy gracias al Señor por regalarme gente así. Por ponerles en mi camino y permitirme poder disfrutar de ellos.
Si has tenido el tiempo para llegar hasta aquí, sólo te quiero robar unos segundos más. Hoy buceando por Internet me ha saltado esta oración y quiero compartirla contigo. Cuando murió mi suegra la rezamos y la cantamos, porque era su oración favorita. Es de Charles de Foucauld y seguro que la conoces. Tómate tu tiempo y di conmigo:



Padre, me pongo en tus manos.
Haz de mí lo que quieras.
Sea lo que sea te doy gracias.
Estoy dispuesto a todo.
Lo acepto todo,
con tal de que tu voluntad
se cumpla en mí
y en todas tus criaturas.
No deseo nada más, Padre.
Te encomiendo mi alma,
te la entrego con todo el amor
de que soy capaz,
porque te amo y necesito darme,
ponerme en tus manos sin medida,
con infinita confianza,
porque tú eres mi Padre.





jueves, 22 de noviembre de 2012

Santa Cecilia

Autor: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net
Cecilia, Santa
Mártir, 22 de noviembre
 
Cecilia, Santa

Virgen y Mártir

Martirologio Romano: Memoria de santa Cecilia, virgen y mártir, que, según la tradición, consiguió la doble palma por amor a Jesucristo, en el cementerio de Calixto, en la vía Apia de Roma. El título de una iglesia en el Transtíber lleva desde antiguo su nombre (s. inc.).

La gran devoción popular hacia la virgen y mártir romana hizo que el nuevo calendario litúrgico conservara su memoria, a pesar de que faltan documentos históricos anteriores al siglo VI. Esta devoción y el mismo patrocinio de Santa Cecilia sobre la música sagrada se deben efectivamente al relato de su martirio, titulado Pasión, fechado después del año 486. En ella la fundadora del “título” de la basílica de Santa Cecilia en Trastévere es identificada con una santa homónima, enterrada en las catacumbas de San Calixto y que habría sufrido el martirio durante el imperio de Alejandro Severo, hacia el 230.

En la Liturgia de las Horas se lee: “El culto de Santa Cecilia, bajo cuyo nombre fue construida en Roma una basílica en el siglo V, se difundió ampliamente a causa del relato de su martirio, en el que es ensalzada como ejemplo perfectísimo de la mujer cristiana, que abrazó la virginidad y sufrió el martirio por amor a Cristo”.

Cecilia, noble y rica, iba todos los días a la Misa celebrada por el Papa Urbano en las catacumbas próximas a la Vía Apia, y una multitud de pobres la esperaban porque conocían su generosidad. En el día de su boda con Valeriano, mientras el órgano tocaba, ella cantaba en su corazón: “solamente para el Señor” (de este pasaje de su Pasión tuvo origen el patrocinio de Cecilia sobre la música sagrada); después, llegada la noche, la joven le dijo a Valeriano: “Ninguna mano profana puede tocarme, porque un ángel me protege. Si tú me respetas, él te amará, como me ama a mí”.

Al contrariado esposo no le quedó otro remedio que seguir el consejo de Cecilia, hacerse instruir y bautizar por el Papa Urbano y después compartir el mismo ideal de pureza de la esposa, recibiendo en recompensa su misma gloria: la palma del martirio, al que por gracia divina se asoció también el hermano de Valeriano, Tiburcio.

Aunque el relato del martirio parece fruto de una piadosa fantasía, históricamente es cierto que Valeriano y Tiburcio fueron mártires y que fueron enterrados en las catacumbas de Pretestato. Después del proceso, narrado con abundancia de detalles por el autor de la Pasión, Cecilia fue condenada a la decapitación, pero los tres poderosos golpes del verdugo no lograron cortarle la cabeza: esto se debió a que, según el relato, Cecilia había pedido al Señor la gracia de ver al Papa Urbano antes de morir.

En espera de esta visita, Cecilia pasó tres días en agonía, profesando su fe. No pudiendo decir ni una palabra, expresó con los dedos su credo en Dios uno y trino.
¿Quieres saber más? Consulta Santa Cecilia, Lirio del Cielo de Jesús Martí Ballester

viernes, 9 de noviembre de 2012

Madrid de Fiesta


La Virgen de AlmudenaPatrona de Madrid, España."Almudena", por haber sido hallada en el "almudin", palabra árabe para "depósito de trigo".

Hoy su imagen está en Catedral de Madrid, Santa María la Real de la Almudena.

El escritor Vera Tassis hace un juego con la palabra: Al=Alma (virgen, en hebreo), Mu=Mulier, De=Dei, Na=Natus; o sea Virgen y Mujer o Madre de Dios nacido.
 
La Virgen María es la clave de la historia universal por ser la Madre del Redentor, Jesucristo nuestro Señor. Su cuidado maternal nunca nos falta y se hace particularmente prodigioso en momentos de crisis. La Virgen ha sido el instrumento divino para proteger a sus hijos cuando humanamente parecía que estaban perdidos. Así fue en España en tiempos de la ocupación musulmana.
En el año 712 el español rey godo Don Rodrigo fue derrotado en la batalla de Guadalete. Los capitanes musulmanes Muza y Tariks establecieron su dominación sobre Toledo y casi toda la Península tras una rápida conquista. Solo quedaban algunos reductos de resistencia en el norte y estos parecían estar perdidos.

Madrid, la actual capital de España y la que llegara a ser capital del gran imperio español, era en el siglo VIII una insignificante villa. Ni siquiera se conoce su antiguo nombre: Mantua, Miacum, Ursaría...

Pero los musulmanes entendieron que Madrid era un lugar estratégico y decidieron establecer allí una gran fortaleza. Grande fue la consternación de los cristianos de aquel lugar al saber del inminente ataque musulmán. Fue así que pensaron en como salvar a la venerada imagen de la Virgen María, que según la tradición, había sido traída a esta villa por un discípulo del Apóstol Santiago en el año 38 de nuestra Era. Recordemos que dicho apóstol evangelizó la península, se la apareció la Virgen en Zaragoza y sus restos mortales se encuentran en Santiago de Compostela.  Todo el pueblo se reunió en la iglesia para pedir la protección de la Virgen, dispuestos a defender su querida y venerada imagen contra todos los infieles.

Un venerable sacerdotes subió al altar, y con gran emoción, habló así a los madrileños: 
"Hijos míos: Los enemigos de nuestra fe han invadido todas las ciudades, villas y aldeas de España. ¡Es inútil la resistencia! ¡Dios así lo quiere! Es preciso que acatemos su santa voluntad, pidiendo de rodillas perdón por nuestras culpas. El que se encuentre con fuerzas para pelear, que pelee hasta morir en defensa de nuestra sacrosanta religión. Y aquel que sobreviva al duro combate, en el que sin duda seremos vencidos, que corra hacia las montañas donde se reúnen las huestes de los soldados de la Cruz, al mando de don Pelayo, para hostigar cuanto puedan a los invasores y trabajar por la libertad de la Patria. (Ver: Virgen de Covadonga)

Muza está en Toledo; conquistada esta ciudad, pronto el infiel caudillo se hallará delante de nuestros muros; antes de que esto suceda, antes de que Madrid caiga en sus manos, es preciso que pensemos en salvar los objetos que nos son más queridos. La Virgen Santísima, a quien tanto veneramos, que siempre ha sido nuestra abogada y protectora, que siempre ha oído clemente nuestras preces, no ha de caer en manos de nuestros enemigos, no hemos de permitir que su preciosa imagen sea profanada por los infieles.
Ocultémosla, mientras peleamos contra ellos, en el cubo de esta muralla contigua a este santo templo. Si vencemos, todos sabemos dónde la hallaremos para darle gracias por la victoria, y si, por desgracia, somos vencidos, líbrese, oculta en la muralla, del furor de los mahometanos".
El pueblo escuchó con religioso silencio la emocionante plática del anciano sacerdote y quedó aprobada en el mismo instante su proposición.  (LaVirgen de Guadalupe fue ocultada por las mismas razones). Fue bajada la imagen del camarín y conducida en procesión hasta la muralla donde se le construyó un nicho en el que fue colocada, "dejando dos luces para que la alumbrasen". Acto seguido, se tapió el nicho y se dejó el muro en la misma forma que estaba. Más de tres siglos y medio sufrió Madrid, que recibió el nombre de "Magerit", el yugo de los árabes. 
No fue sino en el 1085, tres siglos después de que la Virgen fuese escondida, que llegó el añorado día de la liberación de "Magerit". Don Alfonso VI de Castilla, llamado "El Bravo", reconquistó Toledo, y poco tiempo después el estandarte de Cruz hondeaba sobre las torres de Madrid.
Don Alfonso en seguida dispuso la purificación del antiguo templo dedicado a la Virgen María que los infieles habían profanado al convertirlo en mezquita. Sabedor de que se había ocultado la imagen de la Virgen para protegerla, mandó realizar pesquisas para averiguar el sitio donde se encontraba. Pero ya no quedaba nadie que supiese su paradero.
Ordenó entonces Don Alfonso que se hicieran rogativas por espacio de nueve días para que el Cielo les concediese el tesoro que se hallaba oculto; para que la misma Virgen María los iluminase y encaminase sus pasos hacia el lugar donde se encontrara su sagrada imagen. 
La Virgen escuchó sus ruegos: el día 9 de noviembre de 1085, último del novenario, organizóse una solemne procesión, después de la misa celebrada en el templo de Santa María, que recorrió todos los lugares donde se creyó que pudiera esconderse la imagen de la Señora...

Cuentan las crónicas que en esta procesión iban, además de don Alfonso VI de Castilla, el rey don Sancho de Aragón y de Navarra, el infante don Fernando y el famoso Cid Campeador, don Rodrigo Díaz de Vivar.

Al llegar la comitiva al sitio denominado hoy Cuesta de la Vega, y al pasar por delante de un trozo de la vieja muralla que por dicha parte de la villa se levantaba, permitió Dios que se produjera uno de los muchos prodigios con que el Todopoderoso muestra a los mortales su infinito poder y su bondad sin límites...  Ante el asombro de todos los presentes, se derrumbó por sí mismo el trozo de muralla donde estaba la hornacina en la que ocultaron la sagrada imagen de María, apareciendo ésta, a la vista de los fieles, en la misma forma en que fue colocada, incluso con las dos velas encendidas que, para alumbrarla, habíanla puesto aquellos fervorosos cristianos, un día del año 712. Habían transcurrido trescientos setenta y tres años. 
Ante el milagro, cayeron todos de rodillas, prorrumpiendo en exclamaciones de júbilo, y no quedó una persona en la villa que no pasase por aquel lugar para venerar con respeto filial a la Santísima Virgen María, que, de modo tan ostensible, había demostrado su amor a los madrileños. Al otro día fue trasladada la milagrosa imagen con gran pompa a su primitiva mansión, en cuyo camarín fue colocada con el título de la Virgen de la Almudena, por haber estado oculta en el lugar llamado por los moros "Almudín", o depósito del trigo. 
Desde entonces la Virgen de la Almudena es considerada Patrona de Madrid.  La iglesia parroquial de Santa María, venerable por su antigüedad e historia, era un templo mezquino en su forma y dimensiones, y se asegura que en él se predicó por primera vez el Evangelio en Madrid. Albergó el culto de la Patrona y tuvo la categoría de catedral, siendo colegiata de canónigos  seglares en tiempos del conquistador, el piadoso rey don Alfonso VI.  Luego pasó a la categoría de parroquia, hasta su demolición, a fines del año 1870, pasando la milagrosa imagen a la iglesia del Sacramento, de donde fue trasladada a la cripta de la Catedral. Después pasó al Altar Mayor de la referida iglesia del Sacramento.

El día 9 de noviembre de 1941, tras la devastadora Guerra Civil Española, inauguró solemnemente el ilustrísimo señor Obispo de Madrid-Alcalá, una imagen de la Virgen de la Almudena, esculpida en piedra, en el mismo sitio de la Cuesta de la Vega donde se supone que apareció el año 1085. A ambos lados de la hornacina, dos monumentales faroles de hierro y cristales alumbraban la imagen, en recuerdo de aquellas milagrosas velas que lucieron durante trescientos setenta y cinco años, en honor a la Virgen María... 

El 8 de septiembre de 1945 se otorga a la Imagen de la ALMUDENA la Medalla de oro de la ciudad de MADRID. El 10 de noviembre de 1948 se efectúa en la Plaza de la Armería del Palacio Real de Madrid, la coronación canónica.
El 2 de febrero de 1954 la imagen de la Virgen fue trasladada desde la Iglesia del Sacramento, a un altar de la Catedral de Madrid-Alcalá, que por entonces era el Templo de San Isidro. Allí permaneció hasta junio 1993, en que en una solemne procesión (después de una acertada restauración de la imagen) fue trasladada a la nueva Catedral de Santa María la Real de la Almudena, donde desde entonces permanece en un magnifico altar gótico, en el lado derecho del Altar Mayor. Al día siguiente S. S. Juan Pablo II consagró la nueva Catedral Metropolitana de Madrid, siendo la única catedral española consagrada por un pontífice.


Oremos:
Dios y Señor de la Historia de todos los pueblos, te damos gracias por habernos dado a tu Santísima Madre para que con providencia amorosa nos cuide de todos del mal y nos guie al cielo.  En el largo caminar no faltan las prueban pero tampoco faltará jamás nuestra Madre.
 
-Agradecemos los datos aportados por P. Manolo Rabadán, CRL
 

jueves, 25 de octubre de 2012

La gloria de Dios

Jim Murphy
Vicente Borragán en la Eucaristía de clausura del Encuentro Nacional, lo decía muy bien. "Parece que nos acabamos de decir hola, y ya nos estamos diciendo adiós". Y es que realmente se ha pasado en un soplo. Como tantas veces sucede, sobre todo con las cosas buenas, estamos deseando que lleguen y luego se van en un instante. Desde que nos reunimos en Pozuelo para decidir quién predicaría este año, (en febrero del 2011), pasando por el lema qué tendríamos,(febrero del 2012), hasta que se ha hecho realidad, daba la sensación de que nunca llegaría el momento. Pero Jim Murphy llegó, y habló, y proclamó, y maravilló. Se ciñó completamente al lema: "Si crees, verás la gloria de Dios" (Jn 11, 40), y podemos decir que hemos visto la gloria de Dios en este Encuentro. 
Desde que llegó a Madrid el viernes por la mañana, Jim Murphy ha sido para mí un ejemplo de hombre de fe recia, sólida. Fe bien fundamentada en Cristo, en palabra y obra.  Yo conozco a Jim desde hace años, 1998, y he compartido muchos encuentros internacionales con él. Desde hace tiempo él estaba deseando venir a España. Su amor por nuestro país se remonta a su infancia cuando miraba mapas de tesoros submarinos de los galeones españoles hundidos en las costas americanas. Por entonces ese era su sueño, encontrar y rescatar esos tesoros. Luego el Señor le mostraría otros tesoros y otros rescates. Su amor por esta tierra también procede de la evangelización de América por parte de los españoles. Yo le decía un día que ahora tenían que venir ellos a evangelizarnos a nosotros. Que esa fe transmitida y llevada por los españoles a tierras americanas, estaba ahora necesitada del empuje de esos americanos. Que la Vieja Europa necesita de la sangre de esos continentes nuevos. En fin, que por muchos motivos Jim tiene un cariño especial hacia España y estaba entusiasmado con venir a compartir con nosotros.
Fui a buscarle el viernes por la mañana al aeropuerto y yendo de camino al taxi, después de los saludos efusivos, me dice que tiene un problemilla. "A little problem". Yo, pensando que era algo nimio, me ofrecí a ayudarle en lo que pudiera, y entonces me dice que es que le han tenido que operar, porque le han descubierto un cáncer, un melanoma. Evidentemente me quedé trastornada por la noticia. Él con toda serenidad, me dice que además todavía tiene los puntos y que le molestan bastante. Yo como pude, con un nudo en la garganta, le dije que por la tarde podríamos ir al Botiquín del Encuentro y que le miraran el brazo. Entonces le dije que me podía haber dicho algo por mail, que hubiéramos entendido que no viniera estando en esa situación, etc.. Y mirándome a los ojos me suelta: "Vengo a Madrid a ver la gloria de Dios este fin de semana, porque aquí va a brillar para mí". ¡Casi me desmayo! Inmediatamente me vinieron a la mente esas excusas tontas que ponemos todos para no ir a un retiro, o no hacer algo por el Señor, y aquí estaba este hombre con su brazo cosido, con un melanoma, diciéndome que todo estaba bien y que él no podía dejar de estar donde el Señor le pedía que estuviera, no se podía perder su gloria. En fin, que a partir de ese momento tuve la certeza, como así ha sido, de que iba a ser un Encuentro especial. 
Traducir a Jim Murphy ha sido una pasada. Transmite una paz y a la vez una fuerza especiales. Reconozco que he acabado agotada, pero muy contenta por haber podido "trabajar" con alguien tan especial. Se ha marchado dejando un buen sabor de boca, creo que a todos. Hasta el último momento ha estado atento, cariñoso, solícito con todo el mundo. Me da pena que haya estado tan poco tiempo y espero que pueda volver algún día con Sue, su mujer.
El Señor ha estado grande durante este fin de semana con nosotros. Su pueblo desbordaba de alegría en Él, y Él le ha bendecido con creces. Como ese duelo que tan bien relata Vicente Borragán, cuanto más le bendecimos más nos bendice, y así en un pulso eterno a ver quién se cansa antes de bendecir. Y le doy muchas gracias a Dios por todos los que han contribuido a que este Encuentro haya salido tan bien. Desde el más grande hasta el más pequeño de los servicios, todos han contribuido a hacer de éste un Encuentro muy especial. Creo que podemos decir todos, "Señor, misión cumplida". 

Si alguien quiere saber más sobre Jim Murphy no tiene más que entrar en su página web http://www.veracruzcm.com/  Está sólo en inglés, pero así practicáis la lengua de Shakespeare. 

lunes, 15 de octubre de 2012

La gran Teresa

Empezábamos el mes con la pequeña Teresa de Lisieux, la del Niño Jesús, y a mediados nos encontramos con la gran Teresa de Jesús, la monja más andariega que haya existido. Las dos son doctoras de la Iglesia, lo más grande que un santo puede llegar a ser, y las dos son ejemplo vivo de fe y de entrega al Señor.

Autor: P. Angel Amo | Fuente: Catholic.net
Teresa de Jesús (de Ávila), Santa
Doctora de la Iglesia, 15 de octubre
 
Teresa de Jesús (de Ávila), Santa

Virgen Carmelita
Doctora de la Iglesia

Martirologio Romano: Memoria de santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, que nacida en Ávila, ciudad de España, y agregada a la Orden de los Carmelitas, llegó a ser madre y maestra de una observancia más estrecha, y en su corazón concibió un plan de crecimiento espiritual bajo la forma de una ascensión por grados del alma hacia Dios, pero a causa de la reforma de su Orden hubo de sufrir dificultades, que superó con ánimo esforzado, y compuso libros en los que muestra una sólida doctrina y el fruto de su experiencia (1582).

Etimología: Teresa = Aquella que es experta en la caza, viene del griego


Nacida en Ávila el año 1515, Teresa de Cepeda y Ahumada emprendió a los cuarenta años la tarea de reformar la orden carmelitana según su regla primitiva, guiada por Dios por medio de coloquios místicos, y con la ayuda de San Juan de la Cruz (quien a su vez reformó la rama masculina de su Orden, separando a los Carmelitas descalzos de los calzados). Se trató de una misión casi inverosímil para una mujer de salud delicada como la suya: desde el monasterio de San José, fuera de las murallas de Avila, primer convento del Carmelo reformado por ella, partió, con la carga de los tesoros de su Castillo interior, en todas las direcciones de España y llevó a cabo numerosas fundaciones, suscitando también muchos resentimientos, hasta el punto que temporáneamente se le quitó el permiso de trazar otras reformas y de fundar nuevas cases.

Maestra de místicos y directora de conciencias, tuvo contactos epistolares hasta con el rey Felipe II de España y con los personajes más ilustres de su tiempo; pero como mujer práctica se ocupaba de las cosas mínimas del monasterio y nunca descuidaba la parte económica, porque, como ella misma decía: “Teresa, sin la gracia de Dios, es una pobre mujer; con la gracia de Dios, una fuerza; con la gracia de Dios y mucho dinero, una potencia”. Por petición del confesor, Teresa escribió la historia de su vida, un libro de confesiones entre los más sinceros e impresionantes. En la introducción hace esta observación: “Yo hubiera querido que, así como me han ordenado escribir mi modo de oración y las gracias que me ha concedido el Señor, me hubieran permitido también narrar detalladamente y con claridad mis grandes pecados. Es la historia de un alma que lucha apasionadamente por subir, sin lograrlo, al principio”. Por esto, desde el punto de vista humano, Teresa es una figura cercana, que se presenta como criatura de carne y hueso, todo lo contrario de la representación idealista y angélica de Bernini.

Desde la niñez había manifestado un temperamento exuberante (a los siete años se escapó de casa para buscar el martirio en Africa), y una contrastante tendencia a la vida mística y a la actividad práctica, organizativa. Dos veces se enfermó gravemente. Durante la enfermedad comenzó a vivir algunas experiencias místicas que transformaron profundamente su vida interior, dándole la percepción de la presencia de Dios y la experiencia de fenómenos místicos que ella describió más tarde en sus libros: “El camino de la perfección”, “Pensamientos sobre el amor de Dios” y “El castillo interior”.

Murió en Alba de Tormes en la noche del 14 de octubre de 1582, y en 1622 fue proclamada santa. El 27 de septiembre de 1970 Pablo VI la proclamó doctora de la Iglesia.
Si quieres ahondar más en la vida de Santa Teresa de Ávila consulta:
  • Teresa de Jesus, Fundadora y Orante 
  • Una Santa muy Española 
  • EWTN 
  • Corazones.org 
  • Editorial Monte Carmelo 
  • Fiesta de santa Teresa de Ávila

  • La Voz de Dios en Santa Teresa de Jesús
  • viernes, 12 de octubre de 2012

    CREO


    LA PROFESIÓN DE LA FE COMO UNA ORACIÓN DIARIA PARA EL AÑO DE LA FE


    PrayerCards
    "Con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con los labios se profesa para alcanzar la salvación" (Rm 10,10).
    Para que el año de la fe pueda llevar a todos los creyentes a aprender de memoria el Credo, a recitarlo todos los días como oración, de manera que la respiración se acompase con la fe”.
    AYUDA PARA EL AÑO DE LA FE

    Credo Niceno-constantinopolitano
    Creo en un solo Dios; Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,engendrado, no creado,de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras,y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria parajuzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

    jueves, 11 de octubre de 2012

    Año de la fe

    Hoy empieza el Año de la Fe. Hoy en el Vaticano habrá gran fiesta de inicio de un año, que espero que de muchos frutos. Hace 50 años también el Vaticano se vestía de fiesta para dar comienzo al Concilio Vaticano II, sin lugar a dudas uno de los acontecimientos más importantes de la Iglesia en el siglo pasado. De modo que hoy, 11 de octubre, es un día muy importante para nuestra Iglesia.
    Y ¿para nosotros? ¿Qué significa? ¿Lo vemos importante? ¿Es necesario un año de la fe? ¿Fue necesario el Concilio? A veces pienso que se nos queda todo como un poco lejos. Entre tanta "pompa y circunstancia" es difícil llegar a entender en nuestras vidas cotidianas todos estos acontecimientos. Pero yo creo que sí tienen trascendencia. Son parte de nuestra historia y del paisaje de nuestras vidas. Por eso espero poder vivir este año con fe expectante, con fe renovada, con fe aumentada. Y espero poder compartir esa fe con todos los que el Señor ponga en mi camino.
    Para empezar la semana que viene tendremos nuestro Encuentro Nacional con el lema: "Si crees verás la gloria de Dios", y me parece una manera estupenda de comenzar este camino de fe. Y paso a paso ver toda la gloria que el Señor nos tiene reservada.
    Podéis encontrar toda la información sobre el año de la fe en este enlace http://www.annusfidei.va/content/novaevangelizatio/es.html

    Y esta es la explicación del logo del año de la fe:



    jueves, 4 de octubre de 2012

    Mayor de edad

    Hoy cumplo ¡18 años! ¡Ya soy mayor de edad! No os sorprendáis, no me he vuelto loca. Hoy, hace 18 años, el Señor tuvo a bien venir en mi rescate, y aquí estoy celebrándolo. He contado tantas veces mi testimonio que a veces pienso que lo he "rutinizado" (¡toma palabro!), pero nada más lejos de la realidad. Creo que ese momento de encuentro personal, ese día, esa hora, son algo que nunca podrá ser algo rutinario; siempre conservará ese halo de momento extraordinario, especial. Encontrarse con Dios, os aseguro que es algo que desborda todo pensamiento, toda palabra, todo acontecimiento. No se puede resumir, ni definir. No se puede reducir a una vivencia más, es el momento cumbre, de verdad al desnudo, de una vida. Lo mío fue entre lágrimas, angustia, negrura, en resumen, puro infierno. Yo me encontré con el Padre, con su abrazo inmenso, con su amor sin medida. Como el hijo pródigo, regresé a casa, e hicieron fiesta por mí. Anduve embelesada con el Padre y empecé a ir al grupo de Renovación con mi suegra, a Maranatha. Allí hice el Seminario y recibí al Espíritu. Y meses después, en la siguiente Semana Santa, caí rendida ante el Hijo, Jesús. Ese fue mi proceso. Los 3 presentes desde el principio, pero yo abriéndome a cada uno poco a poco. Y, por supuesto, Mamá María. A ella me ha costado más descubrirla, amarla, pero me ha ganado completamente. 
    Sólo sé que desde entonces no he dejado de alabar, de bendecir, de dar gracias por cada instante de mi vida. He llorado, he reído, he gozado, he amado, he sufrido, he peleado, he atravesado el desierto, he sentido la arena en mi boca, en mi corazón, he bebido en fuentes que nunca soñé, he bajado a mis infiernos, he subido montes y atravesado valles, y en todo momento no he dejado de sentir Su compañía. Además, por pura gracia, me ha regalado a tanta gente con la que comparto mi fe. Gente, que ni podía soñar conocer. De todos los rincones del mundo. ¿Qué más se puede pedir?
    Por eso hoy quiero daros las gracias a todos los que, de un modo u otro, me habéis acompañado en este trayecto. A algunos os veo con frecuencia y os puedo abrazar, en vivo y en directo. A otros os mando un abrazo virtual y mi inmenso agradecimiento por estar allí. 
    Y hoy me quiero despedir con la bendición de mi santo favorito, cuyo día celebramos hoy, Francisco de Asís:
    El Señor te bendiga y te guarde;
    te muestre su faz y tenga misericordia de ti.
    Vuelva a ti su rostro y te conceda la paz.
    El Señor te bendiga.

    lunes, 1 de octubre de 2012

    La sencillez hecha alma

    Autor: Ángel Amo | Fuente: Catholic.net
    Teresa del Niño Jesús, Santa
    Sencillez y perfección en las cosas pequeñas, Octubre 1
     
    Teresa del Niño Jesús, Santa

    Virgen y Doctora de la Iglesia

    Martirologio Romano: Memoria de santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, que entró aún muy joven en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Lisieux, llegando a ser maestra de santidad en Cristo por su inocencia y simplicidad. Enseñó el camino de la perfección cristiana por medio de la infancia espiritual, demostrando una mística solicitud en bien de las almas y del incremento de la Iglesia, y terminó su vida a los veinticinco años de edad, el día treinta de septiembre (1897)

    La Iglesia le dedica este día para que la conozcamos y tratemos de imitar sus virtudes de delicadeza y perfección en las cosas pequeñas.

    Hay dos santas con el mismo nombre: Santa Teresita del Niño Jesús o de Lisieux Santa Teresa de Ávila (15 de Octubre). Ambas fueron monjas carmelitas, nos dejaron una autobiografía y son santas doctoras de la Iglesia.

    María Francisca Teresa (Santa Teresita del Niño Jesús o de Lisieux) nació el 2 de Enero de 1873 en Francia. Hija de un relojero y una costurera de Alençon. Tuvo una infancia feliz y ordinaria, llena de buenos ejemplos. Teresita era viva e impresionable, pero no particularmente devota.

    En 1877, cuando Teresita tenía cuatro años, murió su madre. Su padre vendió su relojería y se fue a vivir a Lisieux donde sus hijas estarían bajo el cuidado de su tía, la Sra. Guerin, que era una mujer excelente. Santa Teresita era la preferida de su padre. Sus hermanas eran María, Paulina y Celina. La que dirigía la casa era María y Paulina que era la mayor se encargaba de la educación religiosa de sus hermanas. Les leía mucho en el invierno.

    Cuando Teresita tenía 9 años, Paulina ingresó al convento de las carmelitas. Desde entonces, Teresita se sintió inclinada a seguirla por ese camino. Era una niña afable y sensible y la religión ocupaba una parte muy importante de su vida.

    Cuando Teresita tenía catorce años, su hermana María se fue al convento de las carmelitas igual que Paulina. La Navidad de ese año, tuvo la expeirencia que ella llamó su “conversión”. Dice ella que apenas a una hora de nacido el Niño Jesús, inundó la oscuridad de su alma con ríos de luz. Decía que Dios se había hecho débil y pequeño por amor a ella para hacerla fuerte y valiente.
    Al año siguiente, Teresita le pidió permiso a su padre para entrar al convento de las carmelitas y él dijo que sí. Las monjas del convento y el obispo de Bayeux opinaron que era muy joven y que debía esperar.

    Algunos meses más tarde fueron a Roma en una peregrinación por el jubileo sacerdotal del Papa León XIII. Al arrodillarse frenta al Papa para recibir su bendición, rompió el silencio y le pidió si podía entrar en el convento a los quince años. El Papa quedó impresionado por su aspecto y modales y le dijo que si era la voluntad de Dios así sería

    Teresita rezó mucho en todos los santuarios de la peregrinación y con el apoyo del Papa, logró entrar en el Carmelo en Abril de 1888. Al entrar al convento, la maestra de novicias dijo; “ Desde su entrada en la orden, su porte tenía una dignidad poco común de su edad, que sorprendió a todas las religiosas.” Profesó como religiosa el 8 de Septiembre de 1890. Su deseo era llegar a la cumbre del monte del amor.

    Teresita cumplió con las reglas y deberes de los carmelitas. Oraba con un inmenso fervor por los sacerdotes y los misioneros. Debido a esto, fue nombrada después de su muerte, con el título de patrona de las misiones, aunque nunca habia salido de su convento.

    Se sometió a todas las austeridades de la orden, menos al ayuno, ya que era delicada de salud y sus superiores se lo impidieron. Entre las penitencias corporales, la más dura para ella era el frío del invierno en el convento. Pero ella decía “Quería Jesús concederme el martirio del corazón o el martirio de la carne; preferiría que me concediera ambos.” Y un día pudo exclamar “He llegado a un punto en el que me es imposible sufrir, porque todo sufrimiento es dulce.”

    En 1893, a los veinte años, la hermana Teresa fue nombrada asistente de la maestra de novicias. Prácticamente ella era la maestra de novicias, aunque no tuviera el título. Con respecto a esta labor, decía ella que hacer el bien sin la ayuda de Dios era tan imposible como hacer que el sol brille a media noche.

    Su padre enfermó perdiendo el uso de la razón a causa de dos ataques de parálisis. Celina, su hermana, se encargó de cuidarlo. Fueron unos año difíciles para las hijas. Al morir el padre, Celina ingresó al convento con sus hermanas.

    En este mismo año, Teresita se enfermó de tuberculosis. Quería ir a una misión en Indochina pero su salud no se lo permitió. Sufrió mucho los últimos 18 meses de su vida. Fue un período de sufrimiento corporal y de pruebas espirituales. En junio de 1897 fue trasladada a la enfermería del convento de la que no volvió a salir. A partir de agosto ya no podía recibir la Comunión debido a su enfermedad y murió el 30 de Septiembre de ese año. Fue beatificada en 1923 y canonizada en 1925. Se le presenta como una monja carmelita con un crucifijo y rosas en los brazos. Ella decía que después de su muerte derramaría una lluvia de rosas.
    El culto a esta santa comenzó a crecer con rapidez. Los milagros hechos gracias a su intercesión atrajeron a atención de los cristianos del mundo entero.

    Escribió el libro “Historia de un alma” que es una autobiografía. Escribe frases preciosas como éstas en ese libro: “Para mí, orar consiste en elevar el corazón, en levantar los ojos al cielo, en manifestar mi graitud y mi amor lo mismo en el gozo que en la prueba.”; “Te ruego que poses tus divinos ojos sobre un gran número de almas pequeñas.” Teresita se contaba a sí misma entre las almas pequeñas, decía “Yo soy un alma minúscula, que sólo puede ofrecer pequeñeces a nuestro Señor.”

    ¿Qué nos enseña Santa Teresita?

    Nos enseña un camino para llegar a Dios: la sencillez de alma. Hacer por amor a Dios nuestras labores de todos los días. Tener detalles de amor con los que nos rodean. Esta es la “grandeza” de Santa Teresita. Decía: “Quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra.”El secreto es reconocer nuestra pequeñez ante Dios, nuestro Padre. Tener una actitud de niño al amar a Dios, es decir, amarlo con simplicidad, con confianza absoluta, con humildad sirviendo a los demás. Esto es a lo que ella llama su “caminito”. Es el camino de la infancia espiritual, un camino de confianza y entrega absoluta a Dios.

    Nos enseña a servir a los demás con amor y perfección viendo en ellos a Jesús. Toda su vida fue de servicio a los demás. Ser mejores cada día con los demás en los detalles de todos los días.

    Nos enseña a tener paciencia ante las dificultades de la vida. Su enfermedad requirió de mucha paciencia y aceptación. Sólo estando cerca de Dios el sufrimiento se hace dulce.

    Nos enseña a tener sentido del humor ante lo inevitable. Dicen que durante la meditación en el convento, una de las hermanas agitaba su rosario y esto irritaba a Santa Teresita. Decidió entonces en lugar de tratar de no oír nada, escuchar este ruido como si fuera una música preciosa. En nuestras vidas hay situaciones o acciones de los demás que nos molestan y que no podemos evitar. Debemos aprender a reírnos de éstas, a disfrutarlas por que nos dan la oportunidad de ofrecer algo a Dios.

    Nos enseña que podemos vivir nuestro cielo en la tierra haciendo el bien a los que nos rodean. Actuar con bondad siempre, buscando lo mejor para los demás. Esta es una manera de alcanzar el cielo.

    Nos enseña a ser sencillos como niños para llegar a Dios. Orar con confianza, con simplicidad. Sentirnos pequeños ante Dios nuestro Padre.

    Oración
    Virgen María y Santa Teresita, ayúdenme a tener más amor a Dios para servir mejor a los que me rodean.

    Si quieres saber más de la vida de Santa Teresa del Niño Jesús en corazones.org encontrarás un sitio hermoso para seguir consultando

    Consulta también Una mujer ¿Puede ser el corazón de la Iglesia?

    Teresa del Niño Jesús, Santa

    Luis y Celia, padres de Santa Teresita 

    viernes, 21 de septiembre de 2012

    Mi Nochevieja

    Mañana es mi cumpleaños (¡54!), y quiero escribir hoy como si fuera víspera de Año Nuevo, lo que llamamos por aquí, Nochevieja. Uno suele hacer balance de lo acontecido en el año que se acaba, y yo no quería ser menos. Pero, ¿por qué sólo un año? Creo que habiendo llegado hasta aquí (54), puedo permitirme el lujo de echar la vista atrás y reflexionar sobre el camino recorrido. Además, ahora que vuelvo a estar en época de cambios, me viene bien para aclarar mis ideas. Separar la paja del grano y esas cosillas. En términos generales no me puedo quejar en absoluto. Podría resumirlo así: balance positivo. Pero, si voy partida por partida, me doy cuenta de que a los ojos del mundo, soy una perdedora. Pero, ¿a mí qué me importa el mundo? Os puedo asegurar que absolutamente nada. Son otros criterios los que rigen mi vida, ¡gracias a Dios! ¿Por qué perdedora? Pues porque lo he perdido casi todo: marido, posesiones, trabajo, etc.. Y para el mundo esas cosas son muy importantes. Cuando la vida se cifra por lo que se tiene, cualquier pérdida es fracaso. Pero, gracias a Dios (y sólo gracias a Él) yo me siento muy ganadora. ¿Qué más puedo pedir si lo tengo todo con Él y en Él? Cada día el Señor me sorprende con un regalo: ¡estar viva! Desde la mañana a la noche me acompaña con su amor y su gracia. 
    Recuerdo mi infancia con cariño, mi adolescencia con horror; hasta los 36 como un cochecito de montaña rusa, tan pronto arriba como cayendo en picado. Y, desde hace 18 años viviendo la aventura maravillosa de caminar con Jesús. En fin, ya os digo, un balance de lo más positivo. Pues nada, que me alegro infinito de poder decir que he llegado hasta aquí y que he sobrevivido, a pesar del mundo, el demonio y la carne. No voy a tener muchos regalos de cumpleaños, ni me importa, pero sí que me gustaría que me regalaseis vuestros comentarios. ¿Es mucho pedir? Espero que no. Besitos para todos. 

    jueves, 20 de septiembre de 2012

    Música celestial

    El poder evocador de la música se vuelve mayor si se trata de música cristiana. Desde que volví a la Casa del Padre, la música por y para Dios me ha acompañado en mi caminar. He servido durante años en la Renovación en el Ministerio de Música (llamado de Alabanza por algunos grupos), y verdaderamente he vibrado, he disfrutado de este precioso don que es la música. No puedo pensar en una canción favorita pues son muchas las que me han ayudado en distintos momentos de mi vida.
     En estos días me ronda una de Jesús Adrián Romero que empieza así: ¿Qué sería de mí sino me hubieras alcanzado? ¿Y por qué ahora ésta y no otra? Quizá porque últimamente vivo asaltada por dudas. Cuando menos lo espero el del rabo aprovecha para tentarme haciéndome creer que soy tonta, loca, por mi elección radical por Jesús. Esta canción me sirve para darme cuenta de que sin Él estaría totalmente perdida, que de nada me sirve tener de todo sino le tengo a Él, y le doy gracias infinitas al Señor por tantos artistas cristianos que ponen todo su don al servicio del Señor. Creo que era San Agustín el que decía que quien canta, ora dos veces. Y quien baila, y quien toca algún instrumento (aunque sólo sea la pandereta). En fin, que supongo que todos podemos recordar algún momento especial en que la "música celestial" nos tocó en lo más hondo y nos hizo "ver a Dios". ¿O no?

    viernes, 14 de septiembre de 2012

    El árbol de la Cruz

    Autor: evangeliodeldia.org | Fuente: Catholic.net
    Exaltación de la Santa Cruz
    Fiesta, 14 de septiembre
     
    Exaltación de la Santa Cruz
    Exaltación de la Santa Cruz

    Fiesta

    Hacia el año 320 la Emperatriz Elena de Constantinopla encontró la Vera Cruz, la cruz en que murió Nuestro Señor Jesucristo, La Emperatriz y su hijo Constantino hicieron construir en el sitio del descubrimiento la Basílica del Santo Sepulcro, en el que guardaron la reliquia.

    Años después, el rey Cosroes II de Persia, en el 614 invadió y conquistó Jerusalén y se llevó la Cruz poniéndola bajo los pies de su trono como signo de su desprecio por el cristianismo. Pero en el 628 el emperador Heraclio logró derrotarlo y recuperó la Cruz y la llevó de nuevo a Jerusalén el 14 de septiembre de ese mismo año. Para ello se realizó una ceremonia en la que la Cruz fuellevada en persona por el emperador a través de la ciudad. Desde entonces, ese día quedó señalado en los calendarios litúrgicos como el de la Exaltación de la Vera Cruz.

    El cristianismo es un mensaje de amor. ¿Por qué entonces exaltar la Cruz? Además la Resurrección, más que la Cruz, da sentido a nuestra vida.

    Pero ahí está la Cruz, el escándalo de la Cruz, de San Pablo. Nosotros no hubiéramos introducido la Cruz. Pero los caminos de Dios son diferentes. Los apóstoles la rechazaban. Y nosotros también.

    La Cruz es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria. Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo redentor.

    Jesús no ha venido a suprimir el sufrimiento: el sufrimiento seguirá presente entre nosotros. Tampoco ha venido para explicarlo: seguirá siendo un misterio. Ha venido para acompañarlo con su presencia. En presencia del dolor y muerte de Jesús, el Santo, el Inocente, el Cordero de Dios, no podemos rebelarnos ante nuestro sufrimiento ni ante el sufrimiento de los inocentes, aunque siga siendo un tremendo misterio.

    Jesús, en plena juventud, es eliminado y lo acepta para abrirnos el paraíso con la fuerza de su bondad: "En plenitud de vida y de sendero dio el paso hacia la muerte porque El quiso. Mirad, de par en par, el paraíso, abierto por la fuerza de un Cordero" (Himno de Laudes).

    En toda su vida Jesús no hizo más que bajar: en la Encarnación, en Belén, en el destierro. Perseguido, humillado, condenado. Sólo sube para ir a la Cruz. Y en ella está elevado, como la serpiente en el desierto, para que le veamos mejor, para atraernos e infundirnos esperanza. Pues Jesús no nos salva desde fuera, como por arte de magia, sino compartiendo nuestros problemas. Jesús no está en la Cruz para adoctrinarnos olímpicamente, con palabras, sino para compartir nuestro dolor solidariamente.

    Pero el discípulo no es de mejor condición que el maestro, dice Jesús. Y añade: "El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y me siga". Es fácil seguir a Jesús en Belén, en el Tabor. ¡Qué bien estamos aquí!, decía Pedro. En Getsemaní se duerme, y, luego le niega.

    "No se va al cielo hoy ni de aquí a veinte años. Se va cuando se es pobre y se está crucificado" (León Bloy). "Sube a mi Cruz. Yo no he bajado de ella todavía" (El Señor a Juan de la Cruz). No tengamos miedo. La Cruz es un signo más, enriquece, no es un signo menos. El sufrir pasa, el haber sufrido -la madurez adquirida en el dolor- no pasa jamás. La Cruz son dos palos que se cruzan: si acomodamos nuestra voluntad a la de Dios, pesa menos. Si besamos la Cruz de Jesús, besemos la nuestra, astilla de la suya.

    Es la ambigüedad del dolor. El que no sufre, queda inmaduro. El que lo acepta, se santifica. El que lo rechaza, se amarga y se rebela.