miércoles, 27 de febrero de 2013

Si de verdad existes...

Acabo de volver de Loyola de estar con mis amigos y hermanos de la zona Norte. Ha sido un Retiro estupendo, pero no me gustaría que se quedara sólo en eso. Parece que cuando volvemos de una experiencia fuerte con el Señor, sólo podemos decir: "qué bonito ha sido o qué bien hemos estado. En fin, que ojalá todo esto vivido, se haga realidad en mi vida de algún modo u otro.
Ha pasado tiempo desde que escribiera (ya me suena a frase hecha) y el año corre raudo hacia la primavera (¿otro tópico?). Febrero ha sido un mes "accidentado". Normalmente se habla de febrerillo loco, creo que por la variación de tiempo que suele tener, a veces con una primavera adelantada. En fin, que este año sí que  se ha vuelto "frenético" y sin comerlo ni beberlo nos vamos a despedir del mes y de nuestro Papa Benedicto XVI todo a la vez.
Hacia siglos que no renunciaba un Pontífice y nos ha pillado a todos con el pie cambiado. Era la mañana del 11 de febrero, día señalado para mí por ser mi santo, y estaba recibiendo llamadas y mensajes de felicitación. Mi amigo José Monedero me llamó y me contó la noticia. En un principio me lo tomé a broma, conociendo además su sentido del humor. Pero, hete aquí, ¡que era verdad! Desde ese momento, hasta hoy, no he dejado de recibir, ver, escuchar, leer, todo tipo de noticias sobre el hecho histórico. Del estupor del principio al aplauso interminable de agradecimiento, pasando por distintos chismes vaticanos. En fin, un poquito de todo. No creo que haya dejado indiferente a nadie, para bien o para mal. A mi parecer es un gesto grande. No sólo por su dimensión histórica y mediática, sino porque refleja la grandeza de un corazón humilde lleno de Dios y de Evangelio. "El primero entre vosotros será vuestro servidor" decía el Evangelio de ayer y te da qué pensar. Sólo Dios sabe lo que va a suceder ahora. "Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar" decía Antonio Machado en uno de sus versos y así estamos, viendo cómo todo continúa y sigue su curso. Unos se van, otros llegan. Así es la vida. Lo nuestro es orar, confiar en que el Señor nos va a seguir cuidando y pedirle que todo sea sólo para Su gloria. 
Como os he dicho acaba de volver de Loyola. He estado traduciendo a Noel Chircop, un hermano de Malta dedicado a la evangelización. Es curioso que Malta siendo tan pequeña haya dado tantos hermanos dedicados a tiempo completo a la misión. Lo curioso también es que casi todos ellos tienen un testimonio parecido. Después de alejarse de Dios y de vivir "a tope" en un momento determinado, como Jacob, tienen su combate con Dios y le lanzan un reto: "Si de verdad existes..." A partir de ahí, os podéis imaginar, el giro total de vida, hasta entregarle todo a Él, a ese Dios al que en su momento se atrevieron a desafiar. Es impresionante ver y escuchar a esta gente que ha pasado de vivir el mundo "a tope", a vivir "a tope" con Dios, en Dios y por Dios. Me encantaba ver cómo le escuchaban los jóvenes que estaban en el Encuentro. Y no sólo ellos, estoy convencida de que antes o después todos nos vamos a encontrar diciendo "Si de verdad existes...", porque no estamos libres de tener luchas, dudas, combates, y en esos momentos necesitamos más que nunca la certeza de que Dios está ahí para nosotros.  

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