lunes, 12 de octubre de 2015

Mirar con cariño


Ayer, me sorprendió mucho una frase del Evangelio. Se trataba del Evangelio del encuentro de Jesús con el joven rico. Lo habré oído cientos de veces pero ayer me llamó la atención esta frase: "Jesús se lo quedó mirando con cariño". No le regaña, no le mira con superioridad o displicencia. No, le mira "con cariño". Y pensé, ¡cuántas veces no nos mirará así el Señor! Lo que debe ser una mirada de cariño de Jesús. Me dan escalofríos (de los buenos).
Una mirada de cariño es lo que todos necesitamos antes o después. Incluso cuando estamos haciendo algo mal y sabemos que "se nos va a caer el pelo". En este mundo tan seco, tan árido, tan triste, tan deshumanizado, tan egoísta, necesitamos poner cariño en lo que hagamos. Palabras, gestos, miradas. Probablemente lograremos mucho más con cariño que con razones y monsergas. Cualquier animalillo reacciona ante el cariño. Y no digamos los niños. Y, al fin y al cabo, ante Dios ¿qué somos sino niños? Cómo cambiarían las cosas si utilizáramos más el cariño. Y con todos. Hasta con los que nos cuesta.
Yo sólo le pido a Dios que antes de contestar, antes de "saltar", ponga en mis ojos cariño. Comencemos la campaña de "miradas de cariño". Seguro que nos va mucho mejor.
Antes de que se me olvide: Felicidades a todas las que se llaman Pilar. Yo conozco unas cuantas con ese nombre. Además, estamos de fiesta nacional todos los españoles, de modo que felicidades por la parte que nos toca.

No hay comentarios: