
sábado, 31 de diciembre de 2011
Feliz 2012

viernes, 30 de diciembre de 2011
Año viejo

lunes, 26 de diciembre de 2011
Boxing Day
Boxing Day o Día de las Cajas es una festividad celebrada principalmente en las islas Británicas y otras naciones que pertenecieron al Imperio británico. Se suele realizar el 26 de diciembre y durante la fecha se promueve la realización de donaciones y regalos a las clases más empobrecidas de la sociedad. Boxing Day puede ser traducido como "día de las cajas", y su nombre está relacionado con el origen de la festividad.
Erróneamente se ha asociado el término Boxing Day a la necesidad que tienen las personas de deshacerse de los envoltorios de los regalos de Navidad el día siguiente. El origen se remonta a la Edad Media. Se ha sugerido que después de la Navidad, las clases nobles entregaban cajas con comida y frutas a su servidumbre. También se ha propuesto que este día los sacerdotes sacaban a la vista cajas con donaciones de caridad hechas previamente. Otra teoría indica que el 26 de diciembre, los empleados y aprendices se dirigían a sus puestos de trabajo con una caja, donde el empleador depositaba dinero, al final del día, los primeros se dividían el dinero, lo que constituía una especie de aguinaldo.
Boxing Day coincide con la festividad católica de San Esteban, aunque en algunas naciones la festividad es desplazada hacia el próximo día hábil en caso de que el 26 de diciembre sea sábado o domingo.
Este día suele ser utilizado tradicionalmente para la realización de competiciones deportivas como partidos de rugby, fútbol, cacería, etc.
Hasta aquí lo que la Wikipedia cuenta sobre este llamado "día de las cajas", 26 de diciembre. Aquí en Madrid no es fiesta, pero en Cataluña y creo que otras regiones de España sí que lo es. Hay una canción de Serrat que me encanta, "De cartón piedra", que yo cantaba de joven. En ella hay una frase que dice: "que de San Esteban a Navidades, entre saldos y novedades..." Pasaron años hasta que me dí cuenta de que se refería a un año completo donde se iban sucediendo las distintas estaciones del año, con esa maniquí luciendo distintos modelitos. Por esa época yo no tenía ni idea cuando era San Esteban, ni siquiera quién era ese Santo. Ahora, gracias a Dios, tengo algo más de cultura "católica" y puedo ubicar el Santo y el día.
"La Nochebuena se viene, la Nochebuena se va", cantamos en un villancico tradicional, y eso es lo que ha pasado como todos los años. Parece que nunca va a llegar, y al final pasa a toda velocidad, como casi todo lo bueno. Ya queda atrás esta Navidad del 2011 y comenzamos a preparar las fiestas de despedida del año que se va, y recibimiento del año que empieza. Es difícil mantenerse ajeno a todo ello, porque nos bombardean por todas partes con resúmenes del año, con pronósticos del que viene, y con un sinfín de ideas de cómo celebrarlo. Debo reconocer que me produce algo de hastío este hartazgo de "vamos a divertirnos por decreto ley". Nochevieja nunca ha sido una de mis fiestas favoritas, ya que cuanto más me esforzaba por pasarlo bien solía pasarlo peor, y eso me ha dejado un regusto agridulce con respecto a la misma. Desde el 2006 la celebro con amigas en casa de Pilar Camacho. Solemos cocinar cada una alguna "delicatessen" y cada año se van añadiendo lo que hemos venido en llamar "corazones solitarios". Solitarios que no tristes, que conste. En la cena solemos ser sólo chicas, y luego después de las uvas se nos unen otras personas, por lo general parejas. La verdad es que lo solemos pasar bien y se está volviendo una agradable tradición. Suele pasar que las cosas más sencillas, las más pequeñas, son las que proporcionan mayor alegría. Por eso no deberíamos planear grandes cosas, creo que son más importantes las personas con las que celebrar. Lo bueno es que, en mi caso, esas personas suelen ser no sólo amigas, sino también compañeras de viaje en la fe, y eso las hace realmente especiales. Os aseguro que el modo de celebrar es completamente distinto. Por eso le doy muchas gracias al Señor por haberlas puesto en mi camino.
viernes, 23 de diciembre de 2011
Vísperas navideñas

Ayer cumplimos con el tradicional rito de la Lotería de Navidad. Las vocecillas de los niños de San Ildefonso son como el pistoletazo de salida de la Navidad en España. Hoy, también según la tradición, es el día de la salud. Ya que no nos ha tocado el gordo, al menos tenemos salud. Y es que ya se sabe que el que no se conforma o contenta, es porque no quiere. Otros esperarán ansiosos a la Lotería del Niño, para seguir soñando. Pero, mientras tanto, aquí estamos con los últimos preparativos de la cena de Nochebuena, de la comida de Navidad, etc... Algunos andarán enloquecidos buscando esos juguetes ya hace tiempo agotados y que pueblan los sueños de tantos niños. Los habrá que se gasten mucho más de lo que tienen, para intentar paliar estos tiempos tan negros que nos han tocado vivir. Y lo más triste es que cuando llegue enero estarán mucho más endeudados y probablemente no hayan conseguido comprar ni un poquito de felicidad y bienestar. Pero, todos los años ocurre el mismo ritual. Luces, prisas, sonrisas forzadas, deseos de paz, amor, felicidad, consumo desenfrenado. La Navidad se queda en muchos casos sólo en eso. Y te paras, y miras, y te preguntas, ¿qué estamos celebrando? Y lo más triste es que muchos no pueden contestar a ciencia cierta qué es lo que celebramos. Y además, ¿por qué lo celebramos así? Es decir, ¿es necesario tanto gasto y tanto fasto? Sinceramente yo creo que no. La Navidad no se puede quedar en la magia barata de un momento, tiene que ser mucho más. A veces tantas luminarias nos impiden ver la esencia de lo que realmente es. Y es que cegados por el brillo de tantas cosas, a menudo banales, no dejamos que nos alcance la luz del único que debe alumbrarnos. "Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto. Luz para alumbrar a las naciones". Yo, personalmente, en medio de mi oscuridad, de mis jaleos, de mis ruidos, deseo que esa Luz llegue. Que ilumine hasta el último rincón de mi vida, y de la de las personas que me rodean, los próximos y los más lejanos. Le pido al Señor que nazca en cada palabra no pronunciada, en cada silla vacía, en cada casa a oscuras. Que llene con Su presencia todo.