lunes, 31 de enero de 2011

Quedamos en el "Michelangelo"



El Michelangelo está en una ciudad italiana llamada Fiuggi. Es una ciudad-balneario, de famosas aguas,, al Sur de Roma, rodeada de pinares y montañas. ¡Pura delicia! Pero os diré algo, no hace falta ir a Fiuggi para quedar en el Michelangelo. Quedar en el Michelangelo no es un deseo inalcanzable, es una actitud ante la vida. Quedar en el Michelangelo es lo mejor que hizo un amigo mío, que ahora está bastante malito, y que tomó la mejor decisión de su vida. Quedar en el Michelangelo supone salir de nosotros mismos, de nuestros rollos, de nuestro mirarnos el ombligo y abrirnos totalmente a los demás. Era el año 2006 y estábamos en Fiuggi en un Encuentro internacional de la Renovación Carismática Católica (la Reno para los amigos). Estábamos a principios de junio y estuvimos en Fiuggi como una semana. Este amigo mío había ido a Fiuggi un tanto solo, aunque estábamos bastantes hermanos del grupo allí, él tenía la actitud de ir solo. Pero una noche decidió ir al Michelangelo. En vez de meterse en la cama y ponerse a "rumiar" sus desdichas, salió de sí mismo y del hotel y allá se fue. Allí estábamos todos reunidos y desde esa noche él no dejó de quedar en el Michelangelo. Desde ese momento su actitud ante la vida cambió totalmente. La sanación que el Señor realizó en ese viaje en él, no fue sólo física sino sobre todo interior. Creo que el Señor quiere que todos tengamos esa actitud ante la vida. Cuando el Señor nos regala pertenecer a una comunidad, nos regala esa familia especial en el Espíritu, quiere que sepamos aprovecharla y disfrutarla al máximo; y también quiere que la comunidad disfrute y nos aproveche a cada uno de nosotros del mismo modo. Ahora este amigo mío está viviendo un momento muy duro, pero sigue "quedando en el Michelangelo", y nos hace disfrutar de él a tope, y nos hace salir de nuestros rollos y estoy convencida de que hasta el último momento será así. Cuántas gracias tenemos que darle al Señor porque esa noche él decidiera no quedarse en la cama y acercarse al Michelangelo. Por cierto, ¿quedamos en el Michelangelo?

2 comentarios:

Encarna dijo...

Qué bonito Lou, yo también fui al Michelangelo..
Un besazo y seguiremos quedando con este amigo.Encarna

Anónimo dijo...

Siempre nos quedará el Michelangelo para traer al corazón a Fidel, a Toñi también. Nuestro Fidel es más nuestro cada día, se nos ha filtrado en el corazón como nosotros nos hemos filtrado en el suyo.
Es precioso todo lo que nos está haciendo vivir con esa actitud pacífica y su humor socarrón, es nuestro referente, como dices Lou, desde que llegó a nuestras vidas, a mi vida, confirmo que me ha ayudado a salir de mí misma más de un día. Recordaré siempre las entrañables meriendas y las conversaciones de mesa camilla junto a él en estos últimos meses.

Ayer fué a visitarle el capellán del hospital,le dió la unciñon de enfermos, el Señor nos regaló a TODOS un testimonio precioso: Fidel impuso las manos a su hija Almudena miestras ésta lloraba a mares, realmente conmovedor.

Fidel, Almudena, Sonia, Blanca, aunque no podáis leer estas palabras, os envío un abrazo muy fuerte, sé que el Señor ya está cogiendo a Fidel por los hombros y pronto se lo llevará con Él. Espero y rezo para que toda la comunidad, junto a Fidel,seamos testimonio del amor que nos tenemos. Fidel, amigo, hermano, te queremos. La semana pasada hablábamos de ir en primavera al Michelangelo, pero no podrá ser, espéranos en el cielo e intercede por todos nosotros. Te quiero. Mª Angeles Frutos.