jueves, 30 de diciembre de 2010

Un año más


Aquí estamos al final de un año que se va y esperando recibir al nuevo llenos de deseos y anhelos. Es el momento de hacer balance y, también, el momento de los propósitos, algunos mejores que otros. Yo me voy a inclinar por hacer balance, porque ahora no me apetece mucho pensar en los propósitos, eso se lo voy a dejar al Señor y al devenir del tiempo.

El año comenzó como otros, celebrando con "mis chicas" la Nochevieja y el Año Nuevo. Al terminar las vacaciones tuvimos la sorpresa de una gran nevada que hizo imposible volver al colegio. De modo que tuvimos un día más de vacaciones. El segundo trimestre de cada curso es el que se hace más largo, porque no hay muchas fiestas en enero y febrero, y hasta el 19 de marzo tuvimos un largo período de clases. A finales de enero me fuí a Barcelona, a la asamblea regional y viajé en AVE por primera vez, espero que no sea la última. Fue muy agradable compartir con mis amigos catalanes y ver a muchas personas que no suelo ver a menudo. En marzo con los Travellers hicimos un viaje estupendo, aprovechando el puente del 19 de marzo. Fuimos a Úbeda y Baeza y disfrutamos mucho. El viaje lo organizamos Amalia y yo, y creo que nos salió bastante bien. Debe ser así, porque nadie más se ha animado a preparar ninguno más. Creo que rompimos el listón. (Es broma). El caso es que disfrutamos mucho y eso es lo principal. La buena compañía, la buena comida y los sitios bonitos que disfrutamos juntos. ¿Qué más se puede pedir? Este año en Pascua no fui a Herencia. Me quedé en mi Parroquia y disfruté mucho con mis "chicos del coro". Lo viví como un regalo muy especial del Señor. En el cole tuvimos un último trimestre cargado de eventos. Uno de ellos fue el teatro. Representamos "El Mago de Oz", ¡bilingüe!, y la verdad es que nos salió muy bien. La pena es que sólo se hace una vez y luego te quedas como muy vacío. Mis chicos de 6º se graduaron en junio y tuve el honor y el placer de ejercer de maestra de ceremonias con otro profesor, David. Me emocioné viendo a mis chicos, tan guapos y tan formales recibiendo sus diplomas. Y, por fin, ¡el verano! En julio, estuve unos días con mis padres y mi hermana Ana en el Algarve. Disfruté mucho de la playa y de la buena comida. La pena es que esté tan lejos de Madrid, porque te dan ganas de escaparte cada fin de semana. En agosto me fui con "Enkitours" a Rusia. Fue un viaje precioso visitando San Petersburgo, el Anillo de Oro y Moscú. Hizo un calor insoportable por los incendios que estaban asolando el país, pero tuvimos suerte y no nos afectó nada el humo en Moscú. A finales de agosto me fui a Loyola a una semana de oración con los hermanos de Guipúzcoa. Y allí me sucedió lo que ha cambiado mi vida desde entonces. Volví al colegio en septiembre, pero duré poco. A finales de mes me despedía y comenzaba a vivir de otra manera. En octubre me fui con Cecilia a ver a Fernando en el puente del Pilar. Fue un viaje algo agridulce. En esencia bueno, pero se agolpan los recuerdos y, claro, una no es de piedra. Volví a Madrid y estuve traduciendo en el Encuentro Nacional con Nancy Kellar. Me encantó volver a verla y pasé unos días estupendos con ella. Como llegó para la fiesta de Santa Teresa la llevé a Ávila, y disfrutamos un día precioso. Después me fui a Italia y volví en noviembre. Allí en Italia tuve la enorme alegría de hacer lo que más me gusta hacer y para lo que me siento llamada, traducir para el Señor. Volví a ver a tantos hermanos que no veía desde hacía mucho tiempo, y disfruté de momentos inolvidables de celebración juntos. Cuando volví, me costó aterrizar un poco. Pero, pasito a paso, retomé mi vida y seguí llena de planes y proyectos mirando siempre hacia delante. Volví en diciembre de visita al cole. Era el último día, 23 de diciembre, y fue una gozada. Los niños se me tiraban encima, abrazándome y achuchándome. Me encantó ver lo bien que estaban todos. Debo reconocer que les echo mucho de menos.

Ahora disfruto más de mis padres, y paso con ellos mucho más tiempo. Intento vivir cada día como un regalo y disfrutar de cada pequeña cosa a tope. No sé lo que pasará el año que viene, pero tengo claro que el año que se acaba ha sido otro regalo precioso del Señor. Cada instante de vida hay que disfrutarlo a tope. Es como el maná, sólo dura un día. Mañana habrá más, pero será distinto. En fin, que os deseo a todos lo mejor, que espero que hayáis disfrutado de un buen año, que espero seguir disfrutando con muchos de vosotros muchas más cosas y que espero poder seguir contándoos mis pequeños trozos de vida aquí en "Tirarpalante". ¡Feliz salida y entrada de año a todos!

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