martes, 17 de abril de 2012

NADIE

Esta entrada la tenía que haber hecho en el fin de semana, pero como me suele pasar no encontré el momento. La verdad es que estaba en casa de mis padres y no me había llevado el ordenador, de modo que hasta que no estuve en casa no pude entrar en el blog. Eso fue el domingo ya tarde y no estaba inspirada. Pero no pasa nada, porque de lo que quiero escribir no es algo que pase de moda o sea sólo noticia de un momento. Bueno, allá va.
El sábado andaba, como otros muchos días, escuchando la radio por la mañana sin prestar demasiada atención. A veces pongo la radio y se convierte como en un ruido de fondo, una música de ambiente. Así andaba yo el sábado cuando comenzaron a entrevistar a un escritor, que reconozco no me acuerdo de su nombre. Era un hombre de voz agradable y fascinado por lo oriental. Enamorado del Tíbet, de Japón, de lo zen, en fin, uno de tantos que existen actualmente. De pronto, una frase: "la grandeza de una persona no está en cuanto tiene sino en cuanto da". E inmediatamente pienso en Jesucristo. ¿Ha habido alguien que haya dado más? No creo. Pero resulta que no está de moda, que no sigue filosofías baratas, que no ha escrito haikus, que no hizo "posturitas" y que, en definitiva, no es querido. No ha habido nadie que diera tanto y que haya recibido tanta crítica, tanto odio. No ha habido nadie. Y eso, hay muchos que no quieren ni pueden reconocer. Ya basta de callar y de avergonzarnos de Él. No ha habido nadie, NADIE, que haya hecho, haga o vaya a hacer lo que Jesús hizo por todos y por cada uno de nosotros. Y si nosotros no lo proclamamos a los cuatro vientos, si los que nos suponemos sus seguidores y amigos, nos callamos apabullados por el ruido del mundo, le hacemos un flaco servicio. Su pasión, muerte y resurrección no han servido para nada. Quedan reducidas a la necedad, al escarnio y a la anécdota. Y eso, de verdad, no puede ser. No nos quejemos tanto de cómo tratan otros a Jesús, ¿qué estamos haciendo nosotros? San Pablo en su Carta a los Romanos lo dice con palabras magistrales (como siempre): "Pero, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Cómo creerán en aquel a quien no han oído? ¿Cómo oirán sin que se les predique? Y ¿cómo predicaran si no son enviados? Como dice la Escritura: ¡Cuán hermosos son los los pies de los que anuncian el bien!" (Rm 10, 14-15) Anunciemos, pues, a los cuatro vientos a Jesús con valentía, utilizando todos los medios a nuestro alcance, y ayudemos a este mundo a recuperar la esperanza que tantos quieren aniquilar: ¡JESÚS VIVE, Y ES EL SEÑOR!

1 comentario:

Francisco José Campos Devesa dijo...

Me ha gustado mucho tu post. Felices Pascuas y gracias por los correos.