jueves, 8 de noviembre de 2007

Qué noche la de aquel día

¡Por fin en casa! Hoy ha sido un día intenso. He estado trabajando en el colegio Everest El Bosque supliendo a una profe que estaba enferma. Me ha encantado volver. Los niños y los profesores me han recibido con muchísimo cariño y me he sentido como parte de una gran familia. Como el cole está lejos de mi casa (40 km) me he levantado muy temprano (6:30 de la mañana). Al ser miércoles por la tarde al salir me he ido para Maranatha. Hoy había Eucaristía. Me ha costado aparcar y al final he dejado el coche en un lugar reservado a motos. Me he ido tan contenta a disfrutar del grupo y luego a cenar con mis amigos. Al ir a buscar el coche, a las 11:30, no estaba. ¡AAAYYY! Ya nos habíamos quedado solas Olga y yo. Para el que no lo sepa Olga es una señora de Maranatha que tiene 80 años, y a la que llevo todos los miércoles a su casa porque vive en Villalba, pueblo al lado de Alpedrete. Bueno, pues ahí estábamos Olga y yo paralizadas. He llamado a la policía, porque no sabía qué hacer. Había dos posibilidades: robo o grúa. Después de hablar con una señorita muy amable, he llamado a la poli municipal que me ha dado el número de la grúa. Gracias a Dios no me habían robado el coche, se lo había llevado la grúa. Al ser tan tarde el coche estaba en uno de los depósitos en la Avenida de Brasil, pero tenía que pagar en la Plaza de Colón para poder recogerlo. La movida era la siguiente, ir a la Avda. de Brasil a recoger la documentación del coche. Luego ir a la Pza. de Colón con la documentación y pagar, para volver a la Avda. de Brasil y poder llevarme el coche. Allí estábamos en la calle Narváez, que está toda en obras, y viendo hacia donde dirigirnos para coger un taxi. En esto ha aparecido uno libre y le hemos parado. Era una taxista encantador que nos ha llevado de un lado a otro: Avda. de Brasil-Colón-Avda. de Brasil. Por fin, cuando ya estaba todo resuelto, Olga se ha puesto a alabar al Señor, dándole gracias por haber recuperado el coche. Entre unas cosas y otras la he dejado en su casa cerca de la 1:30. Estoy agotada, pero gracias a Dios todo se ha quedado en un susto para mi bolsillo. En fin, no volveré a dejar el coche allí, creo que eso al menos me ha quedado claro.

No hay comentarios: