martes, 7 de junio de 2011

Gerundios

¡Vaya titulito! Pero todo tiene explicación. La última vez que escribí lo hacía desde Roma, quedaban dos días para volver a Madrid y me envolvía una cierta nostalgia de todo lo vivido, y un anticipo de lo que me esperaba a la vuelta. El día 21 de mayo volé de regreso a Madrid. Me costó unos días aterrizar. ¡Tantas cosas vividas! Los dos últimos días en Roma los viví de despedida, y los primeros días en España, los viví de reencuentros. Pero, en el fondo, así es la vida. Gracias a Dios, mi familia y mis amigos están todos bien, y eso es de mucho agradecer. También es de mucho, muchísimo, agradecer haberme librado de la campaña electoral y de toda su agitación. De todos modos, como buena ciudadana fui a votar nada más volver. Creo firmemente que hay que participar y que a pesar de no gustarme nada la política, debemos ejercer nuestro derecho como ciudadanos. Hasta aquí la arenga mitinera.
Y ahora el porqué del titulito. El otro día estaba escuchando la radio, cosa que suelo hacer por la mañana, y escuché lo siguiente: "Las cosas sólo se pueden aprender en gerundio, haciéndolas". Era algo así, y lo decía Rosa Mª Calaf, ex-corresponsal de TVE. Y claro, mi cabecita loca se puso a rumiar. Y es que es verdad. El domingo pasado fui con Mamen Sánchez a Torrijos, un pueblo de Toledo, a un retiro de un grupo, y Mamen dijo algo parecido: "A amar se aprende amando". Y así con cualquier cosa que podamos pensar en nuestras vidas: a rezar, rezando; a querer, queriendo; a leer, leyendo; a hablar, hablando; a escuchar, escuchando; a comer, comiendo, etc... y a vivir, viviendo. Sería muy importante que todos fuéramos conscientes de ello y empleáramos los gerundios con fruición. Pues eso manos a la obra, y a tirarpalante, tirandopalante.
¡FELIZ PENTECOSTÉS a todos!

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