jueves, 25 de noviembre de 2010

El "Fuego de Ars"

De esta manera tan bella, una amiga mía italiana, Ursula, ha comenzado un tiempo de adoración especial para nuestros hermanos sacerdotes. Ella se sintió llamada a hacerlo después de participar en la Jornada de clausura del Año Sacerdotal. Se conmovió ante las palabras de la Hna. Briege McKenna, y se dio cuenta de que es imprescindible que oremos por nuestros sacerdotes. Por eso os animo a uniros a esta preciosa moción del Espíritu Santo, y así inundaremos la tierra de ese "fuego de Ars".
En realidad como todas las grandes cosas es algo muy sencillo. Nada mejor que las palabras que me escribió Ursula, para que podáis comenzar a propagar el fuego:
"La idea que se me ocurrió fue la de "adoptar" a un sacerdote espiritualmente. Se trata de una cuestión realmente sencilla. Durante la adoración eucarística se coloca a los pies del altar, o de donde esté expuesto el Santísimo, una canasta o una caja que lleve un letrero: "El Fuego de Ars". El nombre se me ocurrió pensando, por una parte, en que el Santo Cura de Ars es el patrón de los sacerdotes, por otra porque espero que el fuego del Espíritu Santo encienda los corazones de los sacerdotes y, por último, porque quiero que esta iniciativa se riegue por el mundo como un fuego.
En la canasta se colocan unos papelitos que llevan en una cara la oración de Santa Teresita:
ORACIÓN POR LA SANTIFICACIÓN DE LOS SACERDOTES
de Santa Teresita del Niño Jesús
Oh Jesús que has instituido el sacerdocio para continuar en la tierra la obra divina de salvar a las almas, protege a tus sacerdotes (especialmente a:............*) en el refugio de tu SAGRADO CORAZÓN. Guarda sin mancha sus MANOS CONSAGRADAS, que a diario tocan tu SAGRADO CUERPO, y conserva puros sus labios teñidos con tu PRECIOSA SANGRE. Haz que se preserven puros sus Corazones, marcados con el sello sublime del SACERDOCIO, y no permitas que el espíritu del mundo los contamine. Aumenta el número de tus apóstoles, y que tu Santo Amor los proteja de todo peligro. Bendice sus trabajos y fatigas, y que como fruto de su apostolado obtenga la salvación de muchas almas que sean su consuelo aquí en la tierra y su corona eterna en el Cielo. Amén.
(*) Aquí se escribe el nombre de un sacerdote por el cual se desea interceder. No debe faltar el nombre del Papa, el de tu obispo y el de tu párroco, así como el de aquellos que han pedido que ores por ellos, o de quienes tú sabes que se encuentran en dificultades.
En la otra cara está escrito:
'El sacerdocio es el amor del corazón de Jesús'
'Si desapareciese el sacramento del Orden, no tendríamos al Señor'.
¿Quién lo ha puesto en el sagrario? El sacerdote.
¿Quién ha recibido vuestra alma apenas nacidos? El sacerdote.
¿Quién la nutre para que pueda terminar su peregrinación? El sacerdote.
¿Quién la preparará para comparecer ante Dios, lavándola por última vez en la sangre de Jesucristo? El sacerdote, siempre el sacerdote.
(Juan María Vianney)
Al final de la adoración se invita a quien lo desee, que pesque un papelito de la canasta y comprometa a rezar hasta la siguiente adoración una vez al día la oración de Santa Teresita, y un rosario a la semana por el sacerdote que le haya tocado.
¡Eso es todo!
En la próxima adoración la persona podrá sacar otro papelito y "adoptar" a otro sacerdote."

¿Qué os parece? ¿No sería bonito comenzar este "fuego" y llenar la tierra de oración por nuestros sacerdotes? Ursula me ha contado que ya son cinco personas las que lo están haciendo con ella en la casa de unas monjitas cercana a su domicilio. Yo creo que es una idea estupenda y espero que nos unamos con entusiasmo a este fantástico proyecto. El Señor nos necesita más que nunca y está esperando ansioso a que nos pongamos en marcha. ¡No le defraudemos!

lunes, 22 de noviembre de 2010

SANTA CECILIA

Hoy es Santa Cecilia. Día especial para mí. Desde que tengo memoria ha sido mi nombre favorito, y por eso decidí ponérselo a mi hija. Además se une a ello mi pasión por la música, de la cual es patrona. Cuando estuve en Roma en octubre dediqué una mañana a visitar la Iglesia de Santa Cecilia. Está en el Trastevere, detrás de la Iglesia de San Francisco. Es una Basílica preciosa con una cripta increíble. Podéis ver más fotos si clicáis en la foto que acompaña esta entrada. Allí está una bellísima estatua de Maderno. Está bajo el altar. Hay que verla y contemplarla para poder entender tanta belleza. Esa joven tirada, desmadejada, al borde de la muerte marcando con sus dedos su fe, una mano con tres dedos extendidos la otra con uno solo. Uno y trino dice Cecilia sin hablar. Es una imagen sin rostro. Pero no lo necesita. En fin, allí me senté y lloré. Algún día me gustaría ir con mi Cecilia de carne y hueso y mostrarle toda esa belleza contenida en una sola imagen. Pero eso será algún día. De momento me gusta compartir con vosotros estas fotos que son un pálido reflejo de lo que se puede ver en realidad. Hoy cantemos con gozo las maravillas del Señor y alegrémonos de poder disfrutar con todos los sentidos lo que el Señor nos regala cada día.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Ayúdame a ayudar

Esta es la frase que resuena en mi interior desde que volví. "¡Ayúdame a ayudar!" Como un grito de auxilio. Quiero ayudar, pero ayúdame, Tú, Señor, a saber dónde, cómo y cuándo. Quiero poner todo mi ser, mis talentos a tu disposición, pero sólo desde Ti. Por Cristo, con Él y en Él. Y sólo desde la acción poderosa del Espíritu Santo, sin el cual poco o nada podemos hacer. El activismo para Dios, sin Dios, es algo que me horripila. Lo veo con tanta frecuencia a mi alrededor, y además con la mejor intención, desde la más absoluta entrega. Y luego nos quemamos y todo nos pesa, y estamos como tristes cuando deberíamos estar alegres. En fin, no sé, que todo esto es difícil y a la vez la cosa más sencilla del mundo. Pero es que ese "ayúdame a ayudar" es como de ida y vuelta. Parece que el Señor me lo está gritando y a la vez se lo pido yo a Él. Todo esto me lleva a ponerme mucho más las pilas, a agarrarme a la oración, la Eucaristía, el Rosario, para dejarme hacer desde Él. He descubierto en Mamá María una aliada estupenda. Siento su sonrisa y su apoyo permanente, cuando yo flojeo, y eso me anima a seguir. Me voy a ir unos días a solas con el Señor, para aclarar mi cabeza y poner orden a todo lo que quiero hacer. He reservado unos días en La Trapa en Palencia (del 3o de noviembre al 3 de diciembre) y os pido que me acompañéis con vuestra oración desde donde estéis.

martes, 9 de noviembre de 2010

De vuelta


Tengo la sensación de haber estado fuera muuuucho tiempo, y a la vez de que el tiempo pasa muuuy rápido. Han sido días llenos de sorpresas. Desde que me embarqué en esta aventura con el Señor, procuro vivir cada día como si fuera el único. Vivir el presente a tope. Y la verdad es que hasta ahora no me ha ido del todo mal. Mi recorrido italiano concluyó en Roma. Allí estuve los últimos 5 días y allí volvéré, si Dios quiere, en enero. Pero eso será otra historia y otro momento. Vuelvo cargada de cosas, materiales y sobre todo espirituales. He vuelto a encontrarme con personas a las que llevaba tiempo sin ver y a las que quiero mucho. He conocido nuevas personas que han conformado el paisaje de estos días, y que se han hecho un hueco en mi corazón. Además, cuando lo que une es la acción del Espíritu Santo en nuestras vidas, es completamente distinto. Hay como un hilo, un nexo, muy fuerte que no tiene nada que ver con lo mundano y superficial. Ahora necesito un tiempo de reposo, para que todas estas nuevas vivencias hagan poso, y ver donde quiere el Señor que esté, cual es su voluntad en mi vida. Una de las cosas que me ha mostrado estos días, y que me resuenan por dentro, es perseverar en este camino de unidad de los cristianos, de unidad del Cuerpo de Cristo. ¡Cuánto daño se ha hecho y se sigue haciendo! Ojalá llegué el día en que todos podamos celebrar juntos a nuestro Señor y Salvador, pudiendo comulgar todos juntos. Otra realidad que he visto estos días es la de la Iglesia pobre y necesitada. En Asís había muchos obispos africanos y bastantes sacerdotes. Su realidad es completamente distinta. Por eso, cuando un obispo etíope me preguntó si nosotros en mi grupo, en la Renovación en Madrid, estaríamos dispuestos a financiar a dos chicos de su diócesis que quieren venir a la JMJ con el Papa, le dije que sí. ¿Cómo puedo negárselo? ¡Dos chicos! Deberíamos ayudar a todos los que pudiéramos. Por eso, os iré dando la vara para que contribuyáis a esta causa. No sólo de Madrid, todos los que leáis esto y queráis ayudar poneos en contacto conmigo.
En fin, aquí estoy de nuevo. Gracias a todos por vuestros mensajes de cariño y por vuestra oración.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Padre, únenos


Ésta ha sido la música que ha acompañado mi estancia en Bari. La Comunidad de Jesús tiene como carisma buscar esa unidad entre los cristianos y eso hemos estado viviendo estos días. Han sido unos días muy especiales. Pero, de verdad, cuando digo especiales es porque lo han sido realmente. Ha sido una experiencia nueva, distinta. Poder compartir con hermanos cristianos, no católicos, ha sido más que hermoso. No hay palabras para expresarlo. Como un anticipo del cielo. Algo verdaderamente escatólogico. Es como si el Libro del Apocalipsis se hiciera realidad en nuestra vida. Gente de toda raza, condición, nación y confesión alabando, bendiciendo, celebrando al Cordero en el trono. ¡Pura gozada!
La ciudad de Bari, históricamente, tiene esta tradición de acogida. En la Basílica de San Nicolás, en la cripta, hay una capilla ortodoxa. Así se pueden celebrar liturgias católicas y ortodoxas en el mismo lugar. Estuvimos celebrando la Eucaristía en esa cripta. El altar es la tumba de San Nicolás. Poco a poco se fue llenando de ortodoxos de tradición rusa, que esperaban a que acabáramos nuestro culto para empezar el suyo. San Nicolás es un santo de antes de la separación entre Oriente y Occidente, y por eso se le rinde culto en ambas iglesias: ortodoxa y católica.
Lo que he visto, vivido y oído en estos días, me ha impresionado vivamente. Ahora hay que reposarlo y orarlo, para poder asimilarlo. Ya estoy de vuelta en Roma, y el lunes vuelvo a Madrid. De modo que a algunos os veré la semana que viene. Otros estáis más lejos, pero seguimos unidos por la oración.