
Santos: Eduardo, rey; Fausto, Jenaro, Marcial, Florencio, Colmano, Adrián, Marcelo, mártires; Teófilo, Rómulo, Imperto, Bertoaldo, Antonio, Simberto, obispos; Celedonia, virgen; Gerardo, conde; Leobono, eremita; Carpo, confesor; Venancio, Gerbrando, abades; Daniel, Ángel, Donulo, Nicolás, Hugolino, Samuel y compañeros mártires de Ceuta; Lucas, Congan, monjes; Luvencio, presbítero.
Felicidades a todos los que hoy cumplen años, celebran su santo, su aniversario de boda, de ordenación episcopal, sacerdotal, diaconal o de profesión religiosa.
Estos días están siendo difíciles. Mi madre no está bien. Tiene úlceras varicosas y sufre mucho. Todos sufrimos. Llevamos así desde finales de agosto y la cuerda se va agotando. Os pido oración.
 







 En el tango Volver se dice que es un soplo la vida, que 20 años no es nada... Y es verdad. Hoy hace 20 años que volví a la casa del Padre. Hace 20 años en un día como hoy, día de San Francisco, el Señor tuvo a bien salirme al encuentro y decirme cuánto me quería. Y hoy, hace 20 años, que levanté mis ojos, mi corazón y mis manos a Él, y que todavía no las he bajado. Por pura gracia, me llevó a la Renovación Carismática y me mostró una manera nueva de vivir: la vida en el Espíritu. Y ¿qué puedo decir? Pues gracias, gracias, gracias. Al Señor ante y sobre todo. Y a cada uno de los que me habéis acompañado en estos 20 años. Algunos seguís, otros ya no estáis, pero todos habéis dejado huella. Para bien o para mal. Os dejo 3 palabras que han marcado estos 20 años. Isaías 46, 8-13 (palabra con la que me convertí); el salmo 138 (137) y el capítulo 8 de la Carta a los Romanos, sobre todo el final: "Nada ni nadie podrá separarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro".
En el tango Volver se dice que es un soplo la vida, que 20 años no es nada... Y es verdad. Hoy hace 20 años que volví a la casa del Padre. Hace 20 años en un día como hoy, día de San Francisco, el Señor tuvo a bien salirme al encuentro y decirme cuánto me quería. Y hoy, hace 20 años, que levanté mis ojos, mi corazón y mis manos a Él, y que todavía no las he bajado. Por pura gracia, me llevó a la Renovación Carismática y me mostró una manera nueva de vivir: la vida en el Espíritu. Y ¿qué puedo decir? Pues gracias, gracias, gracias. Al Señor ante y sobre todo. Y a cada uno de los que me habéis acompañado en estos 20 años. Algunos seguís, otros ya no estáis, pero todos habéis dejado huella. Para bien o para mal. Os dejo 3 palabras que han marcado estos 20 años. Isaías 46, 8-13 (palabra con la que me convertí); el salmo 138 (137) y el capítulo 8 de la Carta a los Romanos, sobre todo el final: "Nada ni nadie podrá separarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro". 



 
 
 
 

