martes, 16 de junio de 2009

Garabatos

Me encanta esa palabra: garabato. Ese trazo absurdo y sin orden que hace un niño, o un adulto inconscientemente, sobre todo cuando habla por teléfono. Pues esto es un poco eso, una serie de trazos sin orden y concierto, un trocito de vivencias o de pensamientos. Lo que es la vida, al fin y al cabo, un garabato, mejor o peor trazado por cada uno de nosotros. Y así me siento, metida en mi garabato, preocupándome por pequeñas y grandes cosas y a veces enfadándome, e incluso llorando. Será el final de curso, será el verano que me trae recuerdos de otros veranos, será....¿qué será, será? Pero la verdad es que estoy bastante ciclotímica. Subo y bajo como en una montaña rusa y no puedo decir que esté mal, pero tampoco del todo bien.
Están siendo días difíciles. Días en los que una acusa la soledad. Sobre todo cuando se trata de cosas médicas, de papeleos, de talleres, etc... Ahí echo de menos esa persona que te acompaña, te resuelve, te quita pesos. En fin, ayer no pasé la ITV por una cosa de los frenos, y eso me hizo sentirme mal. Esta mañana fui a la Renault (¡a las 8!) y he dejado mi coche para que le cambien los discos y demás cosillas. Como no puedo estar sin coche lo he resuelto con uno de sustitución, que dicen. De pronto, me he dado cuenta de algo y le he dado gracias a Dios por todo esto. Tengo coche, puedo llevarlo a un taller, puedo alquilarme otro, puedo, puedo, puedo.... ¿Qué es un rollo? ¡Por supuesto! Pero, ¡bendito rollo! ¿Qué sería de nosotros sin estos rollos?
Y dando gracias y rumiando todo esto me ha venido a la memoria Romanos 8: "Ante esto ¿qué diremos?... Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?" Y luego toda esa proclamación del "Nada nos separará del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, Señor Nuestro". El otro día Pilar del Barrio en la 5ª semana del Seminario en Maranatha, nos hablaba de ello de forma magistral. Y entonces te das cuenta y se realiza en ti esa certeza de la cercanía especial de Dios con cada uno de nosotros. Y aunque el horizonte siga oscuro y la vida solitaria, te embarga un no sé qué especial al darte cuenta de cuánto te quiere el Señor. Si tenéis ocasión no dejéis de escuchar esa charla. La podéis encontrar en la página del Grupo Maranatha (en este blog). Es magnífica.
En fin, espero dejar que el Señor me lleve la mano mientras sigo trazando el garabato de mi vida.

1 comentario:

Vicky dijo...

guaaaapaaaa, yo también estoy un poco cicloquímica, o como se llame. Será el final de curso, y el calorazo, y el no saber qué hacer una con su vida. Ya sé que "mal de muchos, consuelo de tontos" pero.... p'alante siempre!
te quiere mucho, tu sister.