sábado, 3 de noviembre de 2007

Un buen día

A veces podemos pasar el mejor de los días sin haberlo planeado. Ayer, 2 de noviembre, fue unos de esos días. Dos amigas mías de Barcelona están en Madrid, Vicky y Maite. Cuando alguien de fuera viene a tu ciudad, disfrutas de la misma de un modo especial. El tiempo acompañaba. Fue uno de esos días preciosos de otoño, la verdad es que casi parecía primavera. Aunque la luz del otoño es diferente. Los árboles empiezan a mostrar esos colores únicos: amarillos, naranjas, verdes pardos, rojos. En fin, ya conocéis toda la gama. Estuvimos paseando por Madrid. Fuimos al Thyssen (http://www.museothyssen.org/thyssen/) a ver una exposición de Durero y luego paseamos por la ciudad. Vimos la nueva amplicación del Prado (http://www.museodelprado.es) por fuera. Entramos en la Iglesia de los Jerónimos (http://www.arteguias.com/convento/sanjeronimorealmadrid.htm). Nos sentamos en la terraza del Café Gijón (http://www.cafegijon.com/). Allí se nos unió Mariángeles que salía de trabajar. Comimos en un restaurante en Chueca. Después fuimos andando hasta el Café del Nuncio (http://www.guiadelocio.com/madrid/buscanoche/buscadornd_noche_no_anunciante.cfm?id=1935&numciu=9&mibase=/madrid), en el Barrio de los Austrias. Paramos a comprar unos chocolates ¡buenísimos! de camino al café. Luego seguimos andando por San Francisco el Grande, Bailén y el magnífico Palacio de Oriente (http://www.avilescd.org/personales/farinell/palacios/real/indexreal.htm). Las calles estaban llenas de personas disfrutando de este día medio festivo. Al ser fiesta el Jueves 1, muchas personas tenían puente y Madrid estaba hasta arriba de visitantes. Subimos por Arenal, compramos caramelos en La Violeta (http://www.softguides.com/guia_madrid/compras/tiendas_tipicas.html#violeta), típico local madrileño. Pza de Santa Ana, Barrio de las Letras. Cenamos en un la Pizzería Cervantes y casi 12 horas después de haber empezado nos fuimos para casa.
Hoy tengo los pies machacados y un cansancio tremendo, pero fue un día inolvidable. Me encanta hacer de turista en mi ciudad. Al vivir fuera de ella, mi casa está a 45 km de Madrid, la disfrutas de una manera diferente. Nada como acompañar a gente de fuera para tener una visión diferente. Salir de lo cotidiano es estupendo y casi gratis. No hace falta hacer grandes cosas para disfrutar de la vida. Unas amigas, un día de sol, una ciudad llena de posibilidades y todo está hecho. Lo mejor, que nada estaba planeado, que simplemente te dejas llevar y a cada vuelta de esquina tienes una sorpresa. Le doy muchas gracias al Señor por todo ello. Os invito a vivir así: disfrutando de todas esas pequeñas cosas que cada día nos tiene preparadas.

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