sábado, 11 de septiembre de 2010

Día tras día

Así tituló su charla Manolo Tercero. Era la mañana del día 26 de agosto y estábamos en la Semana de Oración en Loyola. Manolo prepara muy bien sus Retiros y nos daba unas hojitas cada día para seguir el tema del que iba a hablar. Este tema lo comenzaba así: "El tema se refiere al aprendizaje de la vida en proceso. Aprender a respetar el ritmo que Dios marca a su obra en nosotros, distinto en cada uno". ¡Nada más y nada menos! Después de cada charla nos invitaba a que cada uno, libremente, se fuera a meditar, a orar, a reflexionar, o a simplemente estar con el Señor, escuchándole. Yo suelo ir con un cuaderno donde voy escribiendo, a veces casi automáticamente, lo que el Señor me habla al corazón. Me fui a la capilla y esto es lo que escribí:
Señor, ahora me doy cuenta de que el protagonista de esta película eres sólo Tú. ¡Cuántas veces intentando ser yo sin Ti! IMPOSIBLE. Siempre mirando a los demás desde sus realidades humanas, sin darme cuenta de que lo que tengo que mirar es Tu obra en sus vidas, y no sus vidas sin Ti.
No es San Ignacio el importante. Eres Tú en su vida y la obra que Tú has hecho en él. Y así con cada santo (canonizado o no por la Iglesia). Tú en ellos, Señor. Tú, en cada uno de nosotros. Esperar en Ti. Esperar Tu obra en mí. Tú eres el único y verdadero Santo. Sólo Tú, Señor.
¿Cuál es mi piedra de tropiezo que impide tu acción en mi vida? Yo creo que yo misma soy esa piedra de tropiezo. Pero, al mismo tiempo, siento que Tú me amas de un modo inconmensurable, que soy preciosa a Tus ojos. ¡Tantas veces me lo has demostrado! Yo no puedo ni quiero decirte que voy a cambiar, que voy a hacer grandes propósitos, porque Tú, que me conoces bien, sabes que eso es imposible para mí, y sabes que no voy a ser capaz ni de empezar. Pero es que tampoco quiero eso. Por activa y por pasiva me estás diciendo que quieres que sea yo, y que quieres ser Tú en mí. "Pafuera telarañas", fuera caretas de quien no soy. ¿Y cómo puedo ser sin Ti? ¿Cómo puedo vivir la VIDA sin Ti? No es que seas el Camino, la Verdad y la Vida, es que eres mi camino, mi verdad y mi vida. Ni siquiera es una cuestión de voluntad, es una cuestión de dejarte hacer a Ti. De dejarse hacer por Ti, en Ti y contigo.
¿Camino de santidad = camino de perfección? No lo sé. Supongo que si te dejo a Ti, ser Tú en mí, Tu propia perfección me hará perfecta.
Jesús, único espejo en el que deseo mirarme. ¡No! Único reflejo que quiero ver al mirarme en el espejo de mi vida.
Piedras de tropiezo: mis despistes, mi inconstancia; lo "Guadiana" que soy; mis miedos, mis refugios, mis apoyos, mis afectos (y mis desafectos).
¡Señor, no abandones la obra de Tus manos!

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