Autor: P. Ángel Amo. | Fuente: Catholic.net La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo. | |
Manifestación del Verbo de Dios a los hombres, 25 de diciembre | |
Con la solemnidad de la Navidad, la Iglesia celebra la manifestación del Verbo de Dios a los hombres”. En efecto, éste es el sentido espiritual más importante y sugerido por la misma liturgia, que en las tres misas celebradas por todo sacerdote ofrece a nuestra meditación “el nacimiento eterno del Verbo en el seno de los esplendores del Padre (primera misa); la aparición temporal en la humildad de la carne (segunda misa); el regreso final en el último juicio (tercera misa)” (Liber Sacramentorum). Un antiguo documento del año 354 llamado el Cronógrafo confirma la existencia en Roma de esta fiesta el 25 de diciembre, que corresponde a la celebración pagana del solsticio de invierno “Natalis solis invicti”, esto es, el nacimiento del nuevo sol que, después de la noche más large del año, readquiría nuevo vigor. Al celebrar en este día el nacimiento de quien es el verdadero Sol, la luz del mundo, que surge de la noche del paganismo, se quiso dar un significado totalmente nuevo a una tradición pagana muy sentída por el pueblo, porque coincidía con las ferias de Saturno, durante las cuales los esclavos recibían dones de sus patrones y se los invitaba a sentarse a su mesa, como libres ciudadanos. Sin embargo, con la tradición cristiana, los regalos de Navidad hacen referencia a los dones de los pastores y de los reyes magos al Niño Jesús. En oriente se celebraba la fiesta del nacimiento de Cristo el 6 de enero, con el nombre de Epifanía, que quiere decir “manifestación”; después la Iglesia oriental acogió la fecha del 25 de diciembre, práctica ya en uso en Antioquía hacia el 376, en tiempo de San Juan Crisóstomo, y en el 380 en Constantinopla. En occidente se introdujo la fiesta de la Epifanía, última del ciclo navideño, para conmemorar la revelación de la divinidad de Cristo al mundo pagano. Los textos de la liturgia navideña, formulados en una época de reacción contra la herejía trinitaria de Arrio, subrayan con profundidad espiritual y al mismo tiempo con rigor teológico la divinidad y realeza del Niño nacido en el pesebre de Belén, para invitarnos a la adoración del insondable misterio de Dios revestido de carne humana, hijo de la purísima Virgen María. |
miércoles, 25 de diciembre de 2013
NAVIDAD
lunes, 23 de diciembre de 2013
PREGÓN DE NAVIDAD
Se hace saber que ante la abrumadora ola de mensajes vacuos y cursis que nos rodean, he decidido pregonar a los cuatro vientos mi posición. Voy a ser radical, y la verdad es que poco me importa. Visto lo visto, a veces una tiene que dejarse de tonterías y convertirse en alguien políticamente muy incorrecto. Todos los años asistimos al mismo triste espectáculo. Y digo triste porque eso es lo me causa: tristeza (además de alguna nausea). Y es que ya está bien de que despuntando noviembre comencemos a ser bombardeados con mensajes almibarados de retornos a casa, gordos de rojo, abuelitas cocineras, juegos de azar en paisajes nevados, burbujas de cava y demás zarandajas. ¿Qué tiene que ver eso con la Navidad? Pues yo creo que nada. Es como si todo el mundo hiciera un pacto de no agresión (aunque resulta bastante agresivo) y decidiera volverse cursi de golpe. Eso sí, al único que no mencionan es al único que tendrían que celebrar: a Jesús. Tanto se habla de amor, paz, alegría, etc., pero no se menciona al único que trae a nuestras vidas todo eso y mucho más. No es de extrañar que muchos huyan y quieran salir corriendo de esta locura, a mí me dan ganas de hacerlo. Yo tampoco quiero celebrar esta Navidad desvirtuada y desnortada. Jesús debería ser el único protagonista, el único regalo que deseáramos y pidiéramos. Pero, está visto, que Él es en muchos casos el gran ausente de toda esta algarabía navideña. ¡Cuánto miedo al silencio! ¡Cuánto miedo a un Niño pequeño y desvalido!
Escuchaba esta madrugada la radio (mi sempiterna falta de sueño) y me estremecía al oír lo que decían algunas personas sobre la Navidad: "antes era mejor, se ha perdido la magia, mis hijos ya han crecido, falta esta persona o aquella, etc..." Un rosario de recuerdos nostálgicos y presente triste. ¡Qué pena! Pues sí, ¡qué pena! Todos hemos perdido cosas y personas a lo largo del camino, todos sufrimos las ausencias, pero es precisamente allí, en lo que nos duele, donde quiere nacer el Señor. Jesús, si le abrimos, quiere llenar nuestros vacíos. Y, verdaderamente, es el único que puede hacerlo. "Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz".
Y por eso pregono que yo quiero celebrar el nacimiento de este Niño. Quiero celebrar el día en el que el cielo y la tierra se besan. Quiero pararme, contemplar el misterio de Dios encarnado en una Virgen, para salvarme, por pura gracia, por pura iniciativa suya. Quiero hacer silencio ante la magnitud de algo tan pequeño e indefenso como un bebé, nacido para redimir al mundo. ¡Basta ya de tanto ruido!
Ojalá todos podamos vivir una Navidad "como Dios manda". Ojalá todos aprendamos a pronunciar correctamente la palabra Navidad. Como pasa con muchos idiomas, se escribe de una manera, pero se pronuncia de otra. Aprendamos a decirlo bien.
Os deseo de todo corazón a todos una Feliz Navidad, es decir, un Feliz Nacimiento de Jesucristo en vuestras vidas.
Escuchaba esta madrugada la radio (mi sempiterna falta de sueño) y me estremecía al oír lo que decían algunas personas sobre la Navidad: "antes era mejor, se ha perdido la magia, mis hijos ya han crecido, falta esta persona o aquella, etc..." Un rosario de recuerdos nostálgicos y presente triste. ¡Qué pena! Pues sí, ¡qué pena! Todos hemos perdido cosas y personas a lo largo del camino, todos sufrimos las ausencias, pero es precisamente allí, en lo que nos duele, donde quiere nacer el Señor. Jesús, si le abrimos, quiere llenar nuestros vacíos. Y, verdaderamente, es el único que puede hacerlo. "Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz".
Y por eso pregono que yo quiero celebrar el nacimiento de este Niño. Quiero celebrar el día en el que el cielo y la tierra se besan. Quiero pararme, contemplar el misterio de Dios encarnado en una Virgen, para salvarme, por pura gracia, por pura iniciativa suya. Quiero hacer silencio ante la magnitud de algo tan pequeño e indefenso como un bebé, nacido para redimir al mundo. ¡Basta ya de tanto ruido!
Ojalá todos podamos vivir una Navidad "como Dios manda". Ojalá todos aprendamos a pronunciar correctamente la palabra Navidad. Como pasa con muchos idiomas, se escribe de una manera, pero se pronuncia de otra. Aprendamos a decirlo bien.
Os deseo de todo corazón a todos una Feliz Navidad, es decir, un Feliz Nacimiento de Jesucristo en vuestras vidas.
jueves, 12 de diciembre de 2013
LA GUADALUPANA
Autor: . | Fuente: Catholic.net Nuestra Señora de Guadalupe | |
Advocación Mariana. 12 de diciembre | |
Historia de la fiesta Aunque las diferentes advocaciones de la Virgen María son muy numerosas, la Iglesia le da especial importancia a las tres apariciones de la Virgen María en diferentes partes del mundo: Debemos recordar que es la misma Virgen María la que se ha aparecido en los distintos lugares, en estos tres momentos para ayudarnos y animarnos a seguir adelante en nuestro camino al cielo. En estas apariciones, la Virgen nos ha pedido rezar el Rosario, acudir al Sacramento de la Penitencia y hacer sacrificios para la salvación del mundo. La Virgen de Guadalupe es muy importante para la fe de todos los mexicanos, pues en ella nuestra Madre del Cielo manifestó claramente su amor de predilección por este pueblo, dejando un hermoso mensaje lleno de ternura y dejando su imagen grabada en un ayate como muestra de su amor. En el Nican Mopohua se puede encontrar la historia completa de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, pero aquí presentamos un resumen de la misma: Hace muchos años, los indios aztecas que vivían en el valle de México, no conocían a Jesús. Ellos tenían muchos dioses y eran guerreros. Los misioneros eran unos sacerdotes que vinieron de España y que poco a poco fueron evangelizando a los indios. Les enseñaron a conocer, amar e imitar a Jesús en la religión católica y los bautizaron. ![]() El sábado 9 de Diciembre de 1531, cuando Juan Diego pasaba por el Cerro del Tepeyac para llegar a Tlatelolco, escuchó el canto de muchos pájaros y una voz que le decía: "Juanito, el más pequeño de mis hijos, ¿a dónde vas?". Al voltear Juan Diego vio una Señora muy hermosa. La Señora le dijo: "Yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios. He venido hasta aquí para decirte que quiero que se me construya un templo aquí, para mostrar y dar mi amor y auxilio a todos ustedes". La Virgen le dijo a Juan Diego que fuera a ver al Obispo y le contara lo que Ella le había dicho. Juan Diego salió de la casa del Obispo muy triste porque no le creyó. Entonces fue al Cerro del Tepeyac a pedirle a la Virgen que mejor mandara a un hombre más importante porque a él no le creían. La Señora le dijo a Juan Diego que volviera el domingo a casa del Obispo. Esta vez, el Obispo le dijo que le trajera una señal, es decir, una prueba de que la Señora de verdad era la Virgen. Juan Diego no pudo ir al día siguiente al Tepeyac, pues su tío Bernardino se puso muy enfermo y fue por un médico. Fue hasta el martes, cuando al pasar por el cerro para ir por un sacerdote que confesara a su tío, se le apareció la Virgen y le dijo: "Juanito, Juan Dieguito; ¿No estoy yo aquí que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿Por qué te preocupas?”. Después, le hizo saber que su tío ya estaba curado y le pidió que subiera a la punta del cerro a cortar unas rosas y las guardara en su ayate. Juan Diego se sorprendió de aquella orden, pues era invierno y no era tiempo de rosas. Sin embargo, obedeció y encontró las rosas tal como la Virgen le había dicho. Se las llevó y Ella le dijo: "Hijo mío, el más pequeño, estas rosas serán la prueba que llevarás al obispo". Juan Diego fue de nuevo a ver al Obispo y le dijo que la Virgen le había mandado la prueba de que Ella era realmente la Virgen. Al soltar su ayate, las rosas cayeron al suelo y apareció dibujada en la tela la preciosa imagen de la Virgen de Guadalupe. Fue entonces cuando el Obispo creyó que la Virgen quería que le construyeran en ese lugar un templo. El ayate permaneció un tiempo en la capilla del Obispo Fray Juan de Zumárraga. El 26 de diciembre de 1531 lo trasladaron a una ermita construida al pie del Tepeyac.
Miles de personas de México y del mundo entero, visitan cada año la Basílica de Guadalupe, en donde está la hermosa pintura que la Virgen pintó a Juan Diego en su ayate para pedirle a Nuestra Madre su amor, su protección y su ayuda.
Las peregrinaciones no sólo se llevan a cabo en México, las hay en todos los países del mundo a diferentes templos. Algunas personas van de rodillas, porque le hacen una promesa a la Virgen cuando le piden un favor. En las peregrinaciones, la gente va haciendo oración, sacrificios y cantando. Muchas veces, las peregrinaciones vienen de muy lejos y se tardan varios días en llegar a darle gracias a la Virgen por algún milagro o favor que les concedió. El amor a la Virgen es lo que mueve a todas estas personas a irla a visitar desde su ciudad. En las peregrinaciones, las personas suelen llevar estandartes con la imagen de la Virgen y mantas donde escriben el nombre de su pueblo, de su familia, de su empresa. Oración a la Virgen de Guadalupe Préstame Madre tus ojos, para con ellos poder mirar, porque si con ellos miro, nunca volveré a pecar. Préstame Madre tus labios, para con ellos rezar, porque si con ellos rezo, Jesús me podrá escuchar. Préstame Madre tu lengua, para poder comulgar, pues es tu lengua patena de amor y santidad. Préstame Madre tus brazos, para poder trabajar, que así rendirá el trabajo una y mil veces más. Préstame Madre tu manto, para cubrir mi maldad, pues cubierta con tu manto al Cielo he de llegar. Préstame Madre a tu Hijo, para poder yo amar. Si tu me das a Jesús, qué más puedo yo desear y ésta será mi dicha por toda la eternidad. Amén. Canciones guadalupanas La Guadalupana Desde el Cielo, una hermosa mañana (bis) La Guadalupana (tres veces)bajó al Tepeyac. Suplicante juntaba sus manos (bis)y eran mexicanos (tres veces) su porte y su faz. Su llegada llenó de alegría (bis) De luz y armonía (tres veces) el Anáhuac. Junto al monte pasaba Juan Diego (bis) Y acercóse luego (tres veces) al oír cantar. A Juan Diego la Virgen le dijo (bis)este cerro elijo (tres veces) para hacer mi altar. Y en la tilma entre rosas pintada (bis)Su imagen amada (tres veces)se dignó dejar. Desde entonces para el mexicano (bis)Ser guadalupano (tres veces) es algo esencial.En sus penas se postra de hinojos (bis)Y eleva sus ojos (tres veces)hacia el Tepeyac. Himno a la Virgen de Guadalupe Mexicanos volad presurosos del pendón de la Virgen en pos, y en la lucha saldréis victoriosos defendiendo a la patria y a Dios. De la santa montaña en la cumbre apareció como un astro María ahuyentando con plácida lumbrelas tinieblas de la idolatría. Es patrona del indio, su mantoal Anáhuac protege y da gloria; elevad mexicanos el canto,alabanza y eterna victoria. En Dolores brilló refulgente cual bandera su imagen sagrada dando arrojo al patriota insurgente y tomando invencible su espada. Siempre así lucirá; invasores hollar quieren Anáhuac la tierra flameará nuevamente en la guerra. En redor de esa enseña brill ante todo el pueblo luchará, volará,y por siempre en las lides triunfantecon arrojo sacarlas habrá. Rosario a la Virgen Guadalupana En estos misterios se medita en las apariciones de la Virgen de Guadalupe. Al iniciar cada misterio, se lee el pasaje y se hace la petición, se reza un Padrenuestro, 10 Avemarías y un Gloria y al final, se canta alguna estrofa de las canciones propias de la Virgen de Guadalupe. Primer Misterio: La Virgen de Guadalupe trae un mensaje de paz a su pueblo. “Sabe y ten entendido, tú, el más pequeño de mis hijos, que soy yo la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive; del Creador, en quien está todo; y es Señor del cielo y de la tierra. Deseo vivamente que se me erija aquí un templo para en él mostrar y dar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa, pues yo soy su piadosa Madre”. Pedir a la Virgen María por todos aquellos que no la conocen y no la valoran como su Madre. Segundo Misterio: Juan Diego comparte a la Virgen su humildad y su pequeñez a los ojos de los hombres. “Te ruego encarecidamente, Señora y niña mía, que alguno de los principales, conocido, respetado y estimado, le encargues que lleve tu mensaje para que le crean, porque yo soy un hombrecillo, soy un cordel, soy una escalerilla de tablas, soy cola, soy hoja, soy gente menuda.” Pedir a la Virgen que nos ayude a darnos cuenta del valor de la humildad y la sencillez de corazón. Tercer Misterio: María de Guadalupe escogió a Juan Diego por su sencillez y no por su sabiduría. “Oye hijo mío, el más pequeño, ten entendido que son muchos mis servidores y mensajeros a quienes puedo encargar que lleven mi mensaje y hagan mi voluntad, pero es de todo punto preciso que tú mismo solicites y ayudes y con tu mediación, que se haga mi voluntad”. Pedir a la Virgen que nos ayude a saber transmitir la palabra de Cristo a los demás. Cuarto Misterio: La Virgen María cura a Juan Bernardino como signo de que quiere salud y felicidad para su pueblo. “Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige; no se turbe tu corazón; no temas a esa enfermedad ni alguna otra angustia. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más has menester? No te apene ni te inquiete otra cosa, no te aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá ahora de ella. Está seguro de que ya sanó". Pedir a la Virgen que, como Juan Diego, sepamos acompañar en la enfermedad, la angustia y el dolor a los que están cerca de nosotros. Quinto Misterio: María nos deja su imagen para recordarnos su ternura, su amor y su constante protección. Juan Diego trajo a la Señora del Cielo las diferentes rosas que fue a cortar; las que, así como las vio, cogió con sus manos y otra vez se las echó en el regazo diciendo: “Hijo mío, el más pequeño, esta diversidad de rosas es la prueba y señal que llevarás al obispo, le dirás en mi nombre que vea en ella mi voluntad y que él tiene que cumplirla. Tú eres mi embajador, muy digno de confianza.” Pedir a la Virgen que, como Ella, sepamos escuchar y ayudar a nuestros hermanos. |
domingo, 8 de diciembre de 2013
Día de la Inmaculada
La Inmaculada Concepción
Todo lo que se refiere a la Santísima Virgen María es un maravilloso misterio. Como la primera y más importante de las prerrogativas suyas es su condición de ser Madre de Dios, todo lo que deriva de ello –el caso de ser Inmaculada, por ejemplo– es una consecuencia de su especialísima, impar e irrepetible situación en medio de los hombres.
De hecho, en un tiempo concreto, justo en 1854, el papa Pío IX, de modo solemne y con todo el peso de su autoridad suprema recibida de Jesucristo, afirmó que pertenecía a la fe de la Iglesia católica que María fue concebida sin pecado original. Lo hizo mediante la bula definitoria Ineffabilis Deus donde se declaraba esa verdad como dogma de fe.
Poco a poco fue descubriéndolo en el andar del tiempo y atendiendo a los progresos de la investigación teológica, al mejor conocimiento de las ciencias escriturísticas, a lo que era realidad viva en el espíritu y vida de los católicos y después de consultado el sentir del episcopado universal.
No es en ningún momento un gesto debido al capricho de los hombres ni a presiones ambientales o conveniencias económicas, políticas o sociales por las que suelen regirse las conductas de los hombres. No; es más bien la fase terminal y vinculante de un largo y complejo proceso en que se va desarrollando desde lo más explícito y directo hasta lo implícito o escondido y siempre al soplo del Espíritu Santo que asiste a la Iglesia por la promesa de Cristo. Por tanto, la definición dogmática no es la creación de una verdad nueva hasta entonces inexistente, sino la confirmación por parte de la autoridad competente de que el dato corresponde al conjunto de la Revelación sobrenatural. Por eso, al ser irreformable ya en adelante, asegura de manera inequívoca las conciencias de los fieles que, al profesarla, no se equivocan en su asentimiento, sino que están conforme a la verdad.
El libro del Génesis, la Anunciación de Gabriel trasmitida en el tercer evangelio, Belén donde nace el único y universal Redentor, El Calvario que es Redención doliente y el sepulcro vacío como triunfante se hacen unidad para la Inmaculada Concepción.
Los SS. Padres y los teólogos profundizaron en el significado de las palabras pondré enemistades entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya reveladas y en los hechos; relacionaron las promesas primeras sobre un futuro Salvador, descendencia de la mujer, que vencería en plenitud al Maligno con aquellas palabras lucanas llena de gracia salidas del ángel Gabriel. Compararon a la Eva, madre primera de humanidad pecadora y necesitada de redención, con María, madre del redentor y de humanidad nueva y redimida. Pensaron en la redención universal y no podían entender que alguien –María– no la necesitara por no tener pecado. Con los datos revelados en la mano se estrujaron sus cabezas para entender la verdad universal del pecado original transmitido a todo humano por generación. Jugaron con las palabras Eva –genesíaca– y Ave –neotestamentaria–, ambas del único texto sagrado, viendo en el juego maternidad analógica por lo común y lo dispar. Vinieron otros y otros más hablando de la dignidad de María imposible de superar; el mismo pueblo fiel enamorado profesaba la conveniencia en Ella de inmunidad, pero aún quedaban flecos sin atar. Salió algún teólogo geniudo diciendo ¡imposible! y otro sutil, que hilaba muy fino, afirmó que mejor es prevenir que curar la enfermedad para afirmar que la redención sí era universal y María la mejor redimida.
Solucionadas las aparentes contradicciones de los datos revelados que ataban todos los cabos sueltos y comprendido cuanto se puede entender en la proximidad del misterio, solo quedaba dar la razón de modo solemne a la firme convicción de fieles y pastores en el pueblo de Dios que intuía, bajo el sereno soplo del Espíritu, que por un singular privilegio la omnipotencia, sabiduría y bondad infinitas de Dios habría aplicado, sin saber cómo, los inagotables méritos del Hijo Redentor a su Santísima Madre, haciéndola tan inocente desde el primer instante de su concepción, como lo fue después y para siempre, por haberla amado más que a ninguna otra criatura y ser ello lo más digno por ser la más bella de todo lo que creó. Así lo hizo, aquel 8 de diciembre, el papa Pío IX cuando clarificó para siempre el significado completo de llena de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre.
Mientras los teólogos estudiaban y discutían todos los pormenores, los artistas les tomaron la delantera, sobre todo los españoles Murillo, Ribera, Zurbarán, Valdés Leal y otros; también no españoles como Rubens o Tiepolo. Ponían en sus impresionantes lienzos a la Inmaculada con túnica blanca y manto azul, coronada de doce estrellas, que pisaba con total potestad y triunfo la media luna y la humillada serpiente.¡
Virgen María, Madre Inmaculada, ruega por nosotros!
Otros Santos del 8 de diciembre: Macario, Ana, madre de Samuel; Sabina, Elfrida, Edit, mártires; Sofronio, Valente, Zenón, obispos; Eutiquiano, papa y mártir; Romárico, abad; Eucario, discípulo de san Pedro; Patapio, eremita; Frumencio, monje y mártir.
Fuente: Archidiócesis de Madrid
miércoles, 4 de diciembre de 2013
11 días de noviembre
14/11/13
Estoy en Barajas, camino de Tel Aviv. Voy a Belén a una reunión del ICCRS. ¡De nuevo a traducir! Voy a ver a tantos hermanos de todo el mundo. La verdad es que tengo ganas. Voy sola, sin Margot. Va a ser una paliza, pero espero que todo vaya bien.
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Hotel Manger Square (Belén) |

Belén 15/11/13

Ayer Michelle Moran, Presidenta del ICCRS, nos decía que era algo histórico. Nunca antes se ha celebrado un evento así en la Renovación. Además en Tierra Santa, en Belén, donde todo comenzó. Donde Dios se hizo hombre y comenzó nuestra historia de salvación. Nada es casualidad.
Estamos en el Hotel Manger Square y mi habitación es la 905.
Esa tarde del 15 de noviembre ocurrió algo impresionante. El Señor "tomó las riendas" y cambió el programa.
Tarde del 15/11/13
Hoy ha habido un momento precioso. Se ha ido la luz y no podíamos traducir ni hacer nada. Mary Healy ha sentido que debíamos orar para pedirle al Señor el poder, la energía de lo alto. En el Retiro de Duquesne, en el año 1967, el agua falló y tuvieron problemas con la fontanería. Comenzaron a orar pidiéndole al Señor ese agua que les faltaba. Y el Señor les abrió "los grifos del Cielo". Mary nos invitaba a hacer lo mismo dispuestos a recibir un poder jamás pensado. Patti Mansfield, recordando ese momento de Duquesne, nos habló de como David M. entró en la capilla no para pedir agua sino para dar gracias de antemano por el agua que iban a tener.
Y, manos a la obra, nos pusimos a rezar, a alabar, a pedirle al Señor esa luz, ese poder, esa energía de lo alto.
Y después Peter Moran, marido de Michelle, ha levantado el crucifijo que estaba en la pared. Grande, de madera de olivo, típica de Belén.
Y así ha transcurrido este kairós, este momento profético. El Señor nos ha roto los esquemas, ha cambiado el programa. Jude Muscat tenía que haber hablado de la visión profética de la RCC, pero el Señor tenía otros planes. El Señor quería que nos inclináramos ante Él, que le reconociéramos como el único que tiene fuerza, poder, energía. Como la única luz que debe alumbrar nuestras vidas.
La verdad es que ha sido un momento increíble.



Al día siguiente estuvimos de peregrinación en la ciudad de Jerusalén. Era la segunda vez que visitaba Jerusalén. La primera fue en el verano de 2007. Emociona llegar a Jerusalén. Es una ciudad preciosa. Primero fuimos al Monte de los Olivos a contemplar la vista más típica de la ciudad. Nos habían separado por grupos de idiomas y los de habla hispana íbamos con los de habla portuguesa. El guía, el Padre Carlos, era brasileño y yo estuve todo el día a su lado traduciendo al español lo que él iba contando. Fuimos a Getsemaní y entramos un momento a orar en la Basílica. Después, tuvimos un rato de meditación y oración, dirigido por Patti Mansfield. Fue un momento muy intenso. Cada grupo nos separamos para entrar en la ciudad por la Puerta de los leones, también llamada de San Esteban. De allí atravesando parte de la ciudad vieja de Jerusalén, y la Vía Dolorosa, llegamos al Santo Sepulcro. Estaba la ciudad hasta la bandera, llena de grupos de visitantes que venían de crucero y habían recalado ese día en Israel. La verdad es que era un poco agobiante. Comimos en el Centro Notre Dame de Jerusalén y luego nos encaminamos hacia el Cenáculo donde habíamos quedado con el resto de los grupos.
Allí, en el Cenáculo, estuvimos más de una hora orando. La verdad es que fue un momento histórico. El Cenáculo es un sitio de paso donde uno no se puede parar mucho tiempo. Pues por esas cosas de Dios, nosotros pudimos estar más de una hora, más de 160 personas, reviviendo Pentecostés. La potencia de esa oración fue algo que se podía palpar físicamente. Como cuando una ola te empuja y te revuelca. Un verdadero tsunami de Espíritu Santo. Del Cenáculo fuimos a celebrar la Eucaristía al Patriarcado Latino de Jerusalén. Y con esa Eucaristía terminaban los 3 días de Consulta Profética.
Consejeros del ICCRS |
La Gruta de la Leche |
El sábado 23 aprovechamos para visitar algunos lugares emblemáticos de Tierra Santa en los que nunca había estado. Nos fuimos muy temprano, antes de las 8 de la mañana y volvimos 12 horas después. Comenzamos por el Mar Muerto, aunque no nos bajamos.
Río Jordán |
Sicomoro en Jericó |
Las Bienaventuranzas |
Tabgha |
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Playa del Primado de Pedro |
Primado de Pedro |
Cafarnaún |
Sinagoga, Cafarnaún |
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Caná |

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La Anunciación |
La Anunciación |
Estoy en Tel Aviv camino de Madrid. Estamos en el avión esperando a poder despegar. La verdad es que espero que no se retrase mucho.
Han sido días intensos, llenos de bendición. Estoy agotada porque no he parado de traducir. Estar sola en la cabina tiene muchas desventajas. Pero, por lo demás, he estado muy bien. Estaba en la hab. 905 del Manger Square Hotel de Belén. Muy cerca de la Natividad. Tenía una vista increíble. Como en cada encuentro he disfrutado con hermanos y hermanas de todas partes del mundo.
Del jueves 14 al domingo 17 era la Consulta Profética. El 18 una Reunión del Consejo del ICCRS ampliado y del 19-22 la reunión anual del Consejo. El 23 (ayer) estuvimos de excursión por Tierra Santa. Por fin conocí el Mar de Galilea y tantos sitios donde Jesús ejerció su ministerio público. El domingo pasado (17) estuvimos en Jerusalén. Visitamos Getsemaní, la Vía Dolorosa, el Sepulcro y terminamos en el Cenáculo. Allí pudimos estar 1 hora en oración, cuando no está permitido pararse y es casi más un lugar de paso. Lo que allí sucedió quedará registrado en los anales de la RCC.
Sólo Dios sabe lo que quiere y lo que está haciendo. A nosotros nos toca responder con lo mejor que sabemos y podemos.
Al volver, el aterrizaje ha sido forzoso. En mi ausencia mi padre se cayó por las escaleras y se ha fracturado el esternón, además de un dedo de la mano derecha. Ahora estamos de médicos, rehabilitación y muchos cuidados. Desde el verano para acá mi padre ha dado un bajón increíble y es como si le hubieran caído de golpe los 85 años que tiene. Pero, es lo que hay y no podemos cambiar las cosas. Sólo le pido al Señor que nos dé a todos paciencia, fortaleza y mucha paz. Después de estos 11 días de tiempo "extraordinario", llega el tiempo "ordinario". Pero, entramos en Adviento y la alegría y la esperanza deben ser nuestras armas de cada día. Os deseo a todos un feliz Adviento. Perdonad el rollo, pero no podía dejar de contaros las maravillas que el Señor me ha regalado en 11 días.
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