domingo, 19 de abril de 2009

¿Mi sinrazón? ¿Mi razón?

Voy a empezar con palabras de San Pablo. Nadie como él para expresar mi estado de ánimo algunas veces: "Sabemos en efecto, que la ley es espiritual, mas yo soy de carne, vendido al poder del pecado. Realmente, mi proceder no lo comprendo; pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco. Y, si hago lo que no quiero, estoy de acuerdo con la Ley en que es buena; en realidad, ya no soy yo quien obra, sino el pecado que habita en mí. Pues bien sé yo que nada bueno habita en mí, es decir, en mi carne; en efecto, querer el bien lo tengo a mi alcance, mas no el realizarlo, puesto que no hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero, no soy yo quien lo obra, sino el pecado que habita en mí." (Romanos 7,14-20). Y podríamos seguir hasta el final del capítulo, incidiendo en que nuestro hombre interior quiere vivir según Dios, pero nuestro hombre exterior (de carne) hace lo contrario. Y en mi caso, me amparo en la razón. No en la razón del racicinio, sino en la sinrazón de mis razones. Tengo razón de estar enfadada porque me duele. Tengo razón de estar triste, porque me han herido. Tengo, ego, ego, ego, yo, yo, yo..... y así hasta el infinito. Y me bongo borde, y no quiero hablar con nadie y me voy sintiendo cada vez más sola. Y sin darme cuenta, le hago el juego al otro, "al del rabo", al que quiere apartarme de todo lo que me salva, me sana, me renueva y en definitiva me da vida. Sí, estoy dolida, me encuentro sola, triste y abandonada, pero me niego a ampararme en mi razón para darle la razón al enemigo. ¡NO! Me aferro fuerte a Ti, Señor, y te pido que me hagas levantar la mirada de mi ombligo. Te pido que no me dejes quedarme en la superficie de las cosas. Te pido templanza, mesura, mansedumbre, amabilidad, y sobre todo amor y alegría. Quita de mí toda dependencia, toda crítica, todo juicio, todo victimismo. Ayúdame, Señor, a darme cuenta y a aceptar mis fracasos, mis flaquezas y los fracasos y flaquezas de los demás. No permitas, Señor, que malgaste mi vida, mi tiempo en tratar de caer bien, de gustar, de agradar, de ..... ya sabes, Señor, todas esas cosas que nos hacen ser tan infelices. ¡Esto es lo que hay! Somos como somos, y sólo Tú eres perfecto. Sólo Tú, eres infalible. Pues eso, Señor, contigo y siempre "palante".

4 comentarios:

Encarna dijo...

Lou,qué te pasa...pide al Señor que te haga libre que tienes muchos hermanos que te quieren, pero a veces no están en los momentos que tú los precisas, pero Él siempre está.Como dice Vicente ..¿nos reimos?Un abrazo y un achuchón fuerte

Lou dijo...

Sí, nos reímos que estoy harta de llorar. Gracias por tu cariño. Besitos

Anónimo dijo...

Un besote enorme Lourdes y un abrazosiiiiiiiiiiii (así les llamo a los abrazos que les doy a mis sobris).
ANIMO!! Tu lo has explicado perfectamente y tienes a mucha gente cerca y otra que no estamos tan cerca, pero que igualmente te queremos.
Que Dios te bendiga.
Balbi.

Mari Angeles dijo...

Luli: ojalá el Señor nos grabe a fuego en el corazón, que Él siempre va a poner cerca a los hermanos que necesitemos en cada momento. Yo también paso esos malos ratos que según loa "expertos son para que maduremos, Jesús hazlo tú pq nosotras no sabemos. Un abrazo gordo y reza mucho por mí, yo lo hago por tí.