martes, 22 de julio de 2008

Vacaciones




Por fin acabé el curso de verano (Summer Camp). El día 18 fue el último día y la verdad es que ya tenía ganas de descansar. La buena noticia es que me quedo en el cole el curso que viene. Pero no sólo eso. Además de dar clase a los de tercero de primaria, voy a dar clase de Historia en inglés a los de 1º de la ESO. Todavía estoy un poco en la nube. No paro de dar gracias a Dios por todo lo que me ha dado este año. Lo mejor es que todo me ha venido como regalo. Después de tantos años diciendo que la enseñanza no es cosa mía, ahora me sale al encuentro. Me encanta, he de decirlo, y además parece que no se me da mal del todo. Mi coordinadora, Carmen, me dice constantemente que soy una profesora nata y que no hay más que ver cómo están los niños conmigo. Yo sonrío y doy gracias a Dios por dentro. Esto no es mío, esto es regalo, pura gratuidad. Puro don del Señor para mí. Y claro, quien soy yo para negarme a aceptarlo, para dudar que Él sabe mejor que yo lo que necesito en cada momento. Así que el día 1 de septiembre me incorporaré al colegio, ahora ya como profesora titular.
Con mis amigos de Travellers he hecho varias marchas y ha sido una gozada. Ellos se están preparando para hacer el Camino de Roncesvalles a Logroño, y aunque yo no voy a ir, me he unido con muchas ganas a sus entrenamientos. He recuperado mis años de campamento en Peñas Blancas. El otro día subimos de La Jarosa a Collado de la Mina. Se me salía el corazón de alegría. ¡Cómo me gusta mi Sierra de Guadarrama! Mi montaña favorita es Siete Picos, y allí estuvimos otro día. Además es una de las etapas del Camino de Santiago desde Madrid, así que ya puedo decir que he hecho algo del Camino. En estas fotos veréis lo bonito que es el paisaje de mi Sierra. Parezco Heidi con sus montañas, pero me encanta vivir aquí. Además, me siento muy cerca de Dios en medio de la naturaleza. Y las montañas te hacen sentir muy cerca del Cielo.
El día 24 me voy con mi hermana y su marido a Cataluña, a la Costa Brava. Será sólo por 5 días, pero tengo ganas de ver el mar y de tumbarme al sol. No tenía pensado salir a ningún sitio, pero la invitación de mi hermana ha sido otro regalo que no podía rechazar. A finales de agosto iré a Santiago de Compostela con mi grupo y espero disfrutarlo mucho como todos los años. Bueno, llevaba bastante sin escribir, pero ahora creo que me he resarcido y os he puesto un poco al día de mis andanzas. ¡Feliz verano a todos! Recordad algo importante: Dios no se toma vacaciones, Él está siempre al pie del cañón.

viernes, 11 de julio de 2008

Mundo de contrastes

Para cualquiera que haya visto las noticias estos días está claro que vivimos en un mundo de contrastes. Por un lado el terrible drama de las pateras y por otro las colas inmensas de personas esperando para comprar el último avance de la tecnología, el i-phone. Hoy escuchaba hablar en la radio al Padre Patera. Personaje más que entrañable. Puro corazón con patas. Allí en Algeciras, en la provincia de Cádiz (España) tiene su casa. Desde hace años acoge, ayuda y da cariño a todas esas personas que cruzan el Estrecho buscando una vida mejor. Supongo que habréis oído hablar de él. No tiene subvenciones oficiales. Vive de la ayuda que recibe de voluntarios y de las aportaciones de particulares. Creo que merece la pena pararse a pensar y ver qué podemos hacer cada uno de nosotros para ayudar a paliar tanta necesidad. Hay que ser de piedra, de granito, para no conmoverse al ver en las noticias a toda esa gente que llega en cayucos y pateras a las costas de España y de otros países de Europa. Hombres, mujeres y niños que mueren en las travesías. Que llegan con la mirada perdida, el cuerpo destrozado y sin ningún futuro por delante. Creo que por poco que podamos hacer siempre será mejor que no hacer absolutamente nada. El Padre Patera tiene una página web http://www.padrepatera.net/# Allí podéis encontrar la manera de ayudar y colaborar a esa preciosa tarea que tiene entre manos. Con esto no pretendo dar lecciones a nadie, ni apuntarme medallas, ni nada de eso. Simplemente, me ha conmovido su testimonio. Simplemente me parece que somos muy afortunados y que no pasa nada porque algún ratito lo dediquemos a pensar en otros que no tienen tanta suerte. No estoy en contra de los que quieren tener un i-phone o cualquier cacharro tecnológico puntero, pero me parece que no está reñido con pensar un poquito más en los demás. Le pido a Dios que toque nuestros corazones, y nuestros bolsillos, y que nos haga un poco más compasivos y misericordiosos con los que sufren.

viernes, 4 de julio de 2008

Imprescindible/indispensable

Según el diccionario de la Real Academia, imprescindible "dícese de aquello de que no se puede prescindir". Prescindir: "Hacer abstracción de una persona o cosa; pasarla en silencio, omitirla. 2. Abstenerse, privarse de ella, evitarla". Según el mismo diccionario, indispensable: "Que no se puede dispensar. 2. Que es necesario o muy aconsejable que suceda".
¿A qué viene todo esto? Viene sencillamente a que el otro día me dí cuenta de algo. Hay una cosa de la que no puedo prescindir, una cosa que me es indispensable para vivir, una cosa de la que no puedo abstenerme, privarme ni evitar, que me es absolutamente necesaria, y eso es...... ¡LA ALABANZA! Estaba en Maranatha, mi grupo, el otro día y teníamos Eucaristía. Estábamos comenzando a cantar y "a calentar motores", y me vi arrastrada como cuando te pilla una ola, y sin esfuerzo alguno por mi parte me desbordé de alegría. Era como tocar el cielo con las manos. Fui tan consciente de que no puedo dejar de alabar. Que todo se libera, se redime, se dispersa, cuando alabas. Que si he podido vivir todo lo que he vivido, y si lo puedo todo es por este don maravilloso de la alabanza. Llevo años haciéndolo. Pero el otro día fue como si todo se colocara en su sitio. Llevaba dos semanas sin ir al grupo. Una porque acompañé a mi padre a su operación de cataratas y otra porque estuve ayudando a mi hermana corrigiendo unos exámenes. Cuando el otro día empezamos a alabar, me dí cuenta de que lo que me había faltado en esas dos semanas, era precisamente eso. Alabar con mi grupo. Cantar, bailar, manifestar las maravillas de Dios. Ensalzarle y llenarme de él. Tantas veces se nos ha dicho que Dios no necesita nuestra alabanza, sino que somos nosotros los que necesitamos alabarle. El otro día me daba cuenta de que era así. Yo no puedo vivir sin alabar a Dios. Me faltaría más que el aire. Le doy muchísimas gracias a Dios por haberme llevado un día a la Renovación Carismática, por regalarme a Maranatha y por dejarme ver todos los miércoles lo que debe ser el Cielo.

jueves, 3 de julio de 2008

Los Martín


Ahí estamos. Espero recibir más fotos. Creo que hicieron más de 400. Pero para ir abriendo boca es suficiente. ¡Qué familia más guapa!