martes, 28 de septiembre de 2010

Por pura gracia


Quizás ésta sea una de las entradas a este blog que más va a costar entender, pero necesito volcar todo lo que mi corazón rebosa.
Estoy viviendo un momento de pura gracia en el Señor, de abandono total y absoluto; de radicalidad profunda. Me están sucediendo cosas que ni podía imaginar en el más absurdo de los sueños, pero es lo que hay y no lo puedo cambiar. Ya conté que a finales de agosto estuve en un Retiro en Loyola con la Renovación. Y allí me estaba esperando el Señor. En una adoración el Señor me habló y me dijo que me había estado cuidando todos estos años; que había abierto puertas para mí que yo no podía ni imaginar que fuera posible abrir, y que me había demostrado todo lo que Él puede hacer. Ahora me quería pedir una cosa, ¿estaba dispuesta a entregarle mi vida a Él? ¿A dejarlo todo por Él? ¿A utilizar los talentos que me había dado sólo para Él? Me quedé acobardada (por no decir algo peor sonante) y me encontré diciéndole que sí, que se lo ponía todo en sus manos, pero que me diera signos, pautas por donde guiarme. Volví a Madrid y empecé a recibir signos. Lo más impresionante era la paz que sentía, la sensación de tranquilidad interior. Pedí discernimiento a varias personas y les pregunté cómo había sido su llamada. Me incorporé a mi trabajo, pero con la sensación que estaba cerrando una etapa de mi vida y que algo nuevo se abría ante mí. Y ayer sin comerlo ni beberlo sucedió, renuncié a mi trabajo, firme, tranquila y resueltamente. Sin malos rollos ni portazos ni nada. Simplemente sucedió. Y así entre muchas lágrimas y abrazos de mis niños dejo atrás una etapa preciosa de mi vida. Poniéndome totalmente en las manos de Aquel que sabe infinitamente mejor que nosotros lo que necesitamos. Ahora se abre ante mí un camino completamente nuevo, y me aferro al Señor con todas mis fuerzas. Sé que es difícil de entender, que el mundo no está preparado para cosas así, pero tengo la absoluta certeza de que era lo que tenía que pasar antes o después. ¿Para qué postergarlo? La sensación es de plenitud, de paz, de confianza y de total libertad.
Hoy las niñas de 6º, a las que dí clase el año pasado, me han regalado un cuadrito que me han hecho y pone:
"Soy libre con la libertad del Espíritu. Vivo libre y plenamente al utilizar las cualidades divinas de sabiduría, fortaleza y poder que moran en mí". No tengo palabras para describir lo que he sentido al leerlo. ¿Qué habrán percibido estas niñas para poner algo así? Me ha parecido impresionante, revelador, confirmación de muchas cosas. Y sí, me siento totalmente libre en el Espíritu, libre en el Señor. Lo que tenga que ser será y a partir de ahora Su voluntad será la mía. Todo está en marcha y lo único que me queda es agarrar mi mochila y seguir el camino. Os pido oración para mí y contad con la mía.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que el Señor es tan original en su forma de hablarnos!, a través de un cuadrito y unas niñas, que nada saben, marca el camino dándonos su luz y la certeza de que se ocupa de las pequeñas cosas. Avanti, sabes que te echaré de menos allá donde vayas, cuenta con mi oración y mi cariño. Mª Angeles Frutos.

No sé por qué no me deja publicar con mi nombre, bueno, así está bien.

Lou dijo...

Gracias, guapa. Gracias por tu apoyo y por todo tu cariño. Ahora necesito mucho de todos vosotros, mis hermanitos en el Señor, mis amigos del alma. Besitos