jueves, 31 de diciembre de 2009

Adiós 2009. Hola 2010

Es momento de balances. En todas partes se hacen resúmenes del año, de las mejores imágenes del año, de las noticias más impactantes del año, de los que han fallecido en este año, etc... Pues, yo no quiero ser menos y quiero hablar de mi año.
A nivel laboral ya soy fija en el cole, y eso me da una seguridad increíble. Mi horario ha cambiado de tiempo parcial a jornada completa, y aunque supone menos tiempo para mí y mucho más trabajo, me encanta. Empecé el año dando clase a 3º de primaria, y ahora estoy con 5º y 6º. Además de History con los de 1º y 2º de la ESO. A veces me da la sensación de que llevo toda la vida en el cole y me siento realmente parte de un equipo. O sea que por ese lado muy bien.
Con mis amigos de Travellers fui al Románico palentino y a las Batuecas-Peña de Francia. Dos viajes increíbles, llenos de imágenes difíciles de olvidar. A parte de paellas (Sonseca y Cólquide), chocolatadas, merienditas, paseítos serranos, etc.. que han conformado un año estupendo de lleno de buenos momentos. Este año que empieza se presenta también lleno de planes viajeros y otros asuntillos. Todo de lo más apetecible.
Cecilia, mi hija, se fue a vivir a Londres en verano, y yo fui a verla en noviembre. Ahora está aquí por las fiestas y está feliz. Ha sido un cambio bastante radical en su vida, pero al verla tan contenta, tan llena de energía y con tantas ganas, una no puede dejar de alegrarse con ella y de dar gracias al Señor por su vida. Tengo la sensación triste de que está lejos pero al mismo tiempo feliz de verla feliz. Ya sabéis, sensaciones agridulces.
Mi padre nos dio un susto este verano por una bajada de potasio, pero ahora están los dos estupendos. Me encanta ver que con 81 años todavía hacen planes de viajes y entran y salen y, en definitiva, no paran.
En verano fui a Lourdes (mi ciudad) y luego estuve en San Juan de Luz con Fer y Cecilia. Fue estupendo. Luego estuve en Alpedrete y a mediados de agosto me marché primero con María a Sanabria, y luego con Pepa a Sanxenxo. Rematé con la semana de oración en Santiago. Conclusión: un estupendo verano. Este año espero viajar con Enki Tours a algún lugar del mundo. Ya sabes, Enki, prepara algo bueno para julio o agosto, para que las maestrillas podamos ir.
En Maranatha, mi grupo, hemos vivido tiempos difíciles, pero el Señor ha ido actuando y ahora estamos en aguas más tranquilas. De todos modos, todavía tenemos mucho que recorrer, muchas heridas que cerrar y mucho perdón que pedir. Aunque ha sido duro tengo claro que es mi grupo y que es donde el Señor quiere que esté, a pesar de todo. No soy yo la que elijo, es el Señor el que ha elegido por mí. Mi humanidad, a veces, me ha pedido salir por peteneras, pero el Señor fuerte en mi corazón, me ha hecho quedarme quieta, en silencio y oración. Todo está en Sus manos y Él mejor que nadie sabe lo que quiere hacer con este grupo.
A nivel personal, interior, puedo deciros que el verano supuso un punto importante de inflexión en mi vida. Hasta que fui a Lourdes, estaba triste e inquieta. No aparentemente por fuera, pero por dentro sentía mi soledad como un peso inmenso, y echaba de menos muchas cosas que había tenido. En el mes de marzo Fer se vio obligado a vender Cantachoenea, la casa que heredó de sus padres en Guéthary, y donde pasamos tantos veranos, navidades, y vacaciones. Me invadió una pena enorme. Era como si realmente fuera el fin de toda una época, y a pesar de no haber ido a Canta desde hace años, sentía su pérdida profundamente. Sobre todo pensaba en Cecilia y en su pérdida. Y, sobre todo, Fer. Toda su vida, en cierto modo, ha girado en torno a esa casa y era su lugar favorito, su refugio, tantas cosas. Cuando este verano fui a Lourdes y a la vuelta paré en San Juan de Luz para ver a Ceci y a Fer, recuperé tantos paisajes, sané tantos recuerdos, y me dí cuenta de que todo estaba bien, que el Señor lo tenía todo en sus manos, y que no pasaba nada. Volví a Alpedrete feliz. Con una serenidad, una tranquilidad increíbles. Doy gracias a Dios, y a mamá María, porque sé que en Lourdes escucharon mis oraciones y aunque no lo manifestaba externamente, el Señor conoce y escruta nuestros corazones, e incluso nos da lo que no hemos pedido.
Empecé el año con Pilar y Mariángeles, y hoy lo terminaré con ellas de nuevo. Ya llevo 3 años celebrando la Nochevieja con mis amigas, y es estupendo.
Para este año que empieza como en el chiste "Virgencita que me quede como estoy". Bueno, un poco más delgada, que con esto de dejar de fumar he engordado mucho. Fuera de bromas, espero que este año sea una caja de 365 días llenos de sorpresas. Le pido al Señor que sea capaz de disfrutar hasta de lo más pequeño, y que esté siempre atenta a las necesidades más pequeñitas de los que me rodean.
Os deseo a todos de todo corazón la mejor de las salidas y entradas de año. Que el año que empieza esté lleno de todo lo que vuestro corazón desee.
¡FELIZ AÑO VIEJO! ¡FELIZ AÑO NUEVO!