martes, 1 de octubre de 2013

ROMA: Ida y vuelta


El sábado volví de Roma. Entre unas cosas y otras llegaba a casa a la 1 de la madrugada, agotada pero feliz. Agotada por 11 días de "interpretación" muy intensos, y feliz por todo lo vivido. Me fui el día 17 de septiembre y regresé el 28. Me fui con 54 y volví con 55 (me refiero a mis años). Como siempre, mejor empezar las historias desde el principio.
Desde hace 10 años, cada 2, el ICCRS (Servicio de la Renovación Carismática Católica Internacional) organiza el Instituto de Formación de Líderes (Servidores). En inglés sus siglas son LFI. Éste era el 5º. Yo nunca había ido, pero este año me pidieron que fuera a traducir. En total el Curso dura 3 semanas, de las cuales yo he estado los últimos 11 días. Los primeros, ha estado traduciendo Margot. Había personas de 21 países de los 5 continentes; en total, 61 alumnos y 8 profesores. Los temas impartidos: Eclesiología, Liderazgo, Renovación Carismática Católica, Kerygma, Pneumatología, Mariología, Sagradas Escrituras. El Instituto está dirigido por Jim Murphy, y los profesores han sido: Mary Healy, Michelle Moran, Nancy Kellar, Charles Whitehead, Oreste Pesare, Fulvio di Fulvio y Jude Muscat. Los temas se han ido alternando en clases de 2 horas por la mañana, 2 por la tarde. Los miércoles y los sábados había salidas de campo y los domingos, día libre. Empezábamos cada mañana a las 8 con la Santa Misa. Desayuno a las 9. A las 9:30 Alabanza. Las clases comenzaban a las 10 y terminaban a la 1, que nos íbamos a comer. Por la tarde, empezábamos a las 4 y terminábamos a las 7 con una Hora Santa. La cena a las 8. Después de cada enseñanza, había un rato de preguntas y respuestas o de compartir por grupos, y un descanso de 15 minutos (¡café!).
Las salidas de campo solían ser a sitios "importantes" de Roma y del Vaticano. Por esas cosas del Señor tuve la suerte de comenzar mi estancia con la audiencia Papal en la Plaza de San Pedro. ¡Nada más llegar besar el santo! (Por así decirlo). Por la tarde tuvimos Misa en San Pedro.

Card. Filoni
La siguiente visita (sábado 21) fue a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, lo que antes se llamaba "Propaganda Fidei". Allí estuve traduciendo las palabras del Cardenal Fernando Filone, prefecto de dicha Congregación. Un hombre amabilísimo, dulce y simpático.
San Pablo Extramuros
De allí fuimos a la Basílica de San Pablo Extramuros, para mí la más hermosa de las cuatro basílicas mayores de Roma. Allí se encuentra la tumba de San Pablo. ¡Muy emocionante!
Tre Fontane
Por la tarde, después de una estupenda comida, estuvimos en Tre Fontane, lugar de la ejecución de San Pablo, donde celebramos la Eucaristía. Es un sitio precioso con tres templos. En el último, hay 3 altares que señalan los lugares donde según narran las crónicas, la cabeza de San Pablo "rebotó" al ser decapitado. De cada "rebote" surgió una fuente, de ahí el nombre de Tre Fontante (Tres Fuentes en italiano).
Mons. Usma Gómez
 El miércoles 25 visitamos el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Allí nos recibió Mons. Juan Usma Gómez, un sacerdote colombiano encantador, que nos dirigió unas palabras. Fue muy interesante. Allí también estuve traduciendo. Celebramos la Misa en la Iglesia del Espíritu Santo, la iglesia de los polacos en Roma. Allí se conservan las reliquias de Santa Faustina, y hay una capilla de la Divina Misericordia. Después paseamos por el Borgo Pío y fuimos a comer al lado del Coliseo. Esa fue nuestra visita de la tarde. Tuvimos allí un momento de oración precioso, en el que se nos invitaba a entregar nuestra vida radicalmente al Señor, como lo hicieron tantos mártires en ese lugar.
Como todo lo bueno, se hizo esperar y luego pasó volando. Cuando me quise dar cuenta estaba de nuevo en el aeropuerto camino de mi "tiempo ordinario". Días intensos, sin duda, de mucho trabajo. Es agotador estar sola traduciendo. No hay respiro. Desde la mañana a la noche todo el día hablando. Algunos se sonreirán pensando que eso es lo mio, hablar, pero os puedo asegurar que no podía con mi alma, ni con mi garganta, al final del día. Además esta vez me ha pasado de todo, tanto bueno como malo. El sábado 21 de camino a Propaganda Fidei, que está en la Plaza de España de Roma, me caí. Me torcí el tobillo izquierdo, caí sobre la rodilla derecha y me hice una herida. Justo igual que la caída en la que acabaron dándome puntos el año pasado. Gracias a Dios, no me hice un esguince y la rodilla sigue con un costrón horrible, pero no llegó a más. Aparatoso, doloroso, pero pasajero. Al día siguiente (22) celebré mi cumpleaños, algo coja y magullada, pero muy feliz. Me hicieron una fiesta sorpresa, con helado y cava, y me regalaron un precioso ramo de flores, que puse en el altar en la Misa del día siguiente. Un hermano mexicano me regaló una cruz, y una hermana de la India me regaló una pulsera. ¡Detallitos del Señor! Mi madre, me había puesto en la maleta una tarjetita de felicitación con regalito de mis padres. En fin, ¿qué más puedo desear? Los últimos días han sido algo ajetreados porque varios nos intoxicamos con algo que comimos y nos pusimos bastante pochos. Os aseguro que la tarde del martes 24 creí que me desmayaba traduciendo. Entre las clases de la tarde eché hasta la primera papilla y me tuve que ir a la cama a las 7 sin cenar y hecha polvo. Además se me unió a un constipado incómodo que me hacía tener la voz gangosa y una tosecilla molesta. ¡Ideal para traducir! A pesar de todos los contratiempos, capeé el temporal, y pude salir victoriosa de la prueba.

Me llevo en el corazón a nuevos hermanos y amigos de los cinco continentes. Sobre todo compartí mucho con hermanos de Argentina, con los que el sábado antes de ir al aeropuerto, fui al Trastevere a comer en el Carlo Menta. ¡Cuántos recuerdos! En fin, que vuelvo muy llena de "sabiduría" humana y divina, y con ganas de hacer muchas cosas. Como dije al principio, agotada pero feliz. No puedo más que dar gracias al Señor, por el privilegio de poder ser testigo de tantas maravillas. A finales de este mes se cumplirán 15 años de servicio traduciendo para la Renovación. Recuerdo que cuando fui la primera vez, allá por el 98, no estaba segura de si volvería o no. ¿Quién me lo iba a decir a mí? Cada año desde entonces he vuelto, y a veces hasta dos y tres veces el mismo año. ¡Cositas del Señor!

2 comentarios:

Gonzalo dijo...

Como siempre interesante crónica. Te felicito.
Coincido contigo "Carlos Menta" además de magnificas pizzas se encuentra en lugar con mucho encanto.

Margarita dijo...

Que maravilla de viaje y que experiencia tan bonita, me alegro mucho por ti porque al final de lo que siempre se acuerda uno es de lo bueno.